Control y manejo de la diabetes en adultos mayores
Actualizado: 13 de noviembre de 2022
La diabetes es una enfermedad cuya prevalencia aumenta al llegar a la tercera edad, aunque la tendencia del siglo XX a llevar un estilo de vida sedentario, junto con el consumo excesivo de productos ricos en azúcares y grasas, está provocando que cada vez haya más niños y jóvenes con esta patología, en concreto la diabetes tipo II, la diabetes sigue considerándose una enfermedad de mayores, ya que el pico de incidencia aumenta con los años. En concreto, se estima que el 15% de los adultos mayores de 70 años padece esta enfermedad metabólica, cifra que aumenta al 20% cuando se sobrepasan los 80 años, según indica la Sociedad Española de Diabetes (SED).
Es común que aparezca en la tercera edad entre las personas que han mantenido unos hábitos de vida inadecuados durante muchos años, y llega un momento en el que el páncreas no es capaz de segregar la cantidad suficiente de insulina para regular los niveles de glucosa. Sin embargo, un reciente estudio realizado en el Instituto Salk (Estados Unidos) indica que el propio envejecimiento es una causa de la aparición de la diabetes, incluso en personas sanas y activas.
Dificultades en el manejo de la diabetes en la tercera edad
Las personas que han desarrollado la diabetes en la juventud o en la edad adulta están totalmente familiarizados con la enfermedad y saben convivir con ella. Sin embargo, a quien se la diagnostican en la tercera edad, cuando se tienen adquiridos unos hábitos alimenticios o un estilo de vida inadecuados, o no se dispone de los medios y la capacidad para cambiarlos, le resulta más difícil controlar el índice glucémico. Adoptar unas correctas pautas nutricionales, permanecer activo, y seguir el tratamiento y los controles pautados por el médico, son las claves para el manejo de la enfermedad, pero pueden resultar complicadas de cumplir a una persona mayor.
Para pautar el tratamiento adecuado a los mayores recién diagnosticados de diabetes, no sólo se debe tener en cuenta su estado de salud, sino también su situación familiar, económica y social, y su estado físico y anímico. Por ello, en estos casos es muy importante que haya una buena comunicación con el profesional sanitario, pudiendo ser necesario que el mayor siempre vaya acompañado de otra persona para que apunte las pautas que debe seguir. Teniendo en cuenta estos factores, el facultativo médico valorará el tratamiento más adecuado a seguir, y es que la administración de insulina, o la toma de diferentes fármacos, como opciones terapéuticas, puede ser difícil de seguir para una persona mayor que vive sola.
Valorando la situación de la persona, su edad, y su estado de salud general, el objetivo y tipo de tratamiento puede variar, pero en cualquier caso se centrará en evitar descompensaciones glucémicas agudas, y la pérdida de capacidades funcionales, por medio de la opción terapéutica más simple, pero a la vez eficaz.
Creado: 11 de noviembre de 2016