Trastorno por déficit de naturaleza en niños

Los niños pasan cada vez menos tiempo en contacto con la naturaleza y pueden sufrir lo que se conoce como trastorno por déficit de naturaleza, que afecta a su salud física y psicológica. Dos expertos nos explican cómo evitarlo.
Trastorno por déficit de naturaleza
Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 4 de mayo de 2023

Es probable que estés leyendo este artículo desde el móvil. O puede que lo hagas desde la pantalla del ordenador. Pasamos muchas horas con la mirada puesta en aparatos tecnológicos, caminando sobre superficies pavimentadas, rodeados de edificios y coches. Apenas tenemos contacto con la naturaleza y esto, aunque invisible, tiene un claro impacto en nuestras vidas. Richard Louv, periodista y autor de numerosos libros sobre nuestra relación con la naturaleza, ha documentado las consecuencias de esta carencia en la salud –tanto física, como psíquica­­– de niños y adultos. Louv denominó a este fenómeno trastorno por déficit de naturaleza en 2005 en Los últimos niños en el bosque (inicialmente publicado en 2005, y después por Capitán Swing en 2018).

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Pero, ¿en qué consiste exactamente? “El trastorno por déficit de naturaleza no es un diagnóstico médico, sino un término útil, una metáfora, para describir lo que muchos de nosotros creemos que son los costos humanos de la alienación de la naturaleza, entre ellos: la disminución del uso de los sentidos, dificultades de atención, índices más altos de enfermedades físicas y emocionales, índice creciente de miopía, obesidad infantil y adulta, deficiencia de vitamina D y otras enfermedades”, responde el experto a través de correo electrónico a Webconsultas.

Ahora bien, ¿cómo afecta concretamente a la infancia? ¿Qué podemos hacer para prevenir este déficit? ¿Estamos a tiempo de solucionarlo? Los expertos Richard Louv y Katia Hueso nos responden a estas cuestiones.

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Cómo afecta el trastorno por déficit de naturaleza a los niños

La infancia sufre desde hace años las consecuencias del ritmo frenético de las ciudades y el devenir de los adultos. Los menores pasan cada vez más horas en lugares cerrados y tienen menos contacto con la naturaleza. ¿Cómo afecta esto a los niños y niñas? Según Katia Hueso, fundadora de la primera escuela infantil al aire libre en España y autora de libros como Somos naturaleza (2017), Jugar al aire libre (2019) y Educar al aire libre (2021), aunque Richard Louv acuñó el concepto de trastorno por déficit de naturaleza para llamar la atención sobre el distanciamiento que tienen las generaciones más jóvenes del medio natural, debido a los cambios en el estilo de vida que se han ido dando en las sociedades más opulentas, hoy en día, por desgracia, se considera ya una enfermedad en toda regla, que tiene consecuencias sobre la salud física y mental de quienes padecen (o padecemos) de ese alejamiento.  

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Estas son pues las principales causas y consecuencias del trastorno por déficit de naturaleza:

  • Problemas de obesidad

    Problemas de salud a nivel físico y psicológico

    “La falta de contacto con la naturaleza se traduce a corto plazo en efectos muy relacionados con los que se dan con un estilo de vida sedentario: obesidad, miopía, falta de integración motriz y sensorial. Desde el punto de vista mental: ansiedad y estrés. A largo plazo, estos problemas se pueden cronificar y agravar”, apunta tajante Katia.

  • Estilo de vida poco saludable

    Estilo de vida poco saludable

    No existen datos de cuántos niños y niñas podrían sufrir el trastorno por déficit de naturaleza. Katia Hueso explica que es muy difícil trazar una relación causa-efecto directa entre ambos fenómenos, el trastorno y sus efectos. “Se trata de problemas de salud que pueden tener múltiples causas. Y la razón por la que se produce ese alejamiento de la naturaleza está muchas veces relacionada con un estilo de vida menos saludable en general, por lo que es difícil saber si ese alejamiento es en realidad el origen u otro de los síntomas que surgen por factores socioeconómicos, culturales, raciales, etcétera”.

    En cualquier caso, Hueso sí cree que está claro que los niños permanecen menos tiempo al aire libre que antes y sobre ello hay estudios a escala local que lo demuestran: “En el Reino Unido se concluyó que los niños de unos 8-12 años apenas se desplazan a unos cientos de metros de su casa de forma autónoma, mientras que sus padres y sus abuelos podían alejarse a varias millas sin supervisión. Es tan sólo un ejemplo de muchos, pero no conozco ningún trabajo que saque cifras concluyentes a escala global”. 

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  • Calentamiento global

    Aumento del deterioro ambiental y agravamiento del calentamiento global

    El efecto que más preocupa a Hueso es el que sucede a escala social: “Si no tenemos una mínima relación con la naturaleza, nos resultará muy difícil protegerla; entender la necesidad de tener un estilo de vida respetuoso y sostenible. Nos está costando bastante atajar cuestiones como la crisis climática, que ya la tenemos encima. ¿Qué pasará si los adultos del futuro están completamente desafectados del medio natural? ¿Cómo se gestionarán los recursos? ¿Cómo se protegerá la biodiversidad? El desconocimiento del mundo natural puede desembocar en una aceleración catastrófica del deterioro ambiental que ya estamos empezando a sufrir”.

