Nuestros genes determinan qué alimentos nos apetece comer

Caer en la tentación de comer chocolate, alimentos ricos en grasa, poco saludables, o que no nos sientan bien, no se debe solo a falta de voluntad, sino que nuestros genes determinan nuestras preferencias dietéticas.
Madre e hija comiendo hamburguesa
 Los genes cerebrales afectan a la toma de decisiones en nuestra ingesta de alimentos.

Las preferencias que todos mostramos por unos u otros alimentos están relacionadas con nuestras variantes genéticas, lo que explicaría por qué nos resulta tan difícil seguir una dieta sin caer en la tentación de tomar determinados alimentos que van en contra de nuestra meta o que sabemos que no nos sientan bien, o modificar nuestros hábitos alimenticios. Estas son las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), que se han presentado en las Sesiones Científicas 2017 de la Sociedad Americana de Nutrición (ASN), celebradas en Chicago (Estados Unidos).

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En la investigación se analizaron los genomas de 818 adultos sanos (404 hombres y 414 mujeres) que habían cumplimentado diversos cuestionarios indicando sus hábitos dietéticos. Los autores del trabajo comprobaron, por ejemplo, que determinadas variantes en el gen que expresa el receptor de la oxitocina –conocida como ‘hormona del amor o de la felicidad’– se relacionaban con un elevado consumo de chocolate.

Determinadas variantes en el gen que expresa el receptor de la oxitocina –conocida como ‘hormona del amor o de la felicidad’– se relacionaban con un elevado consumo de chocolate

Otras variantes genéticas también se asociaron a un mayor consumo de sal (CREB1 y GABRA2) o de grasas (SLC6A2). Y, de hecho, un gen que se asocia con la obesidad desempeñaba un papel clave en la preferencia de los individuos, o el rechazo, hacia las verduras o los alimentos con un alto contenido en fibra.

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El hallazgo puede ayudar a diseñar dietas personalizadas

Se trata de la primera investigación que demuestra cómo los genes cerebrales afectan a la toma de decisiones en nuestra ingesta de alimentos y las preferencias alimentarias en un grupo de personas sanas.

Silvia Berciano, que ha dirigido el estudio, ha explicado que estos hallazgos ayudan a comprender mejor las conductas alimentarias de la población, y pueden contribuir a diseñar dietas individualizadas y adaptadas a las características de cada persona, de forma que sean más satisfactorias y fáciles de seguir, porque así se favorecería la adherencia a las recomendaciones dietéticas y se obtendrían mejores resultados.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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