Fragilidad y discapacidad en la vejez: dos caras de la misma moneda

La fragilidad en la vejez no es inevitable: detectarla a tiempo y actuar con ejercicio, buena alimentación, seguimiento sanitario y apoyo social puede marcar la diferencia entre envejecer con autonomía o con discapacidad. Conoce los signos para identificarla y cómo prevenirla.
Enfermera ayudando a una anciana a poner bien los pies en su silla de ruedas

Jaime Barrio Cortes

Médico de familia e investigador senior en Fundación para la Investigación e Innovación Biosanitaria en Atención Primaria (FIIBAP). Director del Máster en Salud Escolardocente en Facultad de Salud

Universidad Camilo José Cela

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The Conversation

Actualizado: 1 de octubre de 2025

El mundo está envejeciendo a un ritmo sin precedentes. Según la Organización Mundial de la Salud, en 2030 una de cada seis personas tendrá más de 60 años, y en 2050 este grupo alcanzará los 2 100 millones1.

Llegar a edades más avanzadas es un logro de la sociedad moderna, pero no siempre va acompañado de buena salud. Se calcula que entre el 10 % y el 50 % de los mayores de 65 años presentan fragilidad2, especialmente a partir de los 80, mientras que la discapacidad afecta a 1 300 millones de personas en todo el mundo3 (es decir, al 16 % de la población). Mantener la autonomía y la calidad de vida de los mayores es, por tanto, una prioridad de salud pública global.

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Aunque vivimos más años que nunca, no siempre lo hacemos con la salud que desearíamos. La fragilidad es habitual y silenciosa: pasa desapercibida hasta que se producen caídas, hospitalizaciones o pérdida de independencia4. Sin embargo, lejos de ser un destino inevitable, puede detectarse a tiempo y, con intervenciones sencillas, prevenirse o incluso revertirse.

Qué significa ser “frágil”

La fragilidad es un síndrome multidimensional5 que no equivale simplemente a envejecer. Muchas personas de 80 o 90 años mantienen plena independencia, mientras que otras experimentan pérdida de fuerza y energía en edades más tempranas. Entonces, el organismo dispone de menos reservas fisiológicas y responde con mayor dificultad a situaciones de estrés como una infección, una caída o una cirugía.

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Los signos más característicos son la debilidad muscular, la fatiga persistente, la lentitud al caminar y la pérdida de peso no intencionada6. Una persona frágil todavía puede realizar sus actividades diarias, pero lo hace con menor eficacia y mayor riesgo de complicaciones. Sin un abordaje temprano, esta vulnerabilidad puede progresar hacia la discapacidad, es decir, la dificultad para vestirse, bañarse, cocinar o moverse de forma autónoma.

Cómo se relacionan la fragilidad y la discapacidad

Aunque estrechamente ligadas, la fragilidad y la discapacidad no suponen lo mismo7. La primera se puede revertir, mientras que la segunda tiende a ser más estable e irreversible. Sin embargo, ambas condiciones suelen coexistir y se retroalimentan: la fragilidad aumenta el riesgo de discapacidad, y la discapacidad acelera el deterioro físico y psicológico.

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Además, tanto una como otra no solo afectan a la salud individual, sino también al entorno familiar y social. Cuando una persona mayor desarrolla fragilidad o discapacidad, aumenta la carga de cuidados que deben asumir sus allegados y el sistema sociosanitario, con consecuencias emocionales, económicas y laborales8.

Cómo detectar la fragilidad a tiempo

El gran reto es que la fragilidad no siempre resulta evidente. Por eso los expertos recomiendan realizar cribados periódicos a partir de los 70 años en consultas de atención primaria9. Existen pruebas sencillas10 como medir la fuerza de agarre11 con la mano o la velocidad al caminar unos metros y realizar cuestionarios breves que ayudan a identificar a las personas en riesgo.

Reconocer este estado de forma precoz es crucial, ya que en ese momento las intervenciones tienen mayor impacto. Además, la educación sanitaria juega un papel fundamental12: si la población y las familias saben reconocer signos como la fatiga crónica, la reducción de actividad o la pérdida de peso, será más fácil pedir ayuda a tiempo.

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Estrategias de prevención de la fragilidad

La buena noticia es que la fragilidad no es inevitable. Numerosos estudios muestran que adoptar ciertos hábitos puede retrasar o incluso prevenir su aparición.

