Amigos imaginarios del niño, cuándo preocuparse
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Actualizado: 15 de enero de 2025
En el fascinante mundo de la infancia, donde la imaginación se mezcla con la realidad, los amigos imaginarios emergen como compañeros únicos e inigualables. Son confidentes silenciosos, aliados en juegos interminables y, a menudo, una ventana a los pensamientos más profundos de los niños. Aunque para muchos padres su aparición puede resultar desconcertante, estos amigos ficticios forman parte de un fenómeno natural que dice mucho sobre la creatividad, la inteligencia emocional y las necesidades del niño en su camino hacia la madurez.
¿Por qué algunos niños crean amigos que solo ellos pueden ver o escuchar? ¿Qué papel desempeñan estas figuras invisibles en su desarrollo? Detrás de este acto de imaginación se esconden mecanismos psicológicos que permiten a los niños procesar emociones, explorar roles sociales y adaptarse a su entorno. Sin embargo, como en cualquier aspecto del crecimiento, surgen preguntas sobre los límites entre lo normal y lo preocupante. A continuación exploraremos las luces y sombras de este fenómeno, así como herramientas prácticas para que los padres lo aborden de forma consciente y positiva.
Qué son los amigos imaginarios en los niños y por qué aparecen
Dentro de la etapa evolutiva normal de los niños, entre los dos y tres años, se inicia un fenómeno cuanto menos curioso, que a veces puede llegar a crear una preocupación a los padres: en estas edades tempranas, y ya cuando se tienen las bases lingüísticas desarrolladas, surge lo que se denomina el amigo imaginario, el cual le va a acompañar durante varios años antes de desaparecer.
Estos amigos imaginarios suelen ser seres en algunos casos idealizados, superhéroes, hadas o duendes, que han visto en la televisión o que han escuchado de algún cuento, o simplemente amiguitos invisibles con los que comparten sus juegos, haciéndoles partícipes de sus actividades lúdicas, e incluso hablándoles; aunque a pesar de las vivencias compartidas, los niños entienden que su amigo no es real.
Estos amigos imaginarios pueden ser totalmente irreales, o estar identificados con algún objeto, por ejemplo un peluche o una muñeca, con el que habla y comparte juegos, el cual tiene su propia personalidad y forma de actuar, distinta del pequeño, por lo que no siempre estarán de acuerdo, de ahí la riqueza para la interacción social, al tener que explicar, negociar y conversar con el amigo imaginario.
Aunque no existe un patrón en el que aparezcan estos amigos imaginarios, si son más probables que se den en hijos únicos o en el primero de los hermanos, como una forma de llenar ese vacío social en los juegos. Igualmente, la presencia de estos amigos imaginarios ha sido asociada a cierto grado de sensibilidad por parte del pequeño, siendo éstos más creativos y artísticos de adultos, entre otros beneficios en su desarrollo como veremos más adelante.
En cualquier caso, conviene estar atentos a la edad de aparición y características e influencia de dicho fenómeno en el pequeño, pero si la situación no deja de ser un juego, es conveniente que como padres no nos involucremos demasiado ni mucho menos les regañemos o negemos su existencia, ya que lo normal es que desaparezca con el paso de los años a medida que el niño madure.
¿A qué edad aparecen los amigos imaginarios?
La aparición del fenómeno del amigo imaginario se puede presentar a cualquier edad, pero es más frecuente que se dé entre los dos y los tres años, y que se mantenga hasta los siete años (en el 70% de los niños que los tienen). En esta etapa la imaginación de los niños está en pleno desarrollo. Se trata de un rango de edad, entre los 2 y los 7 años, que coincide con el llamado periodo preoperacional descrito por el psicólogo Jean Piaget, caracterizado por un pensamiento simbólico muy activo, en el que los niños comienzan a usar el lenguaje y a crear representaciones mentales del mundo que los rodea.
Posteriormente irá reduciéndose hasta desaparecer entre los siete y los 13 años (30% de los niños), existiendo un mínimo porcentaje de casos que mantienen esos amigos imaginarios incluso en la edad adulta. Esto ocurre sobre todo en niños con una imaginación especialmente rica o en contextos donde el amigo cumple una función emocional o social importante. En cualquier caso, su presencia es considerada normal y saludable durante estas edades.
También pueden darse casos tardíos, donde surja el amigo imaginario en la preadolescencia, cuando el joven se ve con dificultades para afrontar la nueva realidad de su cuerpo y del cambio de ambiente que suele suponer pasar del colegio al instituto o de éste a la universidad, un caso especial, asociado por tanto a altos niveles de estrés social, que se ve incapaz de superar y afrontar por sí mismo. Así, algunos estudios apuntan que a estas edades estos seres pueden apoyar al adolescente durante el proceso de desarrollo de su identidad.
