Cómo se mide la reserva ovárica
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Para medir la reserva ovárica disponemos de varias pruebas. En primer lugar nos podemos fijar en los folículos antrales (estructuras que contienen los ovarios y están en su fase más visible antes de la ovulación), ya que atendiendo a sus diámetros y a su recuento en los primeros días de la menstruación, podemos evaluar la función ovárica y estimar las probabilidades de que una mujer se quede embarazada. Si el recuento de folículos antrales es de entre seis y diez en cada ovario, nos encontramos en valores normales. Sin embargo, si esta cifra es menor de cinco, podríamos considerar que la reserva ovárica es baja y, por lo tanto, las posibilidades de embarazo natural disminuyen.
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Esta es una prueba sencilla de realizar (consiste en una ecografía vaginal) y bastante fiable, que se puede ir repitiendo en varios momentos del ciclo para observar los cambios de los folículos conforme van creciendo, lo que nos da la oportunidad de detectar posibles alteraciones.
Pero para conocer más a fondo la reserva ovárica también se efectúan perfiles hormonales en los que se estudian ciertas hormonas como la hormona antimulleriana (AMH o HAM), o la hormona foliculoestimulante (FSH), que están implicadas en el desarrollo y maduración de los folículos en el ovario. Los niveles de estas hormonas informan pues sobre la calidad de los folículos que todavía conserva el ovario. En general, se considera que tendremos una buena reserva ovárica si la HAM es superior a 5 pmol/L, y la FSH es inferior a 10 mUl/mL.
Con respecto a la medición de la reserva ovárica, y tal y como señala el presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Agustín Ballesteros: “combinar pruebas nos ofrece la mejor valoración y permite determinar si la mujer podrá tener una respuesta baja, normal, o alta, a una posible estimulación”. De hecho, la hormona antimulleriana es muy útil para analizar la respuesta del ovario a la estimulación ovárica en técnicas de reproducción asistida.
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Sin embargo, hay que aclarar que aunque estas predicciones relativas a la cantidad y calidad folicular que se realizan son buenos indicadores del potencial reproductivo, y nos pueden orientar de cara a una posible gestación, en ello también influyen otras variables, como las características del endometrio femenino y, por supuesto, condicionantes relativos al hombre, como la calidad seminal masculina, por ejemplo. Tampoco podemos olvidarnos de factores genéticos, ambientales, estilos de vida, malos hábitos como el tabaco, etcétera.
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Creado: 12 de abril de 2017