La decadencia del cerebro empieza más tarde de lo que se creía

Nuestro cerebro continúa desarrollándose durante más tiempo del que se creía, y la velocidad de la comunicación entre las neuronas de distintas áreas del cerebro –clave para la función cognitiva– aumenta hasta los 30 o 40 años de edad.
Anciano realizando un puzzle de una cabeza

22/03/2023

El envejecimiento afecta a todo el organismo, y también el cerebro pierde facultades con el paso del tiempo, a lo que contribuyen una serie de hábitos poco saludables. Sin embargo, el declive mental comienza más tarde de lo que se pensaba, en concreto, cuando tenemos entre 30 y 40 años, y no a partir de los 25 como se creía, según ha descubierto un grupo de científicos del Centro Médico Universitario de Utrecht (UMC Utrecht) y la Clínica Mayo tras analizar la velocidad de procesamiento del cerebro y los cambios que se producen en este órgano a medida que envejecemos.

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Una rápida comunicación entre las neuronas de las distintas áreas del cerebro es clave para una correcta función cognitiva y los resultados del estudio –que se han publicado en Nature Neuroscience– revelan que la velocidad de las conexiones en nuestro cerebro se incrementa progresivamente y pasa de dos metros por segundo en los niños de cuatro años a cuatro metros por segundo en los adultos de entre 30 y 40 años; es decir, que se duplica y solo a partir de esa edad empieza a ralentizarse. “Nuestro cerebro continúa desarrollándose mucho más de lo que pensábamos”, ha declarado Dorien van Blooijs, tecnólogo clínico y uno de los autores del trabajo.

Los investigadores también han encontrado diferencias entre las regiones del cerebro. Por ejemplo, el lóbulo frontal, que se encarga del pensamiento y de la realización de tareas, se desarrolla durante más tiempo que un área responsable del movimiento, por lo que el desarrollo de la velocidad no es una línea recta, sino una curva. “Ya sabíamos esto gracias a investigaciones anteriores, pero ahora tenemos datos concretos”, ha señalado Van Blooijs.

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Un mapa del cerebro para estudiar trastornos cerebrales

Para obtener los datos se llevaron a cabo precisas mediciones empleando una rejilla de electrodos que se coloca bajo el cráneo en algunos pacientes con epilepsia para preparar la intervención quirúrgica para tratar la epilepsia, y que se compone de 60 a 100 electrodos que pueden medir la actividad cerebral. “Al estimular los electrodos con corrientes cortas, podemos ver qué áreas del cerebro responden de manera anormal. Por lo tanto, podemos crear un mapa de qué áreas deben y no deben eliminarse durante la cirugía de epilepsia”, ha explicado el neurólogo Frans Leijten, otro de los autores.

“Con nuestros datos, los investigadores pueden crear nuevos y mejores modelos informáticos que aumenten nuestra comprensión del cerebro”

Estos datos han permitido a los investigadores conocer algo más el funcionamiento del cerebro, abriendo nuevas perspectivas. “Hemos estado recopilando estos datos durante unos 20 años”, afirma Leijten, pero “hasta hace unos años no nos dimos cuenta de que podíamos usar las áreas no afectadas como modelo para el cerebro humano sano”. Van Blooijs añade: “Si se estimula un electrodo en un área, se produce una reacción en otra. Esto permite saber que las dos áreas están conectadas. Luego se puede medir cuánto tiempo tarda en producirse la reacción. Si se conoce la distancia entre las dos regiones cerebrales diferentes se puede calcular la rapidez con la que se transmite la señal”.

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Los hallazgos de esta investigación proporcionan información relevante sobre nuestro sistema nervioso central. Los científicos llevan mucho tiempo tratando de mapear las conexiones en nuestro cerebro, y gracias a esta información los expertos pueden diseñar modelos informáticos más realistas de nuestro cerebro.

Para que estos modelos funcionen, además de información sobre las conexiones, se necesitan valores precisos sobre la velocidad de esas conexiones. “Ahora tenemos estos números por primera vez”, explica Leijten, “con nuestros datos, los investigadores pueden crear nuevos y mejores modelos informáticos que aumenten nuestra comprensión del cerebro. Esperamos que nuestro trabajo no solo promueva la investigación de la epilepsia, sino también investigación sobre otros trastornos cerebrales”.

Actualizado: 24 de marzo de 2023

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