La FAO limita la cantidad de plomo en alimentos infantiles

Un nuevo estándar de una comisión de la FAO establece un límite de 0,01 miligramos de plomo por kilo en los alimentos infantiles, la mitad de lo permitido hasta ahora, para evitar su efecto tóxico sobre bebés y niños.
Niños comiendo
La exposición al plomo puede afectar al desarrollo del cerebro de los niños

En los alimentos destinados a los bebés se permitía hasta ahora la presencia de 0,02 miligramos de plomo por cada kilo de producto, pero esta cantidad se limitará a la mitad, es decir, 0,01 miligramos por kilo, de acuerdo con un nuevo estándar establecido por la Comisión del Codex Alimentarius, organismo que operan conjuntamente la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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Como ha explicado la coordinadora de salud alimentaria de la ONU, Angelika Trischer, esta decisión se debe a que los bebés y los niños son especialmente vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que puede afectar al correcto desarrollo de su cerebro (según estimaciones de la OMS, cada año se dan 600.000 nuevos casos de discapacidad intelectual en niños por exposición al plomo).

La OMS estima que cada año se dan 600.000 nuevos casos de discapacidad intelectual en niños por exposición al plomo

El plomo es un metal tóxico presente en el medio ambiente, que se puede acumular en el organismo humano y alcanzar órganos como el hígado, el cerebro o los riñones, y por ello la comisión ha propuesto que se escojan alimentos procedentes de zonas libres de plomo para elaborar la comida infantil.

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Otro contaminante que también se ha limitado en los nuevos estándares aprobados tras la reunión anual de este organismo que se ha celebrado en Ginebra ha sido el arsénico, cuyo máximo nivel permitido a partir de ahora será de 0,2 miligramos por kilo de arroz.

El arsénico también es un veneno para el organismo, y se encuentra en el agua subterránea en algunas zonas del mundo. Puede introducirse en la cadena alimentaria al ser absorbido por el arroz durante su cultivo, sobre todo si se utilizan aguas subterráneas para el riego. Para evitarlo, la comisión ha decidido desarrollar un nuevo código de buenas prácticas, que tiene como objetivo ayudar a los agricultores para que puedan emplear técnicas que eviten la contaminación.

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Actualizado: 25 de abril de 2017

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