Tendinitis
Un esfuerzo repetitivo o una sobrecarga en una zona de tu cuerpo puede provocar que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. Te contamos cómo recuperarte de una tendinitis.

Tratamiento de una tendinitis

Fisioterapeuta tratando a un paciente

La fisioterapia de estiramiento ayuda al paciente con tendinitis a mejorar la cicatrización y prevenir lesiones futuras.

Por: Julián Martínez San Juan

Osteópata, quiromasajista deportivo y técnico superior deportivo

Actualizado: 29 de abril de 2025

El objetivo del tratamiento de la tendinitis es principalmente aliviar el dolor y, al mismo tiempo, reducir la inflamación. Para ello, hay que comenzarlo cuanto antes mejor. Siempre bajo recomendación médica, en la fase aguda de los primeros días, cuando el dolor es más intenso, se utilizan antiinflamatorios no esteroideos (ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, aceclofenaco, diclofenaco, entre otros), tanto por vía oral como tópica; en el último caso en forma de crema o gel para frotar sobre la superficie lesionada, como un apoyo temporal.

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También se puede intentar reducir al máximo la movilidad de la zona afectada, utilizando una férula o un dispositivo ortopédico removible. La aplicación de calor o frío (en torno a 20 minutos) en el área afectada también alivia el dolor en las primeras 48-72 horas. 

En los casos en los que el dolor no remite, a veces se recurre a una inyección de glucocorticoides en la vaina del tendón afectado que comúnmente se denomina infiltración, aunque hoy en día es algo menos usado porque pueden debilitar el tendón si se abusa de ellos. Diversos estudios señalan que la terapia convencional no invasiva de estimulación eléctrica transcutánea del nervio (TENS), obtiene mejores resultados que la inyección de glucocorticoides.

Una vez que pase el dolor, es necesario que el paciente con tendinitis realice fisioterapia de estiramiento y fortalecimiento del músculo y el tendón, para rehabilitar la capacidad del tendón para soportar carga y mejorar la cicatrización y prevenir lesiones futuras. Para ello, puede recurrir también a programas específicos que incluyen ejercicios excéntricos (donde el músculo se alarga mientras se contrae), isométricos (mantener la contracción sin movimiento) y, más adelante, ejercicios de fuerza progresiva. En paralelo, se debe trabajar la mejora de la movilidad articular sin forzar el tendón lesionado. Sin olvidar que, en deportistas o trabajadores manuales, se deben corregir gestos técnicos que hayan favorecido la lesión.

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En ocasiones se recurre a la cirugía para limpiar el área afectada y disminuir la inflamación. En casos crónicos, la eliminación de la sección del tendón afectada con cirugía da buenos resultados. Algunas técnicas como la electrólisis percutánea ecoguiada (EPI), la terapia de ondas de choque o el láser de alta potencia pueden ser útiles en casos crónicos, siempre en manos expertas.

Tiempo de recuperación en una tendinitis

El tendón es un tejido de sangre lenta: se adapta despacio. Así que la recuperación de una tendinitis puede oscilar entre varios días y más probablemente unas pocas semanas, en función de:

  • Gravedad de la lesión: si es una inflamación leve, unas 4-6 semanas pueden ser suficientes. Si hay degeneración o cronicidad, puede irse a 12 semanas o más.
  • Zona afectada: tendones como el de Aquiles o el rotuliano suelen necesitar más tiempo que los del codo o el hombro.
  • Constancia en el tratamiento: hacer los ejercicios correctamente y con progresión marca la diferencia.
  • Corrección de la causa: si no corriges el factor que originó el problema (técnica, cargas, calzado, ergonomía…), la tendinitis puede cronificarse o recidivar.

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