Dra. Claudia Bernárdez

Especialista en dermatología y tricología y autora de ‘La Biblia del cuidado del cabello’
Conocer bien nuestro pelo es esencial para mantenerlo sano y bonito. La autora de 'La Biblia del cuidado del cabello', la dermatóloga Claudia Bernárdez, nos da las claves para crearnos una identidad capilar propia y lucir pelazo.
Claudia Bernárdez
“Las modificaciones que nos hacemos en el pelo afectan a la parte externa, a la fibra capilar. Por lo tanto, aunque el daño exterior no se puede revertir, no se va a dañar la raíz ni nos va a generar una calvicie”

01/06/2023

El cabello es una parte muy importante de nuestro aspecto; lo modificamos según nuestros estados de ánimo para vernos y sentirnos mejor. ¿A quién no le gusta tener un pelazo? Por el contrario, su pérdida puede ocasionar graves daños en la autoestima. Precisamente por lo solos que se sienten los pacientes con alguna patología capilar, la doctora Claudia Bernárdez decidió subespecializarse en trasplante capilar y en tricología, la ciencia que estudia el pelo y sus enfermedades. Desde su clínica AB Derma realiza consultas de dermatología general y estética y atiende las alteraciones del pelo y el cuero cabelludo. Hablamos con Claudia a raíz de la publicación de su libro La Biblia del cuidado del cabello (Zenith Her), en una charla donde esta experta da un repaso pormenorizado de todos los aspectos que debemos conocer sobre nuestro pelo, y ofrece numerosos consejos y trucos para cuidarlo tanto a nivel médico, como cosmético, e incluso explica qué hay de cierto en algunos de los mitos que circulan sobre el tema.

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Te declaras un poco friki del pelo: lo consideras una superestructura y conoces su química, su evolución… Es evidente que te apasiona. Pero la gente en general sabemos poco de él. ¿Cómo es el cabello y cómo lo ponemos en valor?

Portada "La biblia del cuidado del cabello"

Lo primero que hay que entender y aceptar es que el pelo es una estructura que nos viene dada. Su base principal es genética: la cantidad, cómo crece, su color… Por tanto, hay cosas que no podremos cambiar. Y aceptar esto nos va a ayudar mucho a disfrutar de nuestro pelo y a poder cuidarlo para sacarle partido.

Pero, claro, hay que destacar que sobre esa base genética nosotros tenemos mucha responsabilidad. Si queremos que nuestro pelo tenga su mejor aspecto, habremos de cuidarlo tanto por fuera, como por dentro.

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A lo largo de todo el libro vas desmontando mitos; coméntanos algunos de ellos, los que creas más interesantes o remarcables.

Muchos de los mitos sobre el pelo probablemente vienen por la evolución de la cosmética. Hay que entenderlos en el contexto de que no era lo mismo el cabello y sus cuidados hace 80 o 100 años que actualmente.

El primero, el más importante que la gente debe entender que no es real, es el que dice que el lavado es malo. Cada vez hay más estudios que demuestran que la salud del cuero cabelludo es muy importante para que el pelo crezca correctamente y, si no lo lavamos bien, no va a estar saludable. Pero como te decía este mito viene de que antiguamente usaban los mismos jabones que para la ropa, que eran súper agresivos y, claro, si te lavabas mucho, te quedabas sin pelo. 

Si queremos que nuestro pelo tenga su mejor aspecto, habremos de cuidarlo tanto por fuera, como por dentro

Y yo como dermatóloga tengo que recalcar que el mito de que los gorros o cascos alteran el crecimiento del pelo es falso. Muy por el contrario, van a proteger cuello, cara y cuero cabelludo de una exposición solar excesiva. El pelo realmente recibe el oxígeno desde dentro, desde los vasos sanguíneos, con lo cual lo que le pongamos encima no es un problema.

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Estás a favor de que “juguemos” con el cabello y lo modifiquemos de forma divertida, en cuanto a colores y formas, por su influencia en nuestro bienestar, pero ¿qué aconsejas para “maltratarlo” lo menos posible en cuanto a tintes, decoloración, opciones de secado o cambios de forma (permanentes, alisados…)?