  • Actividad física regular13: el ejercicio es la intervención más efectiva. Programas que combinan fuerza, resistencia, equilibrio y flexibilidad –como caminar, hacer ejercicios con bandas elásticas y practicar yoga o taichí– reducen el riesgo de caídas, mejoran la movilidad y refuerzan la masa muscular. Es importante que sea adaptado a las capacidades de cada persona y que resulte agradable y sostenible en el tiempo.
  • Nutrición adecuada14: una alimentación equilibrada, con suficiente proteína diaria (carne, pescado, legumbres, lácteos), es clave para preservar músculo y energía. También son fundamentales la vitamina D, el calcio y la vitamina B12, nutrientes que suelen escasear en mayores y que influyen en huesos, músculos y sistema nervioso. Mantener una buena hidratación resulta igualmente esencial.
  • Cuidado de la mente y el ánimo15: el deterioro cognitivo y la depresión a menudo se asocian a la fragilidad. Participar en actividades intelectuales (leer, aprender cosas nuevas, resolver juegos), mantener vínculos sociales y pedir apoyo psicológico cuando es necesario ayuda a conservar la motivación y la autoestima.
  • Redes sociales y comunitarias16: el aislamiento es un gran enemigo del envejecimiento saludable. Contar con amistades, familia, asociaciones o centros comunitarios no solo aporta compañía, sino que también favorece la adherencia a rutinas saludables y proporciona ayuda en momentos de necesidad.
  • Revisiones médicas17 y manejo de la medicación18: controlar enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes, fibrilación auricular o insuficiencia cardíaca evita complicaciones que precipitan la fragilidad. Además, la polimedicación (tomar muchos fármacos a la vez) puede aumentar riesgos como mareos o caídas; por eso es recomendable revisar periódicamente los tratamientos con un profesional de salud.

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Una mirada social y colectiva

La prevención de la fragilidad no depende solo de las decisiones individuales. También influyen el entorno y las políticas públicas19. Ciudades amigables con las personas mayores, con calles accesibles, transporte adaptado, espacios verdes y servicios comunitarios, favorecen un envejecimiento activo y seguro.

Además, invertir en programas comunitarios de ejercicio, nutrición y apoyo a cuidadores20 reduce la carga sobre hospitales y residencias, a la vez que mejora la calidad de vida de las personas mayores.

La fragilidad y la discapacidad no deben asumirse como un destino inevitable de la vejez. Detectar la fragilidad temprano y actuar con medidas sencillas –ejercicio, buena alimentación, vínculos sociales y revisiones médicas– permite conservar la independencia y retrasar el deterioro.

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En definitiva, se trata de cambiar la mirada sobre el envejecimiento: en lugar de esperar a que aparezcan las complicaciones, adoptar un enfoque preventivo y activo que favorezca una vejez más saludable, autónoma y plena.

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  • 1

    World Health Organization: WHO. “Envejecimiento y Salud.” World Health Organization: WHO, 1 Oct. 2024, https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/ageing-and-health.

  • 2
    Yiming Qiu, Guichen Li, Xinxin Wang, Wei Liu, y Xin Li. «Prevalence of Multidimensional Frailty Among Community-Dwelling Older Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis». International Journal of Nursing Studies, vol. 154, Elsevier BV, 2024, p. 104755+, doi:10.1016/j.ijnurstu.2024.104755.
  • 3

    World Health Organization: WHO. “Discapacidad.” World Health Organization: WHO, 7 Mar. 2023, https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/disability-and-health.

  • 4
    L. P. Fried, C. M. Tangen, J. Walston, A. B. Newman, y C. Hirsch. «Frailty in Older Adults: Evidence for a Phenotype». The Journals of Gerontology Series A: Biological Sciences and Medical Sciences, vol. 56, n.º 3, Oxford University Press (OUP), 2001, pp. M146-M157+, doi:10.1093/gerona/56.3.m146.
  • 5
    L. P. Fried, C. M. Tangen, J. Walston, A. B. Newman, y C. Hirsch. «Frailty in Older Adults: Evidence for a Phenotype». The Journals of Gerontology Series A: Biological Sciences and Medical Sciences, vol. 56, n.º 3, Oxford University Press (OUP), 2001, pp. M146-M157+, doi:10.1093/gerona/56.3.m146.
  • 6
    L. P. Fried, C. M. Tangen, J. Walston, A. B. Newman, y C. Hirsch. «Frailty in Older Adults: Evidence for a Phenotype». The Journals of Gerontology Series A: Biological Sciences and Medical Sciences, vol. 56, n.º 3, Oxford University Press (OUP), 2001, pp. M146-M157+, doi:10.1093/gerona/56.3.m146.
  • 7
    Olga Theou, Michael R.H. Rockwood, Arnold Mitnitski, y Kenneth Rockwood. «Disability and Co-Morbidity in Relation to Frailty: How Much Do They Overlap?». Archives of Gerontology and Geriatrics, vol. 55, n.º 2, Elsevier BV, 2012, pp. e1-e8+, doi:10.1016/j.archger.2012.03.001.
  • 8

