Qué es el examen de fondo de ojo

Por: David Saceda Corralo
Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología
Actualizado: 22 de abril de 2025
¿Qué es un fondo de ojo?
La funduscopia, oftalmoscopia o examen de fondo de ojo es una técnica médica que permite visualizar de forma directa las estructuras internas del globo ocular, sobre todo aquellas situadas en la parte posterior: la retina, el nervio óptico, la mácula y los vasos sanguíneos retinianos, para realizar un diagnóstico. Se trata de una prueba no invasiva y fundamental en la práctica oftalmológica, ya que permite detectar signos precoces de múltiples enfermedades oculares y sistémicas: desde una retinopatía diabética, hasta una hipertensión arterial, un glaucoma o incluso manifestaciones oculares de enfermedades neurológicas.
Para ello se dilata la pupila con fármacos que se depositan en forma de gotas en la superficie ocular (midriasis farmacológica); así, el oftalmólogo puede ver con facilidad el interior del globo ocular con un aparato que se llama oftalmoscopio. La prueba puede realizarse en consulta, de forma rápida e indolora, y no requiere preparación previa más allá de la dilatación.
Tipos de oftalmoscopia
El oftalmoscopio lo inventó en 1850 el médico y físico alemán Hermann von Helmholtz. Consiste en un aparato formado por una serie de espejos y cristales que alumbran la retina del ojo sin que la luz se refleje. Si no fuese por el oftalmoscopio la luz provocaría destellos y no se podría ver el fondo de ojo bien, algo parecido a lo que sucede cuando el flash de una cámara de fotos saca los ojos en color rojo. Hoy en día se han desarrollado dos tipos de oftalmoscopios:
Oftalmoscopio directo: es el primero que se diseñó y el más sencillo de los dos. El médico puede observar solamente un ojo al mismo tiempo. La técnica requiere cierta destreza, pero se utiliza muchas veces en el día a día por oftalmólogos y otros médicos. Proporciona una imagen ampliada y detallada de una zona muy concreta del fondo de ojo. Puede ser útil para evaluar la mácula y el disco óptico.
Oftalmoscopio indirecto: es más complejo que el anterior; utiliza un oftalmoscopio binocular junto con una lente convexa externa, con él, el oftalmólogo puede ver los dos ojos del paciente al mismo tiempo, ya que ofrece una imagen invertida (al revés y al revés lateralmente). Permite una imagen más amplia del fondo de ojo, incluyendo retina periférica. Es la técnica ideal para pacientes pediátricos, miopías altas o sospecha de desprendimiento de retina.
En ocasiones no basta con utilizar un oftalmoscopio simple y se necesitan otros aparatos que ayudan a examinar el fondo de ojo. La más utilizada es la lámpara de hendidura (biomicroscopía), una complicada lupa con luz en la que el paciente apoya la barbilla y la frente para que el médico explore sus ojos. Permite una imagen clara y estable del polo posterior. Se emplea mucho en consulta por su precisión diagnóstica y comodidad.
Tipos de oftalmoscopios actuales
La tecnología ha evolucionado mucho y hoy en día existen varios instrumentos disponibles:
- Oftalmoscopio directo manual tradicional: portátil y usado especialmente en atención primaria y emergencias.
- Oftalmoscopio indirecto binocular: montado sobre la cabeza, ideal para especialistas.
- Oftalmoscopio digital: captura imágenes del fondo de ojo para documentación, seguimiento y telemedicina, y que permiten comparar la evolución de la retina.
- Cámaras de fondo de ojo (retinógrafos): permiten una fotografía en alta resolución del fondo de ojo; algunos modelos incluyen la angiografía fluoresceínica (que estudia directamente los vasos sanguíneos) o imágenes en 3D.
- OCT (Tomografía de Coherencia Óptica): aunque no es un oftalmoscopio en sentido estricto, se usa en conjunto para obtener cortes milimétricos de la retina y nervio óptico.

