La soledad en la tercera edad, cómo combatirla

La soledad es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores. Por eso, aquí encontrarás vías de escape y entornos de apoyo para combatirla y recuperar las ganas de disfrutar la vida en compañía.
Hombre mayor

No permitas que la soledad deteriore tu calidad de vida.

Por: Maite Nicuesa Guelbenzu

Doctora en Filosofía y experta en coaching

Actualizado: 19 de diciembre de 2024

La soledad en la tercera edad es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores, un tema preocupante sin duda, ya que su calidad de vida no solo implica un buen estado físico, sino también emocional. La amargura y la tristeza roban las ganas de vivir a muchas personas mayores que se sienten solas. En este sentido, conviene tener en cuenta que la sociedad y el modelo de familia han dado un giro importante en las últimas décadas. Por ello, conviene hacer autocrítica. Con la modernidad hemos conseguido retos muy positivos, pero en la actualidad también tenemos una profunda crisis de valores.

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En este contexto, conviene recordar que cada persona, haciendo uso de su libertad, es capaz de ir más allá de las circunstancias sociales. Por ello, lo ideal es que los adultos mayores tengan un protagonismo importante en el seno de la familia y no se sientan nunca solos.

Necesidades emocionales de las personas mayores

Las principales necesidades emocionales de las personas mayores son la necesidad de estima y reconocimiento. Necesitan sentir que forman parte de la sociedad y de su entorno cercano.

Para las personas mayores es muy gratificante rodearse de gente más joven porque se sienten más vivas y más alegres, y necesitan convivir con personas de edades diversas, que aportan formas de ver la vida y experiencias distintas a las suyas. Está claro que la alegría también se contagia, y en esto influyen detalles tan sencillos como la forma de vestir. Por suerte, en la actualidad las personas mayores pueden apostar por la moda y vestir de una forma juvenil y con colores animados, y es que el modo de vestir influye mucho en el estado de ánimo.

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Soledad en las personas mayores

Sin embargo, es frecuente que algunas personas mayores puedan llegar a sentirse solas. El motivo es que no tienen familia, o sí la tienen, pero sus familiares actúan con indiferencia, lo que muchas veces es todavía peor. La soledad también puede surgir por los miedos y las inseguridades propias de la edad, o a causa de enfermedades crónicas que disminuyen su calidad de vida o les impiden desenvolverse por sí mismos.

En otros casos, existen personas que sufren mucho después de la jubilación ante el cambio que implica la falta de actividad profesional, y porque perciben su nueva situación como un aislamiento social por haber perdido también la relación que mantenían con sus compañeros de trabajo. Este cambio lo notan especialmente las personas que tenían un trabajo con el que eran realmente felices.

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Soledad y pandemia de COVID-19

Otro de los motivos por los que los mayores pueden sentirse solos es por las consecuencias derivadas de la reciente pandemia de COVID-19 y es que, las personas de la tercera edad son el principal grupo de riesgo de este coronavirus. Por ello, muchas familias están evitando al máximo las visitas a los abuelos, con el fin de protegerlos del SARS-CoV-2, y las demostraciones de cariño se han restringido en muchos casos con este colectivo. Muchos mayores además han perdido a parejas o amigos incrementando ese posible sentimiento de soledad.

Sin duda uno de los momentos en los que los mayores se sintieron más solos fue en el confinamiento domiciliario impuesto en marzo de 2020, donde muchos ancianos tuvieron que quedarse solos y en muchos casos ayudados por vecinos o amigos cercanos que les proveían de comida y medicamentos necesarios. Esto también pasó en las residencias de mayores, donde era imposible recibir visitas de familiares o conocidos, un duro golpe emocional para este colectivo.

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Combatir la soledad en la tercera edad

Combatir la soledad en la tercera edad no siempre es fácil, y tampoco cosa de uno mismo, pero existen diverdas posibilidades para romper con este círculo vicioso y sus peligrosas consecuencias para nuestro estado físico y mental.

Cuando los mayores ya no pueden valerse por sí mismos conviene tomar una decisión. Algunas personas apuestan por cuidar de sus padres en su casa, pero también existen casos de personas que llevan a sus padres a una residencia. Del mismo modo, destaca el excelente trabajo de los Centros de Día, que realizan una gran función, permitiendo que el anciano pueda dormir en casa, mientras durante el día se encuentra acompañado y atendido por profesionales.

