En numerosas ocasiones, la hiperfagia viene motivada por trastornos psicológicos o psiquiátricos. En estos casos, el tratamiento integral dirigido por un psiquiatra o un psicólogo es condición indispensable para el control de estos momentos. Evaluar la gravedad del proceso y el tiempo de evolución determina también un mejor o peor pronóstico de curación. Igualmente, la familia o amigos son claves a la hora de ayudar a identificar y diagnosticar el problema con su testimonio, al presenciar los atracones desmesurados de comida del afectado.
Estas son algunas pautas claves para tratar y prevenir la hiperfagia:
- Tratar la depresión, ansiedad o bulimia asociadas hace que la hiperfagia disminuya considerablemente.
- Desviar la atención de la persona hacia otras aficiones o actividades hace que la obsesión por la comida se distraiga y se eviten este tipo de episodios.
- Evitar los estados nerviosos, de euforia desmedida y trabajar la relajación por medio de sistemas como la concentración en la respiración.
- Disponer en casa de una amplia variedad de productos denominados saludables, con contenido reducido de grasas y azúcares, hace que el picoteo sea menos perjudicial a nivel nutritivo. A pesar de que la tendencia es elegir los alimentos con más kilocalorías, si no se dispone de ellos, se podrá sustituir, en parte, la ingesta por otros como fruta, verduras, hortalizas o lácteos desnatados.
- Intentar no estar solo en casa durante los episodios, ya que en ese caso el descontrol todavía es mayor al no desencadenarse sentimiento de vergüenza que se ocasiona cuando se es observado por otras personas y la sensación de culpabilidad posterior también es mayor. Y, cuando se esté produciendo el atracón, ser consciente del mismo, y no distraer la atención con algunos sistemas como televisión u ordenador, que camuflan la ingesta real de energía y hacen subestimar las cantidades ingeridas.
- Sistemas como usar siempre cubiertos, vajilla y servilleta para evitar coger los alimentos con las manos; masticar de manera lenta y repetida o cortar con el cuchillo cada bocado, disminuyen las ingestas y, por tanto, el problema.