El fármaco anestésico se difunde hacia la médula espinal desde el espacio epidural, y consigue bloquear la sensibilidad a distintos niveles según la concentración de fármaco:

  • Baja concentración: se elimina la sensibilidad al dolor.
  • Concentración media: se paralizan los músculos.
  • Alta concentración: se pierde la sensibilidad táctil.

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Lo ideal para que el parto transcurra con normalidad es que se mantenga una concentración de anestésico suficiente para que se bloquee la sensibilidad dolorosa y se mantengan la sensibilidad táctil y el control muscular. Esto es muy importante, ya que si se pierden el control muscular y la sensibilidad profunda, que permite a la mujer percibir las contracciones, será muy difícil que la parturienta tenga la necesidad de pujar para expulsar al bebé.

El efecto del anestésico comienza a los 10-20 minutos de la administración y durante el parto el catéter se deja colocado en la espalda de la parturienta y el anestesista puede regular la concentración de fármaco para controlar la percepción de dolor. Además, se controlan la presión arterial y la concentración de oxígeno en sangre. Es normal que la embarazada sienta las piernas pesadas, cosquilleos o calor, pero en ningún momento pierde la conciencia y es plenamente consciente del nacimiento de su hijo.

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Creado: 20 de abril de 2012

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