Pero en caso de que el anciano pueda valerse por sí mismo, también conviene que la familia tenga gestos de interés por él, por ejemplo, los hijos y los nietos tienen que visitar a los mayores con regularidad. Conviene proponer planes semanales, como comer todos juntos el domingo y, al menos una vez al día, es recomendable que los hijos llamen por teléfono a sus padres para saber cómo están, qué han hecho a lo largo del día, y poder charlar un rato. También puedes sorprenderle en cualquier momento con un regalo para que se sienta especial, o comprarle revistas y periódicos para que pueda leer y estar informado de los temas de actualidad, hacer crucigramas, sopas de letras…

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Ideas para que los mayores se mantengan activos

Hoy día se imparten numerosos cursos para personas mayores. Los de informática, por ejemplo, resultan de gran utilidad para estimular la mente, y también ofrecen la posibilidad de tener una ocupación, hacer nuevos amigos Y, además, aprender a disfrutar de todas las ventajas que ofrece Internet.

Existen proyectos interesantes que sirven de apoyo intelectual para muchas personas mayores. Por ejemplo, la Universidad para Mayores Francisco Ynduráin que tiene su sede en Aoiz (Navarra). Sin embargo, en cualquier ciudad se llevan a cabo actividades destinadas especialmente para las personas mayores

Otra posibilidad que puede aportar muchas satisfacciones es hacerse socio de un Club de Jubilados donde poder asistir cada día para jugar a las cartas, tomar algo, charlar con otros amigos y socializar. Además, en estos centros también organizan viajes y actividades culturales que son muy interesantes.

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También hay instituciones centradas en el voluntariado que tienen como objetivo acompañar a las personas mayores que viven solas. En ese caso, aquella persona que lo necesite puede ponerse en contacto con la bolsa de voluntariado de su ciudad para demandar la ayuda de un voluntario. El hecho de recibir una visita semanal sirve de estímulo y de apoyo para aquellas personas que viven solas. Pero a su vez, las personas mayores que tienen calidad de vida, pueden colaborar como voluntarias en algo que les haga ilusión. Este tipo de iniciativas son muy positivas porque sirven para que la persona se sienta valorada y útil.

En la tercera edad es normal tener algún que otro achaque. Por ello, no hay que olvidar que los médicos también se convierten en un punto de apoyo importante para el paciente. De hecho, el médico de cabecera también realiza una gran labor de escucha activa.

Otra idea para combatir la soledad, y además protegerse de dichos sustos de salud es practicar ejercicio en grupo. Las opciones son numerosas, desde clases de yoga o caminatas a gimnasia suave, que mejoran la salud y permiten interactuar socialmente.

Por supuesto, también existe la vía de la psicoterapia. Así, si la soledad viene acompañada de tristeza profunda, ansiedad o depresión, un gerontólogo puede derivarlos a un especialista.

Combatir la soledad en la tercera edad

Ayudas institucionales

No todo parte siempre del afectado o sus familias, desde las instituciones, ayuntamientos y demás, existen diversas vías que pueden facilitar a los más mayores alejarse de la soledad. Algunas de estas opciones son: 

  • Espacios amigables: asegurar que las viviendas, residencias o barrios estén diseñados para fomentar interacciones espontáneas. De hecho, cada vez es más común encontrarse con lo que se conoce como ciudades amigables con la tercera edad.
  • Cohousing: este palabro no es otra cosa que proyectos de viviendas colaborativas donde mayores comparten áreas comunes y actividades.
  • Programas gubernamentales: colaborar con iniciativas públicas que brinden acompañamiento, transporte para actividades sociales o servicios de visitas a domicilio.
  • Cuidadores profesionales: incorporar a asistentes o cuidadores que no solo ayuden con tareas prácticas, sino que también ofrezcan apoyo social.
  • Adopción de mascotas: los animales proporcionan compañía constante y un propósito diario y pueden ser un elemento que aporta alegría y compañía a nuestros sénior.
  • Interacciones programadas con animales: si no se puede tener una mascota propia, también existen sesiones con perros o gatos en centros de día o centros especializados.

Consejos para conseguir bienestar emocional en la vejez

Existen hábitos sencillos que contribuyen al bienestar emocional de las personas mayores y les ayudan a combatir la soledad. Por ejemplo, cada día, conviene salir a pasear. Es importante dar esperanza porque muchas personas mayores hacen nuevas amistades cuando salen todos los días al parque, se sientan en un banco, y charlan con otros mayores. Y es que uno de los mayores peligros de la tercera edad es perder las relaciones sociales, por ello, es conveniente que intentes cultivar tus relaciones con tus vecinos.

Muchos mayores también acuden a misa cada día y, en ese caso, pueden charlar con algunos de los feligreses a la salida de la iglesia. Del mismo modo, es positivo estar integrado en las actividades de la parroquia; por ejemplo, puedes cantar en el coro de la iglesia. Los beneficios de la música son excelentes, no solo para tener un buen estado de ánimo, sino también para cuidar la memoria, tanto, que la música también es estimulante para los enfermos de Alzheimer.

Lamentablemente, la soledad de las personas mayores se potencia todavía más en las grandes ciudades, donde la indiferencia social es mayor debido al individualismo existente. Sin embargo, si tienes la suerte de residir en un pueblo, te resultará más fácil mantener relaciones sociales porque existe más cercanía entre los vecinos, y la sensación de soledad es menor.