El que tu hijo tenga un amigo imaginario o invisible es parte de un proceso natural del pequeño, donde se adentra en su propia fantasía, nutrido por sus experiencias y vivencias, idealizadas e inventadas, creándose en muchos casos un mundo imaginario en el que jugar, sin mayor pretensión que la de dejarse llevar por su imaginación, donde todo es posible, no hay reglas ni límites, alimentando su entretenimiento.
![Niño con su amigo imaginario peluche Niña jugando con su amigo imaginario](/sites/default/files/media/0d/articulos/funcion-amigos-imaginarios.jpg)
Qué función cumple el amigo imaginario: pros y contras
Los amigos imaginarios cumplen una función esencial en el desarrollo emocional, social y cognitivo de los niños. Aunque pueden parecer simples creaciones de la fantasía, estos compañeros invisibles actúan como herramientas valiosas para enfrentar desafíos internos y externos en una etapa crucial del crecimiento.
Algunos autores afirman que estos amigos imaginarios cumplen una función de protección para el pequeño, en el sentido de que le proporcionan compañía e interacción, pero también les sirve para liberarse de las tensiones de su día a día, ya sea del centro educativo o de la casa, sirviendo en algunos casos de refugio cuando el mundo de los adultos les resulta demasiado estresante e incomprensible.
Aspectos positivos de que tenga un amigo imaginario
Así, los amigos imaginarios ofrecen al pequeño un espacio seguro donde pueden expresar emociones difíciles de manejar en otros contextos, como miedo, tristeza o frustración, lo que refuerza su autoestima, adquiriendo más confianza al saberse protegido por su amigo imaginario, facilitando un mayor control emocional. Por ejemplo, a través de conversaciones con su amigo imaginario, un niño puede desahogar preocupaciones, ensayar respuestas a situaciones desafiantes o encontrar consuelo en momentos de soledad, por ejemplo ante momentos de cambio como el inicio del colegio, o en el caso de los hijos únicos, que pueden experimentar más soledad que otros niños. Esto no implica una carencia emocional, sino una forma creativa de gestionar su entorno.
El aspecto positivo de los amigos imaginarios es que permite al pequeño explorar su imaginación sin restricciones, a la vez que va enriqueciéndose social y emocionalmente, ya que con el amigo imaginario comparte deseos, anhelos, miedos e inquietudes, que no suele compartir con ningún adulto, ni siquiera con sus padres, y todo ello dentro de su etapa madurativa de desarrollo.
Además, según un estudio publicado hace unos años en el Journal of Experimental Child Psychology, tener un compañero imaginario favorece el desarrollo del habla privada, una herramienta que les proporciona más probabilidades de resolver problemas, al tiempo que permite a los niños practicar habilidades sociales como la empatía, el diálogo y la resolución de conflictos. Este ensayo social es especialmente útil para explorar dinámicas de poder, roles y normas sociales, lo que les permite estar mejor equipados para las interacciones sociales de la vida real, tanto como niños como más adelante de adultos.
Otro estudio, realizado en la Universidad de La Trobe (Melbourne) también vinculó el hecho de tener un amigo imaginario en la infancia a una posterior mejora de la creatividad, lo que ayuda a fortalecer el pensamiento abstracto y la capacidad de construir narrativas complejas, habilidades que se trasladan a otras áreas del aprendizaje, como la resolución de problemas o el pensamiento crítico, aspectos que se han comprobado permiten tener de adulto mejores habilidades sociales.
Los niños con amigos imaginarios suelen asumir un papel dominante en la relación, decidiendo por ambas partes qué decir o hacer. Esto fomenta su sentido de control y autonomía, ayudándoles a ganar confianza en su capacidad para tomar decisiones.
Aspectos negativos del amigo imaginario
En cambio el aspecto negativo proviene de cuando esa relación entre el pequeño y el amigo imaginario se vuelve tan estrecha que impide al primero tener otro tipo de relaciones con el resto de su mundo, es decir, no pasa suficiente tiempo con otros niños de su edad, ni tiene interés por ello, pudiendo incluso exhibir comportamientos agresivos si se le trata de interrumpir en sus juegos.
Igualmente, el hecho de que tenga un amigo invisible es negativo cuando esa relación consume tanto tiempo y atención que empiece a verse reflejado en su rendimiento académico, tanto por la falta de atención mostrada durante las clases, al estar en su mundo, como por el incumplimiento con las actividades académicas y estudios a realizar, lo que si no se tiene en cuenta y se pone remedio puede propiciar cierto retraso en comparación con el resto de sus compañeros.
![Amigos imaginarios, ¿cuándo debo preocuparme? Niña con su amigo imaginario](/sites/default/files/media/0d/articulos/cuando-preocuparse-amigos-imaginarios.jpg)
Amigos imaginarios, ¿cuándo debo preocuparme?
