Identifican el factor que desencadena la enfermedad hepática más común

Identifican un factor de riesgo clave en la aparición del hígado graso no alcohólico, que puede ayudar a desarrollar terapias para frenar o prevenir esta enfermedad y otras patologías metabólicas, e incluso retrasar el envejecimiento.
Doctor mostrando una ilustración de un hígado con acumulaciones de grasa

10/02/2023

La esteatosis hepática no alcohólica (EHNA) también se conoce como hígado graso y se caracteriza por la acumulación de grasa en el hígado sin que exista un motivo concreto para ello, aunque hay factores de riesgo que predisponen a una persona a desarrollar esta afección como la obesidad, la diabetes, o el síndrome metabólico, entre otros.

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Ahora, investigadores de la Facultad de Medicina de UVA Health han descubierto un factor clave en la aparición del hígado graso no alcohólico que ayuda a explicar por qué hay personas jóvenes con este problema de salud y podría contribuir a encontrar un tratamiento efectivo para la enfermedad hepática más frecuente a nivel mundial. El estudio se ha publicado en la revista científica Genome Research.

Estos científicos han comprobado que las arrugas que se forman en el compartimento celular que contiene nuestro ADN son responsables de la EHNA. Los resultados de estudios previos que habían realizado sugerían que estos núcleos celulares arrugados podrían estar implicados en patologías metabólicas frecuentes como la diabetes y la enfermedad del hígado graso, e incluso en el proceso de envejecimiento, y los nuevos hallazgos refuerzan esa hipótesis y podrían orientar la investigación hacia terapias dirigidas a las arrugas para frenar la esteatosis hepática, y posiblemente retrasar o revertir el envejecimiento.

“Nuestros hallazgos podrían conducir a tratamientos novedosos destinados a revertir el hígado graso en pacientes jóvenes con enfermedad de hígado graso no alcohólico o personas de edad avanzada”

“Encontramos un mecanismo común que involucra el núcleo y la lámina nuclear que conduce a la acumulación de grasa en el hígado en personas de edad avanzada y personas más jóvenes con enfermedad del hígado graso no alcohólico”, ha señalado la investigadora principal Irina M. Bochkis, del Departamento de Farmacología de UVA. “Nuestros hallazgos podrían conducir a tratamientos novedosos destinados a restaurar la función de la lámina nuclear para controlar genes aberrantes y revertir el hígado graso en pacientes jóvenes con enfermedad de hígado graso no alcohólico o personas de edad avanzada”.

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Una terapia para frenar la esteatosis hepática no alcohólica

Aunque la esteatosis hepática es frecuente en los individuos que consumen grandes cantidades de alcohol y la acumulación de triglicéridos en el hígado es un signo que alerta de que una persona bebe demasiado, la enfermedad del hígado graso no alcohólico afecta a personas que no beben alcohol, o que beben muy poco, sobre todo a los pacientes con diabetes tipo 2 y a los adultos mayores, ya que se estima que el 40% de los mayores de 70 años padecen EHNA.

La enfermedad del hígado graso puede ser asintomática, e incluso pasar desapercibida en algunos casos, pero, en otros, se puede manifestar con síntomas como cansancio, debilidad y dolor abdominal, y reducir la calidad de vida. Se pueden tratar sus causas –como el sobrepeso, o la diabetes–, pero no existe un tratamiento específico

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La investigación de UVA sugiere que el origen del hígado graso no alcohólico puede deberse, al menos en parte, a defectos en los discos duros que contienen las instrucciones de funcionamiento de nuestras células. Unas alteraciones que se inician en el interior del núcleo celular donde se almacenan nuestros cromosomas y alteran la actividad de ciertos genes, lo que finalmente provoca una acumulación de grasa en el hígado.

Los resultados sugieren que el fallo empieza en una zona del núcleo llamada lámina, que actúa como un enlace entre la membrana nuclear y el material genético que contiene, llamado cromatina. Los investigadores encontraron que la formación de arrugas en la lámina influye en la actividad de los genes que controlan el almacenamiento de grasas. Cuando estos genes se vuelven hiperactivos, el hígado acumula un exceso de grasas y esto desencadena la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

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Los investigadores estudiaron células hepáticas procedentes de pacientes con hígado graso que tenían entre 21 y 51 años, y encontraron lo que esperaban: lámina arrugada, que según estos expertos ayuda a explicar por qué esta enfermedad puede afectar a individuos de cualquier edad y podría ayudar a identificar a las personas con riesgo de desarrollarla.

Fijándose en los cambios patológicos en la lámina se podrían desarrollar nuevas opciones terapéuticas para tratar o prevenir la esteatosis hepática no alcohólica, y seguramente otras enfermedades metabólicas. Bochkis ha explicado que, por ejemplo, se podrían utilizar virus especialmente diseñados para proporcionar diferentes proteínas de lámina al hígado para suavizar las superficies de las membranas y restaurar las células para que funcionen correctamente.

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“Actualmente no existe un tratamiento para la enfermedad del hígado graso no alcohólico y ningún método para estratificar a los pacientes”, ha dicho Bochkis. “Nuestros hallazgos podrían conducir a una estratificación mejorada y un tratamiento novedoso sin efectos secundarios en el que restaurar la función de la lámina devuelve a la célula a un estado saludable con la expresión génica adecuada”.

Actualizado: 14 de febrero de 2023

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