Cine, juegos y lecturas para la tercera edad

Existen películas excelentes que ofrecen una visión fantástica de las personas de la tercera edad, como ‘Las chicas de la lencería’, un buen ejemplo de que es posible tener ilusiones a cualquier edad. Otra película que puede dar esperanza a muchas personas en el plano del amor es ‘Nunca es tarde para enamorarse’, protagonizada por Emma Thompson y Dustin Hoffman. Quien quiera reflexionar sobre el papel de los afectos en la tercera edad también puede hacerlo a través de una estupenda película dirigida y protagonizada por Clint Eastwood, ‘Gran Torino’.

Personas mayores jugando al ajedrez

Ir al cine es otra actividad sumamente gratificante en la tercera edad. Es un plan que incluso puedes disfrutar en solitario y, además, te sientes acompañado mientras estás viendo la película porque a través de la empatía que sientes como espectador, sales por un momento de ti mismo y de tu propio mundo para ponerte en el lugar de los protagonistas de la trama. Además, los jubilados disfrutan de descuentos especiales en muchas salas de cine; por ello, y aprovechando el descuento, merece la pena ir al cine un día a la semana. Se trata de un plan que te permite arreglarte, salir de casa, romper la rutina… Y todo ello influye positivamente en la autoestima.

Viajar también puede ser un buen plan para los mayores, además podrás apuntarte a los viajes del IMSERSO, que ofrece el gobierno a las personas a partir de los 65 años en los que descubrirás sitios desconocidos, conocerás gente y pasarás buenos momentos. 

Otras actividades que son muy enriquecedoras para una persona mayor, porque además de estar acompañada se siente bien al tener un plan diferente son: aprender a jugar al ajedrez, asistir a clases de bailes de salón o a gimnasia de mantenimiento, participar en un taller de escritura creativa o en un taller de lectura… 

La lectura es un hábito estimulante que mantiene la mente ocupada en un tema de nuestro agrado. Por ello, puedes hacerte socio de una biblioteca y consultar las novedades bibliográficas con regularidad. En caso de tener algún tipo de dificultad física, podrías consultar tu situación con la biblioteca de tu barrio, ya que algunas bibliotecas ofrecen la posibilidad de llevar los libros a la casa del usuario, aunque este servicio solo se ofrece en situaciones muy puntuales. El ejemplo de otras personas mayores que siguen teniendo una vida intelectual muy rica puede servir de impulso a los de su misma generación. Por ello, te recomiendo un libro del periodista José María Carrascal que lleva por título ‘Jubilación para dummies’.

Aprovechando que ahora dispones de más tiempo libre, también puedes llevar a cabo un reto muy estimulante a nivel emocional: prueba a escribir tus propias memorias. No se trata de convertirse en un escritor profesional y desear publicar tu propia vida en un libro. Pero puede ser un libro muy emotivo para ti, que sea tu particular legado para recordar todo lo bueno que te ha pasado en la vida. De hecho, de una forma consciente, puedes centrar la atención de esta obra tan importante en los acontecimientos positivos que han ocurrido en tu vida. Como explica Tomás de Aquino, la alegría en la vejez se potencia a través del recuerdo. Por ello, en la medida en que recuerdas las grandes amistades que has conocido, el amor que has sentido, y los éxitos profesionales que has alcanzado, también te sientes feliz.

Personas mayores bailando

Algunas personas mayores dejan de soñar, piensan que ya lo han vivido todo. Para combatir este estancamiento, tienes que seguir marcándote retos y metas. Metas que no tienen que ser grandes proezas, pero sí objetivos que te estimulen y hagan tu rutina más agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas (asearse, comer, dormir…), salir a tomar el aire todos los días, hacer los recados… La vida te da grandes oportunidades en cualquier momento. Para reflexionar sobre este tema te invito a ver una película: ‘El exótico Hotel Marigold’.

También conviene recordar que la televisión es una gran compañía para aquellas personas mayores que viven solas, al igual que la radio, que también es un buen aliciente para todos los que quieren escuchar un programa antes de dormir para sentir menos la soledad. Conviene que te decantes por contenidos televisivos que transmitan valores positivos y gratificantes.

Como conclusión, y para lanzar un mensaje positivo, merece la pena recordar que ser mayor es todo un privilegio y un honor. Muchas personas mueren jóvenes, sin embargo, ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la perspectiva que te aporta la riqueza de la experiencia. Por otra parte, la edad no es más que una fecha que está en el calendario ya que, en realidad, una persona puede ser joven de espíritu aunque su DNI indique que tiene noventa años. La vida es un regalo siempre que una persona se siente querida.

Creado: 29 de septiembre de 2012

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