Vivir de alquiler podría acelerar el envejecimiento biológico

Las personas que viven de alquiler envejecen más rápido que aquellas que residen en una vivienda de su propiedad, incluso más que los fumadores o desempleados, según un estudio que analizado modificaciones químicas en su ADN.
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11/10/2023

Un estudio en el que se han analizado datos de 1.420 personas ha asociado el hecho de vivir de alquiler con un envejecimiento biológico más rápido en comparación con las personas que eran propietarias de su vivienda, pero lo que es más llamativo es que ha encontrado que esta asociación es más fuerte que la que se establece con otros factores de sociales y económicos que también podrían acelerar el envejecimiento, como estar en el paro en comparación con tener empleo, o ser un exfumador en comparación con no haber fumado nunca.

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El trabajo ha sido realizado por investigadoras del Centro Australiano de Investigación sobre Vivienda de la Universidad de Adelaida (Australia) y de la Universidad de Essex (Reino Unido), que han utilizado datos sobre vivienda y metilación del ADN del Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido y de la de la Encuesta de Panel de Hogares Británica. Para estimar el envejecimiento biológico de los participantes analizaron muestras de sangre para observar la metilación del ADN, es decir, cambios químicos que pueden alterar la expresión de los genes.

En esta información epigenética influyen los factores ambientales y vivir de alquiler podría estar relacionado con aspectos negativos para la salud física y mental, como el frío, el moho, el hacinamiento, un mayor riesgo de lesiones o el estrés, entre otros. Sin embargo, como el estudio es observacional, no se han podido encontrar causas concretas aparte de esta posible correlación, y tampoco se ha establecido una relación causa-efecto, por lo que el simple hecho de ser inquilino no envejece, sino que serían otros factores relacionados con esta situación los que resultarían perjudiciales.

“El estrés financiero, la inseguridad residencial o la exposición a contaminantes dentro del hogar pueden llevar a peor salud”

Las autoras evaluaron el impacto de diferentes factores que incluían, por una parte, los elementos materiales de la propia vivienda –tipo de construcción, disponibilidad de calefacción central, localización rural o urbana y contaminación del entorno, entre otros– y de la relación con las personas que la habitan –costes de la vivienda, atrasos en los pagos o ayudas–, y, por otra, características personales de los participantes (sexo, nacionalidad, nivel de estudios, tipo de dieta, peso, hábitos, estrés, etcétera).

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Tras analizar los resultados en relación con el envejecimiento biológico, comprobaron que pagar un alquiler en el sector privado en comparación con tener la propiedad absoluta de una vivienda, sin hipoteca, fue el factor más determinante para la aparición de los signos de envejecimiento. Los investigadores descubrieron que es probable que la inseguridad y la escasa asequibilidad de las viviendas privadas de alquiler estén impulsando este vínculo entre el alquiler y el envejecimiento biológico. Los hallazgos se han publicado en Journal of Epidemiology & Community Health.

Edad cronológica versus edad biológica

Una vez más se demuestra que el envejecimiento no tiene solo que ver con la edad cronológica de un individuo, sino que depende también del reloj epigenético al que afectan multitud de factores, incluido el estilo de vida. “El envejecimiento biológico (o reloj epigenético) es algo así como un reloj que indica cuál sería la edad de tus células y de tu cuerpo y es un concepto distinto del envejecimiento cronológico (la edad de una persona). Es decir, una persona puede tener 80 años, pero tener unas células que tienen rasgos y se comportan como las de alguien más joven. De hecho, hay estudios que indican que las personas que llegan a edades muy avanzadas tienen un envejecimiento biológico muy lento, es decir, a nivel biológico sus células son como las de personas más jóvenes (y probablemente por eso han llegado a edades tan avanzadas)”, explica Teresa Rubio Tomás, investigadora del Institute of Molecular Biology and Biotechnology (IMBB) de Grecia, que no participó en el estudio, en declaraciones recogidas por SMC España.

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Existen varias formas de medir este envejecimiento biológico mediante diferentes características de nuestras células, pero estudio de la metilación del ADN es una de las más fiables. “La edad de metilación puede reflejar la edad biológica, y la desviación con respecto a la edad cronológica real, marcada por tu fecha de nacimiento, está vinculada con el estilo de vida”, explica Mario Fernández Fraga, científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA) a SMC España.

El experto considera que “este estudio es un ejemplo interesante sobre cómo nuestros genes interaccionan con el medioambiente y con el azar para determinar lo que somos en cada momento de nuestras vidas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que este es un estudio observacional y que, por tanto, no se demuestra una relación causa-efecto. Además, aunque los autores han tenido en cuenta otras variables (como el estado socioeconómico), no podemos descartar que haya otras implicadas que no se hayan tenido en cuenta”.

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Políticas sociales que beneficien a los inquilinos

“Nuestros resultados sugieren que las circunstancias desafiantes de la vivienda afectan negativamente la salud a través de un envejecimiento biológico más rápido. Sin embargo, el envejecimiento biológico es reversible, lo que pone de relieve el importante potencial de los cambios en las políticas de vivienda para mejorar la salud”, escriben las autoras en sus conclusiones.

"Las políticas para reducir el estrés y la incertidumbre asociados con el alquiler privado, como poner fin a los desalojos sin fundamento, limitar los aumentos de alquiler y mejorar las condiciones, pueden contribuir en cierta medida a reducir los impactos negativos del alquiler privado", dijo Emma Baker, profesora de la Universidad de Adelaida, que también contribuyó al estudio.

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“Quizás lo más relevante del estudio, en mi opinión, es que el hecho de tener una hipoteca no afecta ni positiva ni negativamente al envejecimiento biológico, lo cual es sorprendente, pues una hipoteca suele ser una fuente de estrés psicológico”, destaca Teresa Rubio que añade: “me gustaría lanzar la siguiente pregunta: ¿es posible en España acceder a una vivienda (de calidad) sin pasar antes por una hipoteca y sin tener problemas para pagarla debido a la inestabilidad laboral? En cualquier caso, como ya he indicado, el estudio no concluye que una hipoteca acelere el envejecimiento biológico, aunque (y esto es relevante) haber tenido problemas para pagarla sí lo acelera. De ahí que el estudio proponga más facilidades y ayudas para acceder a viviendas de calidad”.

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Pedro Gullón, epidemiólogo social y médico especialista en medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Alcalá, que no tuvo relación con esta investigación, señala, también en declaraciones a SMC España, que “estudios previos ya habían relacionado cómo las condiciones adversas de la vivienda se relacionan con una peor salud. Este estudio aporta conocimiento sobre los mecanismos biológicos que pueden estar detrás de ello. Encuentran que el vivir de alquiler privado, el retraso continuo en los pagos, o la exposición a contaminación se relacionan con un envejecimiento biológico más rápido que, según las estimaciones, es como la mitad del equivalente al tabaco o el doble que el estimado para la obesidad. Esto encaja con la literatura conocida donde sabemos que el estrés financiero, la inseguridad residencial o la exposición a contaminantes dentro del hogar pueden llevar a peor salud”.

“Es un estudio interesante que sigue en la línea de estudios anteriores y respalda la implementación de políticas sociales no solamente por razones éticas (el derecho de la vivienda), sino porque el retraso del envejecimiento biológico y, en consecuencia, de las enfermedades asociadas al envejecimiento biológico, mejora la calidad de vida de las personas y, por tanto, supone una inversión en medicina preventiva”, concluye Teresa Rubio.

Actualizado: 11 de octubre de 2023

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