    World Health Organization: WHO. “Discapacidad.” World Health Organization: WHO, 7 Mar. 2023, https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/disability-and-health.

  • 9

    Ministerio de Sanidad. Actualización del documento de consenso sobre prevención de la fragilidad en la persona mayor (2022). Madrid; 2022.

  • 10
    Rita Galán Díaz. «¿Cuánto Puede Aguantar Sobre Una Pierna? El Sencillo Test Que Evalúa Nuestro Envejecimiento Neuromuscular». The Conversation, The Conversation, 2025, doi:10.64628/AAO.cq5y6x77h.
  • 11
    Paula Cordova Alegre. «Fuerza De Agarre: Lo Que Un Buen apretón De Manos Puede Decir De Nuestra Salud». The Conversation, The Conversation, 2023, doi:10.64628/AAO.us9uf3f7w.
  • 12
    Cristina Casals, Laura Ávila-Cabeza-de-Vaca, Andrea González-Mariscal, Alberto Marín-Galindo, y Manuel Costilla. «Effects of an Educational Intervention on Frailty Status, Physical Function, Physical Activity, Sleep Patterns, and Nutritional Status of Older Adults With Frailty or Pre-Frailty: The FRAGSALUD Study». Frontiers in Public Health, vol. 11, Frontiers Media SA, 2023, doi:10.3389/fpubh.2023.1267666.
  • 13
    John Muscedere. «Effectiveness of Physical Activity Interventions in Older Adults With Frailty or Prefrailty: A Systematic Review and Meta-Analysis». Canadian Medical Association Open Access Journal, vol. 9, n.º 3, CMA Joule Inc., 2021, pp. E728-E743+, doi:10.9778/cmajo.20200222.
  • 14
    John Muscedere. «Effectiveness of Nutrition Interventions and Combined Nutrition and Physical Activity Interventions in Older Adults With Frailty or Prefrailty: A Systematic Review and Meta-Analysis». Canadian Medical Association Open Access Journal, vol. 9, n.º 3, CMA Impact Inc., 2021, pp. E744-E756+, doi:10.9778/cmajo.20200248.
  • 15
    «Salud Mental De Los Adultos Mayores». Archives of Gerontology and Geriatrics, vol. 107, Elsevier BV, p. 104904+, https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-of-older-adults?utm_source=chatgpt.com.
  • 16

    Cassetti V, López-Ruiz V, Paredes-Carbonell JJ, por el Grupo de Trabajo del Proyecto AdaptA GPS. Participación comunitaria: mejorando la salud y el bienestar y reduciendo desigualdades en salud. Zaragoza: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social – Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud; 2018. 65 p

  • 17
    «Integrating Frailty Interventions into Existing Care Models: A Comprehensive Approach to Enhancing Patient Outcomes in Chronic Disease Management». Frontiers in Public Health, vol. 12, Frontiers Media SA.
  • 18
    «STOPP/START/Criteria/for/Potentially/Inappropriate/Prescribing/in/Older/People:/Version/3». European Geriatric Medicine, vol. 14, n.º 4, Springer Science and Business Media LLC, pp. 625–632+.
  • 19

    Organización Mundial de la Salud. (2020). Década del Envejecimiento Saludable 2020-2030: propuesta final. https://cdn.who.int/media/docs/default-source/decade-of-healthy-ageing/decade-proposal-final-apr2020rev-es.pdf

  • 20

    Ministerio de Sanidad. Actualización del documento de consenso sobre prevención de la fragilidad en la persona mayor (2022). Madrid; 2022.

Creado: 1 de octubre de 2025

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