Una analítica en embarazos de fetos pequeños evitaría partos inducidos

Demuestra que medir biomarcadores placentarios en una sencilla analítica en sangre materna permite gestionar con seguridad embarazos con fetos pequeños. La técnica podría sustituir al Doppler y reduce complicaciones, evitando partos inducidos innecesarios, tal y como señala un estudio internacional liderado por el Hospital Vall d’Hebron con participación de la Universidad Francisco de Vitoria.
Embarazada tumbada mirando la ecografía de su futuro bebé

La recta final de la gestación es, para muchas mujeres, un momento de incertidumbre. Cuando un feto se percibe más pequeño de lo esperado, la decisión médica suele inclinarse hacia la inducción del parto antes de tiempo, con el objetivo de prevenir riesgos. Ahora, un ensayo internacional liderado por el Hospital Vall d’Hebron y con participación de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV) plantea un nuevo enfoque: sustituir el Doppler por un simple análisis de sangre para decidir si adelantar o no el nacimiento.

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El estudio GRAFD, desarrollado en 20 hospitales españoles y publicado en Nature Medicine, demuestra que medir la proporción entre dos biomarcadores placentarios —sFlt-1 y PlGF— ofrece la misma seguridad que la ecografía Doppler para controlar embarazos con fetos pequeños a término. Esta estrategia no solo permite identificar mejor los casos de riesgo real, sino que además reduce las inducciones innecesarias.

Entre las ventajas observadas destacan menos complicaciones maternas y neonatales, una reducción de la preeclampsia y de las hemorragias posparto, así como bebés con mayor peso al nacer y menos ingresos en cuidados intensivos. “Eso significa que muchas mujeres pudieron completar su embarazo sin necesidad de intervención anticipada, y eso mejora el bienestar neonatal y la experiencia del parto”, explica Marta Lázaro-Rodríguez, obstetra en el Hospital Universitari Germans Trias i Pujol.

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El dilema de los fetos pequeños

Uno de cada diez embarazos, a partir de la semana 36, muestra fetos por debajo del percentil 10 de peso. El problema es que no todos son iguales: algunos bebés son simplemente pequeños pero sanos, mientras que otros sufren restricción real del crecimiento, con mayor riesgo de complicaciones. El reto clínico está en distinguirlos sin precipitar partos innecesarios.

“El Doppler ha sido clave para el seguimiento fetal en las últimas décadas, especialmente en embarazos de riesgo, pero tiene sus limitaciones: muchas mujeres acaban siendo inducidas al parto innecesariamente”, apunta Mar Gil, investigadora de la UFV y especialista en el Hospital Universitario de Torrejón. “Con este test en sangre podemos ser más precisos y más prudentes”, añade.

El Doppler ha sido clave para el seguimiento fetal en las últimas décadas, especialmente en embarazos de riesgo, pero tiene sus limitaciones: muchas mujeres acaban siendo inducidas al parto innecesariamente

En el estudio participaron 1.088 mujeres. La mitad fueron seguidas mediante Doppler y la otra mitad, solo con el análisis de biomarcadores. Los resultados fueron equivalentes en la prevención de complicaciones graves, como la acidosis neonatal o las cesáreas de urgencia por alteraciones del ritmo cardíaco fetal.

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“El análisis de biomarcadores proporciona una visión más fisiológica del estado placentario y fetal”, subraya Manel Mendoza, obstetra en Vall d’Hebron y coordinador del ensayo. “En esta fase del embarazo, los biomarcadores nos permiten tomar decisiones más seguras, más informadas y menos invasivas”, asegura.

Una herramienta accesible sin las limitaciones del Doppler

A diferencia de la ecografía Doppler, que exige equipamiento avanzado y profesionales experimentados, esta prueba puede realizarse en cualquier laboratorio básico. Esto la convierte en una alternativa realista en hospitales comarcales, áreas rurales o países con menos recursos. “Este tipo de prueba aporta una solución factible para muchos centros que no cuentan con tecnología avanzada”, afirma Anna Moreno, ginecóloga en el Parc Taulí de Sabadell.

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Los autores del ensayo insisten en que no se trata de reemplazar el Doppler en todos los casos, sino de incorporar el test sanguíneo como herramienta complementaria, capaz de ajustar las decisiones al riesgo real de cada embarazo. “Este enfoque representa una forma de practicar una medicina más adaptada a las necesidades de cada embarazo”, concluyen Mar Gil y Manel Mendoza.

La incorporación progresiva de este test en los protocolos clínicos podría marcar un hito en obstetricia: decisiones menos intervencionistas, más homogéneas y centradas en la seguridad tanto de la madre como del bebé. La participación de la Universidad Francisco de Vitoria refuerza, además, el compromiso de la investigación española con soluciones biomédicas de impacto internacional.

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Fuente: Universidad Francisco de Vitoria y Nature

Actualizado: 12 de septiembre de 2025

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