Las modificaciones del pelo (cepillados, secados, tintes…) afectan a la parte externa. Hay que comprender que algo que nosotros hacemos desde fuera no nos va a dañar la raíz, ni nos va a generar una calvicie. Por eso yo estoy a favor de que la gente pueda hacerse en el pelo lo que le haga sentir bien. Lo que hay que entender es que como toda la fibra capilar que hay por fuera es una estructura de células muertas, el daño que le hacemos no se puede revertir. Entonces cuando, por ejemplo, queremos decolorar y pasar de ser completamente morenas a completamente rubias, vamos a generar un daño que no se puede recuperar.

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Mi recomendación a nivel general de todas las cosas del pelo es que por una parte hay que pensar muy bien lo que nos queremos hacer para no acumular daño y, después, hay que hablar con nuestro estilista o nuestro médico (si tenemos alguna patología) sobre esos cambios de look para saber cómo vamos a tener que cuidar el pelo en consecuencia.

El mito de que los gorros o cascos alteran el crecimiento del pelo es falso

Lo que hay que tener claro es que, si nos hacemos cosas muy agresivas y de manera continuada en el pelo, habrá que cuidarlo más día a día. Porque eso del “ya crecerá” no es muy válido debido a que es un proceso largo. Efectivamente, saldrá pelo nuevo que no lleva ese daño, pero tardará, ya que el crecimiento es muy lento (1 cm al mes aproximadamente).

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Cómo influye la nutrición en la salud capilar

Es relativamente fácil cuidar el pelo por fuera, con tratamientos cosméticos, por ejemplo. Pero tu lema es que hay que involucrarse desde dentro, porque el pelo es un espejo de nuestra salud en general. En este sentido es muy importante la alimentación porque la falta de nutrientes o su malabsorción causan enfermedades y un peor crecimiento capilar. Entonces, ¿cuál es la mejor dieta para nuestro pelo?

No hay una dieta específica; de hecho, no hay un superalimento que haga crecer el pelo de forma aislada. La mejor dieta es la saludable en general, variada y baja en procesados. También hay que evitar los azúcares simples, que cada vez más se demuestra que pueden llegar a ser más tóxicos para el cuerpo porque generan liberación de insulina y pueden producir alteraciones hormonales. El pelo en esa situación, igual que el resto del cuerpo, no va a funcionar bien.

No hay un superalimento que haga crecer el pelo de forma aislada. La mejor dieta es la saludable en general, variada

Cualquier alteración por déficit (falta de vitaminas, proteínas, hierro, calorías en general…) provoca que las células del pelo no funcionen igual de bien. Entonces solemos tener un empeoramiento del crecimiento que se suele asociar con más caída. Así que, si en determinados momentos crece peor, lo potenciaremos un poco con suplementación. En el libro hablo bastante, por ejemplo, de que el hierro hay que suplementarlo durante un tiempo prolongado y asegurarnos de que no vuelva a bajar para ratificar que el crecimiento del cabello es bueno.

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Destacas los radicales libres como grandes enemigos del pelo. La clave para contrarrestarlos son los antioxidantes.  Cuéntanos un poco más sobre ello.

El cuerpo hace que se generen más radicales libre cuando llevamos una vida insana: no hacemos ejercicio, tenemos mucho estrés, dormimos mal o comemos mal. Y al no ser capaz de eliminar estas grandes cantidades, se altera el crecimiento de todas las células, entre ellas el pelo. De hecho, en el libro explico que las células del folículo piloso son muy activas y siempre están formando radicales libres en una concentración bastante elevada.

Así que hay que priorizar una vida más sana y, en cuanto a la dieta, podemos potenciar el consumo de antioxidantes como la cúrcuma, algunas algas, el arándano rojo… Además, cada vez se usa más la suplementación con antioxidantes precisamente para contrarrestar estas vidas que llevamos.

Limpieza y cosmética capilar, un mundo de posibilidades

Dices en el libro que hoy por hoy la industria de la cosmética capilar tiene una gran calidad y que los productos se preparan en laboratorios de investigación vanguardista.  Hay tantísima variedad que normalmente no sabemos ni qué elegir. Centrémonos en el champú, ¿qué debemos pedirle?