Cuándo se hace un examen de fondo de ojo
El examen de fondo de ojo sirve para diagnosticar una enfermedad u observar su evolución hacia la mejoría o el empeoramiento. No es el paso intermedio hacia ningún tipo de tratamiento. Las enfermedades en las que está indicado realizar un examen de fondo de ojo son:
- Diabetes mellitus: la diabetes es la principal causa de ceguera en la población activa de los países desarrollados, y gracias al examen del fondo de ojo podemos observar de forma directa los pequeños vasos sanguíneos que irrigan la retina.
- Hipertensión arterial: del mismo modo que en la diabetes, podemos observar las alteraciones de los vasos sanguíneos que se producen en la hipertensión arterial. También sirve para identificar el grado de evolución de la enfermedad.
- Embolia retiniana: sirve para confirmar la presencia de un émbolo en una arteria retiniana que bloquee el paso de sangre hacia una zona concreta. Aparece en la retina una mancha rojo cereza.
- Trombosis venosa: podemos ver si el flujo sanguíneo es correcto a través de la venas o está interrumpido por trombos. Aparecen imágenes de llamaradas por toda la retina.
- Desprendimiento de retina: el examen de fondo de ojo permite ver si hay alguna zona de la retina que se haya descolgado del interior del ojo; si es así, se vería que cae igual que una cortina.
- Retinitis pigmentosa: es una de las pruebas a realizar en esta enfermedad genética. Se observarán espículas, de un aspecto parecido al hueso, en la periferia de la retina.
- Uveítis posterior: se observan acumulaciones algodonosas por delante de la retina, que son consecuencia de la infección local.
- Degeneración macular: es la causa de ceguera más frecuente entre los ancianos. Se pueden ver las alteraciones de la zona central de la retina, que se llama mácula. En ocasiones se puede apreciar un edema claramente.
- Glaucoma crónico: en esta enfermedad el nervio óptico se erosiona poco a poco en su parte final, la papila óptica. El examen de fondo de ojo puede servirnos para ver ese daño a simple vista, aunque hoy hay técnicas más fiables.
- Neuritis ópticas: el nervio óptico puede inflamarse como consecuencia de una infección viral, y así aparecerá en un examen de fondo de ojo.
- Neuropatías isquémicas: el riego sanguíneo también puede interrumpirse en el nervio óptico, como consecuencia de la diabetes, hipertensión o enfermedades autoinmunes.
- Esclerosis múltiple: en esta enfermedad neurológica es frecuente que se altere la visión por afectación del nervio óptico. Siempre se debe realizar un examen de fondo de ojo para descartar otras causas.
- Hipertensión intracraneal: los aumentos de presiones dentro del cráneo provocan un edema de papila (papiledema). Los motivos son muy variados, entre ellos están la meningitis, los tumores cerebrales, hemorragias, hidrocefalia, etcétera. El examen de fondo de ojo, además, es una prueba obligada antes de realizar una punción lumbar, ya que la existencia de papiledema es una contraindicación absoluta.
¿Qué estructuras del ojo se valoran en un fondo de ojo?
Durante la oftalmoscopia, el especialista analiza cuidadosamente las siguientes estructuras del globo ocular:
- El nervio óptico (papila): su color, forma y bordes, útiles para diagnosticar glaucoma o neuropatías ópticas.
- La mácula: área central de la retina, vital para la visión fina y detallada; alteraciones aquí pueden sugerir degeneración macular o edemas.
- Los vasos retinianos: arterias y venas cuya morfología refleja muchas veces el estado vascular del organismo (hipertensión, diabetes).
- La retina periférica: útil para detectar desgarros, desprendimientos o tumores.

Cómo se hace el examen de fondo de ojo
Para hacerte un examen de fondo de ojo, cuando llegues a la consulta del oftalmólogo la enfermera comenzará a instilarte unas gotas de colirio en el ojo que te dilatarán poco a poco la pupila; estas gotas pueden escocer un poco. Este proceso puede llevar varios minutos, hasta una hora. La enfermera irá comprobando cómo se dilata la pupila hasta que considere que se encuentra en el estado ideal para poder realizar la prueba.
