Neumonía
La neumonía es la infección que provoca mayor número de ingresos hospitalarios, y aunque su causa habitual son las bacterias, también virus como el de la gripe y el de la varicela pueden originar esta enfermedad.

Complicaciones de la neumonía

Por: Olga de la Peña

Médico de familia

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 21 de abril de 2025

La neumonía es una infección pulmonar que puede estar causada por bacterias, virus u hongos, y su gravedad varía enormemente dependiendo del estado general del paciente, el agente causal y la rapidez con la que se inicia el tratamiento.

En muchos casos, con diagnóstico precoz y tratamiento adecuado, la neumonía se resuelve sin consecuencias. Sin embargo, en pacientes con enfermedades crónicas, personas mayores o inmunodeprimidos, la infección puede desbordar las defensas del organismo y desencadenar una serie de complicaciones potencialmente letales.

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Algunas de las posibles complicaciones de la neumonía son las siguientes:

  • Recurrencia: dos o más episodios de neumonía separados por un periodo de tiempo sin lesión en radiografía de tórax o por un periodo de un mes sin síntomas. Ha de valorarse en estos pacientes el estado inmunológico, las alteraciones de la anatomía de la zona afectada, o la existencia de otra enfermedad no infecciosa.

  • Neumonía crónica: existencia de infiltrado alveolar (afectación en el espacio alveolar) durante más de un mes sin resolución de los síntomas. En estos casos convendrá despejar dudas diagnosticas con el cancer de pulmón mediante un TAC o una broncoscopia.

  • Neumonía necrotizante: formación de cavidades múltiples a nivel del tejido pulmonar y la consecuente destrucción del mismo. Si esas pequeñas cavidades aumentan dan lugar a la aparición de otra complicación llamada absceso pulmonar (acumulación de pus en los pulmones). Suelen producirlo gérmenes poco habituales (anaerobios de la boca) y en pacientes de alto riesgo (VIH, adictos a drogas).

  • Insuficiencia respiratoria aguda: es una de las causas más frecuentes de ingreso en unidades de cuidados intensivos. El pulmón pierde su capacidad para oxigenar la sangre, lo que puede requerir oxigenoterapia de alto flujo o incluso ventilación mecánica.

  • Sepsis respiratoria: se trata de una afectación general muy grave con caída de la tensión arterial, taquicardia, afectación de otros órganos y del nivel de conciencia. Suele estar asociada a la neumonía bacteríemica (las bacterias entran al torrente sanguíneo). Esto puede derivar en fallo multiorgánico, con alta mortalidad, sobre todo en pacientes de edad avanzada.

  • Derrame pleural y empiema: el proceso inflamatorio puede extenderse a la pleura (la membrana que recubre los pulmones), acumulando líquido alrededor del pulmón, como consecuencia de la inflamación pleural que genera la neumonía. Puede sobreinfectarse y acumular pus, en cuyo caso se denomina empiema y requiere el drenaje con un tubo de tórax y antibióticos intravenosos prolongados.

  • Complicaciones cardiovasculares: estudios recientes han demostrado que la neumonía puede precipitar eventos cardíacos agudos, como infartos o arritmias, especialmente en personas con enfermedades cardiovasculares previas.

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Complicaciones de la neumonía

Factores de riesgo de complicaciones de una neumonía

Siempre habrá que considerar varios factores para evaluar el riesgo de posibles complicaciones en una neumonía. Existen varios puntos fundamentales a considerar:

  • Edad avanzada: mayores 65 años, considerando estado general. El sistema inmune pierde eficacia con los años, y la reserva respiratoria es menor.

  • Enfermedades debilitantes de base: enfermedad pulmonar crónicainsuficiencia cardiaca o renal crónica, hepatopatía crónica, diabetes mellitus, malnutrición, alcoholismo, inmunosupresión. 

  • Situaciones clínicas especiales: hospitalización por neumonía en el último año, falta de respuesta al tratamiento en las primeras 48-72 horas, sospecha de aspiración, sospecha de gérmenes poco habituales, infección generalizada.

  • Datos clínicos de presentación grave: dificultad respiratoria importante, paciente inestable (alteradas constantes vitales), fiebre elevada con gran afectación general, desorientación o alteración del nivel de conciencia.

  • Hallazgos de laboratorio sugerentes de mal pronóstico: leucocitos (glóbulos blancos de la sangre) muy elevados o por el contrario muy bajos, niveles de oxígeno en sangre muy bajos, anemia, alteración de proteínas de la sangre, mal funcionamiento del riñón.

  • Hallazgos en radiografía sugerentes de germen no habitual: afectadas varias porciones del pulmón o pulmones, derrame pleural (líquido a nivel del pulmón), extensión rápida inicial.

  • Presentación inicial muy grave que requiera ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

  • Inmunosupresión: por enfermedades (VIH, cáncer) o tratamientos (quimioterapia, corticoides, inmunomoduladores).

  • Consideraciones sociales: indigentes, falta de aporte social, dudas sobre el seguimiento del tratamiento (pacientes psiquiátricos, demencia).

  • Tabaquismo y alcoholismo crónico: deterioran la función respiratoria y la inmunidad local.

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La neumonía, pues, no es solo una "infección respiratoria más", sobre todo en pacientes de edad avanzada o con enfermedades crónicas. El fallecimiento del Papa Francisco, que había superado varios problemas respiratorios en los últimos años y meses, nos recuerda lo vulnerables que podemos ser frente a este tipo de infecciones cuando el contexto clínico se complica. La prevención (vacunación, control de enfermedades crónicas, abandono del tabaco) y el tratamiento precoz siguen siendo nuestras mejores armas para evitar que una neumonía derive en consecuencias fatales.

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