Si se detecta incompatibilidad de Rh, según los resultados de las pruebas indicadas en el punto anterior y otras, el médico podrá recomendar la inducción anticipada del parto antes de que los anticuerpos de la madre destruyan demasiadas células sanguíneas del feto, aunque en los últimos años se han producido grandes avances en el tratamiento de fetos gravemente afectados, e incluso es posible realizar una transfusión de sangre al feto a través del cordón umbilical, aproximadamente a partir de la semana 18 de gestación, de ahí que hoy día sobreviva más del 90% de los bebés que reciben este tratamiento.
Y si después de nacer, el bebé se encuentra anémico o presenta una ictericia pronunciada, puede que necesite recibir transfusiones sanguíneas. La ictericia leve puede ser tratada colocando al bebé debajo de luces azules especiales (fototerapia). También es posible administrar al niño inmunoglobulina intravenosa, mientras que en algunos casos leves no es necesario realizar tratamiento alguno y la recuperación será completa.
Por lo tanto, es posible el tratamiento de la incompatibilidad de Rh, un problema que se ha vuelto infrecuente en países que, como el nuestro, brindan buenos cuidados prenatales. Así que no lo olvidéis: un simple análisis de sangre determinará el riesgo de incompatibilidad y, de existir, se podrá prevenir sin tener que llegar a tratarla.