Después, entrarás en la consulta del oftalmólogo y te sentarás en una silla. Se apagarán las luces para facilitar la visión del interior del ojo. Si el médico utiliza una lámpara de hendidura, te pedirá que apoyes la barbilla y la frente en una estructura de metal, para así fijar la mirada y utilizar las lupas y luces que permiten el examen ocular.
Si el oftalmoscopio es directo, el médico tendrá que ver primero un ojo y después el otro ojo. Cuando el oftalmoscopio que se usa es indirecto, el médico podrá ver los dos ojos a la vez con una luz que normalmente se colocará en su propia frente; en este caso, permanecerás reclinado o tumbado. Durante la prueba, el médico te pedirá que fijes la vista en un punto y que no parpadees por unos segundos.

Una vez terminado el examen de fondo de ojo podrás relajar la mirada y realizar una vida normal. Eso sí, la dilatación de las pupilas te durará unas horas más, por lo que la luz del sol te molestará y puedes tener alguna alteración visual; lo más frecuente es que no puedas leer de cerca, así que se recomienda aplazar actividades que lo requieran.
No siempre es necesario que el examen de fondo de ojo se realice en estas condiciones. Los neurólogos y otros médicos en urgencias suelen realizar el examen de fondo de ojo sin dilatar antes la pupila, ya que no hay tiempo para ello. Esto no permite un estudio profundo de la retina y otras partes del ojo, pero sí es posible observar las partes esenciales que les interesen (por ejemplo, la presencia de papiledema).
Complicaciones del examen de fondo de ojo
Aunque es una prueba no invasiva y en general muy segura, no está exenta de ciertas molestias o complicaciones leves y poco habituales, que es importante conocer para que el paciente acuda con tranquilidad y confianza. Las complicaciones graves en el examen del fondo de ojo no son muy frecuentes.
Algunos de los efectos secundarios o compicaciones que pueden ocurrir alguna vez son:
Irritación de la conjuntiva ocular o escozor intenso en los ojos al instilarte las gotas midriáticas (habitualmente tropicamida o fenilefrina) usadas para dilatar la pupila. Esta dilatación puede causar:
- Visión borrosa (especialmente para la lectura o visión cercana) durante 4 a 8 horas.
- Fotofobia (molestia por la luz), que mejora usando gafas de sol al salir del centro médico.
- Dificultad para enfocar, sobre todo en personas con presbicia no corregida.
Alergia al medicamento que se utiliza para dilatar la pupila. Aunque son raras y reversibles, algunas personas pueden experimentar:
- Irritación ocular, con escozor o enrojecimiento al instilar las gotas.
- Dolor de cabeza leve.
- Aumento de la presión intraocular en personas susceptibles (por ejemplo, con glaucoma de ángulo estrecho no diagnosticado).
- Reacciones alérgicas, extremadamente infrecuentes, que pueden manifestarse como enrojecimiento, hinchazón palpebral o lagrimeo excesivo. Muy raramente, pueden presentarse síntomas sistémicos como taquicardia o sequedad de boca.
Provocación de un ataque de glaucoma agudo, ya que al dilatar la pupila el canal por el que se drena el líquido del interior del ojo se cierra y puede aumentar mucho la presión intraocular.
El uso de luces intensas durante el examen puede provocar una sensación de deslumbramiento temporal o la percepción de una “mancha” que desaparece a los pocos minutos. Es completamente inocuo.
¿Cuándo consultar tras la prueba?
Aunque es muy raro, debe consultarse con un profesional si se presentan síntomas como:
- Dolor ocular intenso y repentino.
- Visión muy borrosa que no mejora pasadas varias horas.
- Náuseas, vómitos o sensación de presión en los ojos (posibles signos de aumento de presión intraocular en personas predispuestas).
- Reacciones alérgicas visibles (párpados inflamados, picor intenso, erupciones).
Creado: 3 de mayo de 2013