La cosmética capilar, como la de la piel, hay que adaptarla. Por tanto, no hay un champú perfecto, sino el que te viene bien a ti en ese momento. Esto es muy importante para no dejarse guiar por las modas. En el libro se incluye una guía de cómo elegir champú porque no es algo fácil, ni generalizado. Debes valorar tus necesidades y si tienes el pelo muy graso deberás usas un champú un poquito más agresivo y, si lo tienes muy seco y muy fino, tendrás que intentar evitarlo.

De hecho, yo suelo recomendar tener en casa más de un tipo de champú porque el pelo va cambiando. Por ejemplo, el champú en seco es otra forma de limpiar que se puede usar cuando se acumule grasa. No es un sustituto porque no es tan limpiador como el que lleva agua, pero sí que se puede utilizar puntualmente.

No hay un champú perfecto y elegirlo no es algo fácil, ni generalizado; yo suelo recomendar tener en casa más de un tipo, porque el pelo va cambiando

Y en cuanto a los lavados, la principal recomendación es que hay que hacerlos activamente. La fibra capilar tiene una superficie muy grande y tenemos que lavar a fondo. Es básico masajear y enjuagar muy bien. En el libro explico los diferentes tipos de agua y las temperaturas, que es algo más complejo.

Durante todo el capítulo dedicado a la cosmética analizas rigurosamente los componentes de los distintos productos. ¿En cuales nos hemos de fijar más atentamente?

La cosmética está avanzando mucho y cada vez hay más componentes, pero lo que hemos de decir es que no tenemos que elegir un producto porque nos llame la atención el packaging, sino porque realmente nos haga falta.

Tenemos que huir del marketing del miedo. Lo que se usa hoy en día en la cosmética capilar se ha demostrado que es seguro y no es dañino, por ejemplo, los sulfatos. En el libro explico que si el champú no lleva sulfato, que es un tipo de surfactante, debe llevar otros surfactantes, ya que de otra forma no limpiaría. Todos los componentes, bien usados, nos pueden ayudar.

Tipos de pelo y alopecia

El pelo con canas es diferente y por eso necesita un cuidado distinto. Se asocia al envejecimiento, pero en el libro dices que si mimas tu salud, puedes tener menos canas porque también le afectan factores externos. Cuéntanos un poco sus peculiaridades.

Las canas son pelos que han perdido su color y se quedan transparentes (el efecto óptico hace que se vean blancas). Suelen tener un tacto más áspero y algo más grueso. Por tanto, hay que cuidar el pelo cano igual que el cabello un poco dañado o seco, con una nutrición frecuente e intensiva. Efectivamente, la genética es un factor decisivo, pero si llevamos una vida más sana y que genera menos oxidación, podemos tener menos canas que otra persona con nuestra misma genética.

Hay muchos grados de alopecia y la mayoría son temporales y recuperables. Entonces, ¿cuándo hay que acudir a un especialista?

Si asociado a una caída vamos viendo zonas que no recrecen, si se clarea el cuero cabelludo o hay mucho picor o dolor, hay que poner un tratamiento. Si hay algo que nos llama la atención fuera de lo normal, no dudemos en ir directamente a que nos valore el especialista.

Tenemos que huir del marketing del miedo. Lo que se usa hoy en día en la cosmética capilar se ha demostrado que es seguro

La mayoría de las alopecias se pueden controlar y cuanto antes se comience con un tratamiento específico, mejor. Por ejemplo, la alopecia por tracción, que puede estar provocada por llevar el pelo constantemente tirante, se puede evitar si se diagnostica pronto y se modifican los peinados.

Por último, como experta en trasplante capilar, ¿puedes contarnos un poco las claves de este procedimiento?

Un trasplante capilar se basa en mover pelo de una zona del propio paciente, a otra. Consiste en una extracción específica para colocarlo en otra área donde queremos que crezca. No se puede trasplantar de otra persona porque sería como un trasplante de riñón; habría que usar medicación muy agresiva, que no es compatible con un acto estético. La técnica más usada actualmente, por ser la menos invasiva, es la denominada FUE (siglas en inglés de “extracción de unidades foliculares”), e implica que se sacan una a una.  

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