Aunque tener un amigo imaginario es parte del desarrollo normal del pequeño y por tanto no se trata de ninguna enfermedad ni trastorno, hay que saber distinguirlo de otros fenómenos que sí podrían implicar algún tipo de problemas en el menor y que en algunos casos van a requerir de la intervención de un profesional para ayudar al pequeño a enfrentarse a ello y superarlo:
- Juego simbólico o roles ficticios: los niños a menudo asignan vida a objetos como muñecos, peluches o figuras. Aunque similar, este juego simbólico no implica la creación de un amigo con personalidad propia y relaciones dinámicas.
- Alucinaciones: a diferencia de los amigos imaginarios, que son producto de la imaginación consciente, las alucinaciones son percepciones involuntarias y vividas como reales. Estas pueden ser un síntoma de trastornos médicos o psicológicos que merecen evaluación.
- Trastornos del espectro psicótico: si el niño insiste en que el amigo imaginario es real y no reconoce la fantasía, o si muestra comportamientos desorganizados, delirios o aislamiento extremo, podría tratarse de un signo de un trastorno más grave.
![¿Es positivo o negativo que tenga un amigo imaginario? Niña pintando con su amigo imaginario](/sites/default/files/media/0d/articulos/positivo-negativo-amigos-imaginarios.jpg)
Manifestaciones preocupantes relacionadas con los amigos imaginarios
Aunque en la mayoría de los casos los amigos imaginarios son benignos y beneficiosos, estas son las señales o manifestaciones relacionadas con el fenómeno de los amigos imaginarios por las que los padres podéis preocuparos y acudir a un especialista:
En estos casos, acudir a un especialista en psicología infantil puede ayudar a determinar si el amigo imaginario es un recurso adaptativo o una señal de que el niño está enfrentando desafíos emocionales que requieren atención. La clave es observar al niño con sensibilidad y fomentar un ambiente donde pueda expresar libremente sus emociones y pensamientos.
![Consejos para padres sobre el amigo imaginario Madre viendo a su hija jugar con su amigo imaginario](/sites/default/files/media/0d/articulos/consejos-padres-amigos-imaginarios.jpg)
Consejos para padres sobre el amigo imaginario
Los padres deben de permitir, dentro de las edades normales que el pequeño explore los límites de su imaginación a través de la figura del amigo imaginario, sin interferir en dicho juego, no hace falta fomentarlo ni reprenderlo, simplemente “seguirle el juego”, viviéndolo como algo normal que no causa mayor problema, ya que en definitiva se trata de un juego de niños del que los adultos sólo pueden ser espectadores.
No lo ridiculices ni intentes imponerle la idea de que "no es real". En lugar de eso, muestra interés por este compañero, preguntando cómo se llama, qué hacen juntos o cómo se sienten. Esto fortalece la comunicación y la confianza con tu hijo. Y es que, el fenómeno del amigo imaginario, a diferencia de lo que se puede pensar, es una gran oportunidad para los padres para acercarse al mundo emocional del pequeño, ya que éste va a expresar a su amigo imaginario sus deseos, anhelos, pero también tensiones y preocupaciones, por lo que si los padres están atentos, puede descubrirlo y con ello conocer las carencias y necesidades del pequeño, que de otra forma no advertirían.
Esto no quiere decir que no debamos establecer límites saludables. De hecho, es importante enseñar al niño que, aunque su amigo imaginario es bienvenido, hay límites claros. Por ejemplo, si insiste en reservar un asiento en la mesa para él o atribuirle responsabilidades, puedes encontrar formas amables de explicar las diferencias entre fantasía y realidad.
Por otro lado, conviene evitar usar al amigo imaginario como herramienta de control. No te refieras al amigo imaginario para reforzar normas o corregir conductas del niño (por ejemplo: "Seguro que tu amigo no haría eso"). Esto puede confundir a tu pequeño y convertir al amigo en un elemento de presión en lugar de un recurso personal.
Cuando los juegos dejan de ser inocentes y se convierten en una relación estresante para el pequeño, donde le tiene que gritar, regañar e incluso llega a enfadarse con el amigo imaginario, los padres deben de entender que algo pasa con su hijo, que no es capaz de tener un mundo interior en paz, y por lo tanto tratar de averiguar lo que le sucede, y si la situación se repite y mantiene, buscar ayuda profesional al respecto.
Dar la oportunidad al pequeño de decir lo que necesite sobre sí mismo o sobre su amigo imaginario, sin tener que juzgarlo o evaluarlo como bueno o malo, entendiendo que en ambos casos está expresando una parte de sí, ya que si se siente criticado o infravalorado, procurará no expresarse en otras ocasiones, lo que puede favorecer que se cierre en sí mismo.
En paralelo, puedes fomentar otras formas de socialización. Aunque el amigo imaginario es un recurso valioso, es importante asegurarte de que tu hijo tenga oportunidades para interactuar con otros niños y adultos. Esto le ayudará a equilibrar su mundo interno con las relaciones del mundo real y a desarrollar habilidades sociales más amplias.
Creado: 26 de noviembre de 2013