  • Niños solitarios

    Personas solitarias, falta de relaciones sociales

    Añade Ricard Louv a lo anterior que, recientemente, grupos médicos, especialmente en el Reino Unido y Estados Unidos, se han preocupado por lo que consideran una epidemia de soledad. “Varios estudios recientes han demostrado que, contrariamente a la opinión popular de que las personas mayores son la generación más solitaria, parece ser cierto lo contrario. Una encuesta a nivel nacional realizada por la aseguradora de salud Cigna encontró que cada generación, desde la mayor hasta la más joven, está más sola que la anterior. Las formas crecientes y particulares de usar las redes sociales pueden ser una causa, pero hay otras. Creo que una de las razones es la soledad de la especie. Cada una de esas generaciones, desde la más antigua hasta la más joven, ha tenido un contacto cada vez menor con el mundo natural”, cuenta.

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Claves para evitar el trastorno por déficit de naturaleza

Prevenir o solucionar el trastorno por déficit de naturaleza está en nuestra mano, pero ¿basta con pasar tiempo en la naturaleza? Louv, que es cofundador y presidente emérito de Children & Nature Network, admite que el tiempo que se pasa en la naturaleza obviamente no es una receta mágica, pero puede ser de gran ayuda, especialmente para niños y adultos que están estresados ​​por circunstancias fuera de su control. Estos expertos nos dan algunos consejos:

  • Descubrir la naturaleza

    Descubrir y aprovechar cualquier espacio natural

    No siempre podemos trasladarnos a vivir al campo, pero también en las ciudades es posible, ya que, según Louv, si bien las conexiones tradicionales con la naturaleza se están desvaneciendo rápidamente, junto con la biodiversidad, no tenemos que viajar muy lejos para encontrar o nutrir el resto de la naturaleza. “Cualquier espacio verde proporcionará algún beneficio para el bienestar mental y físico. En las zonas urbanas se puede encontrar un paisaje más natural en un parque, un rincón tranquilo con un árbol, o varias macetas con verduras que crecen fuera de la puerta, incluso un lugar tranquilo con vistas al cielo y las nubes. La conexión con la naturaleza debería ser algo cotidiano, y si diseñamos nuestras ciudades, incluidos nuestros hogares, apartamentos, lugares de trabajo y escuelas, para trabajar en armonía con la naturaleza y la biodiversidad, esto podría convertirse en un patrón común”.

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  • Niños en la naturaleza

    Actitud activa y motivación

    Para Katia Hueso es importante que el contacto que tengamos con la naturaleza –sea en el campo, o en la ciudad– conlleve una actitud y mirada puestas en la reconexión: “De nada sirve ir todos los días al monte a tirar millas si no dejamos que la naturaleza nos llegue. Y, por el contrario, un paseo reposado y consciente por un parque urbano puede ser tan valioso o más. Se trata de salir “con intención”, con la calma y el interés en descubrir lo que nos rodea. Tan naturaleza es el árbol que sobrevive en un maltratado alcorque, como el bosque virgen de la alta montaña. Si salimos con la mirada fresca y curiosa de un niño, todos los días descubriremos algo: un insecto, una nube, el olor del aire fresco. Hay que dejarse invadir por el sentido del asombro, como decía mi admirada Rachel Carson. Si dejamos que la naturaleza nos sorprenda, iremos a su encuentro con afecto y motivación, y ella nos llegará muy hondo”.

  • Pasar más tiempo en la naturaleza

    Establecer como prioridad pasar más tiempo al aire libre

    Richard Louv anima a las familias a que hagan del tiempo al aire libre una prioridad. “Como padres, abuelos, tías o tíos, podemos pasar más tiempo con los niños en la naturaleza. Para hacerlo, necesitamos programar tiempo en la naturaleza, y sé que esto supone todo un desafío, pero podemos comenzar explorando cuáles son las oportunidades cercanas. Estamos en un punto crucial en lo que yo llamo el movimiento de la nueva naturaleza. La conciencia ha crecido durante la última década, pero debemos pasar más rápidamente a un modo de acción, ya seamos padres, pediatras o alcaldes. Esa necesidad es una gran parte de mi motivación para escribir Vitamina N, que incluye 500 acciones que las personas pueden realizar para enriquecer la salud y la felicidad de sus familias y comunidades”, concluye.

Beneficios de mantener el contacto con la naturaleza

Richard Louv explica que la investigación indica que las experiencias en el mundo natural parecen ofrecer grandes beneficios para la salud psicológica y física, y la capacidad de aprender, para niños y adultos. “Los estudios señalan que el tiempo en la naturaleza puede ayudar a muchos niños a aprender a desarrollar confianza en sí mismos; reducir los síntomas del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, calmarlos y ayudarlos a concentrarse. Las escuelas con espacios naturales de juego y áreas naturales de aprendizaje parecen ayudar a los niños a mejorar académicamente. Hay algunos indicios de que los espacios de juego naturales pueden reducir el acoso. La experiencia con la naturaleza también puede ser un amortiguador para la obesidad y el sobrepeso infantil, y ofrece otros beneficios para la salud psicológica y física. Y la experiencia de la naturaleza ayuda a aumentar los valores de conservación, ahora y en el futuro. Es difícil valorar verdaderamente la naturaleza a menos que aprendas a amarla en persona”.

Beneficios de la naturaleza para los niños

Hay muchos otros beneficios, y casi semanalmente se publican más investigaciones de apoyo. En la web de Children & Nature Network se ha compilado una gran cantidad de estudios, informes y publicaciones relacionadas con ello y que están disponibles para ver o descargar.

Creado: 23 de febrero de 2022

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