Seguir una dieta keto puede causar problemas metabólicos y hepáticos

Seguir una dieta cetogénica de forma prolongada puede provocar alteraciones metabólicas, como problemas en la secreción de insulina, niveles elevados de colesterol y daño hepático, según un nuevo estudio en ratones que cuestiona sus supuestos beneficios a largo plazo.
Grupo de alimentos ricos en grasas, como salmón, aguacate, queso…

24/09/2025

La dieta cetogénica o keto alta en grasas y baja en carbohidratos se ha vuelto muy popular entre las personas que desean adelgazar, pero también podría tener un "lado oscuro", ya que un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Utah y el Centro de Investigación de Diabetes y Metabolismo de Utah, en EE.UU. ha descubierto que la pérdida de peso se consigue a costa de problemas metabólicos como la intolerancia a la glucosa.

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La dieta se denomina "cetogénica" porque induce al cuerpo a la cetosis, un estado metabólico en el que el cuerpo quema grasa como combustible principal en lugar de los carbohidratos habituales y, como resultado, produce moléculas llamadas cuerpos cetónicos. No se trata de una nueva tendencia alimentaria, ya que hace casi 100 años que se conoce y está bien establecida para tratar la epilepsia fármaco-resistente en niños, reduciendo las convulsiones en muchos casos.

Los investigadores llevaron a cabo el estudio en ratones a los que dividieron en cuatro grupos en función del tipo de alimentación que les suministrarían: dieta cetogénica (KD, 90% de grasa), dieta alta en grasas (HFD, 60% de grasa), dieta baja en grasas (LFD) y dieta baja en grasas y moderada en proteínas (LFMP), con distintos niveles de carbohidratos y proteínas.

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Permitieron a los animales que comieran libremente durante casi un año; en concreto, hasta 36 semanas en los machos y 44 semanas en las hembras. Los resultados de las pruebas mostraron que, si bien la dieta cetogénica favorecía el control de peso, también elevaba los niveles de colesterol en sangre y provocaba hígado graso en los machos. Esto es importante porque un año en ratones representa una buena parte de su vida, lo que permite observar efectos que no aparecerían en estudios de semanas o meses.  

Acumulación de grasa en el hígado y dificultades en el manejo de la glucosa

Los hallazgos se han publicado en Science Advances1 y entre ellos destacan que se observaron niveles elevados de lípidos en sangre (colesterol, triglicéridos), un fenómeno llamado hiperlipidemia, acumulación de grasa en el hígado y alteraciones en su funcionamiento –lo que puede indicar daño hepático–, y dificultad para manejar la glucosa: los ratones mostraron “intolerancia a la glucosa”, es decir, que sus cuerpos no procesaban bien los azúcares.

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Un hallazgo particularmente interesante fue que los tejidos dejaron de responder a la insulina (como pasa en muchos casos), sino que las células encargadas de producirla —en el páncreas— tenían problemas para liberar la insulina correctamente. Es decir, el problema estaba en la secreción de insulina, no en su acción en los tejidos.

Además, los autores observaron señales de estrés en las estructuras celulares encargadas de procesar proteínas (retículo endoplásmico, aparato de Golgi) en las células del páncreas, lo cual podría dañar el mecanismo que permite que la insulina salga al torrente sanguíneo.

Una nota esperanzadora: cuando algunos ratones cambiaron de la dieta cetogénica a una dieta más equilibrada (menos grasa), al cabo de unas semanas mejoraron su tolerancia a la glucosa. Es decir, esa disfunción metabólica no parecía permanente, al menos en este modelo animal.

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Qué implicaciones tiene para los humanos

Antes de alarmarse hay que tener en cuenta algunos factores, por ejemplo, que este estudio se hizo en ratones y, aunque los resultados son robustos, no siempre se pueden trasladar a humanos. Además, la dieta cetogénica empleada era muy agresiva (con una elevada proporción de grasa). En humanos muchas versiones “keto” no llevan esa intensidad extrema. En la práctica clínica, la dieta cetogénica se usa con supervisión, por ejemplo, en epilepsia, y efectos adversos ya conocidos han sido documentados (alteraciones lipídicas, efectos en hígado, etcétera).

Aunque los autores advierten que sus hallazgos “cuestionan” la idea de que la dieta cetogénica sea una “cura” universal para la obesidad o la diabetes, también destacan que se necesitan más estudios en humanos para entender cuáles efectos persisten, cuáles son reversibles, y en qué condiciones. 

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En su artículo, los autores afirman que, aunque algunos efectos negativos pueden revertirse al dejar la dieta, “otros podrían persistir” si la dieta se mantiene mucho tiempo. Este estudio sugiere que mantener una dieta cetogénica extrema durante un largo periodo en ratones puede provocar problemas metabólicos serios, especialmente ligados a cómo las células del páncreas “liberan” insulina. Por lo tanto, lo que puede parecer una “solución rápida” debe evaluarse con cautela cuando se proyecta a largo plazo.

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    Molly R. Gallop, Renan F.L. Vieira, Peyton D. Mower, Elijah T. Matsuzaki, y Willisa Liou. «A Long-Term Ketogenic Diet Causes Hyperlipidemia, Liver Dysfunction, and Glucose Intolerance from Impaired Insulin Secretion in Mice». Science Advances, vol. 11, n.º 38, American Association for the Advancement of Science (AAAS), 2025, doi:10.1126/sciadv.adx2752.

Actualizado: 24 de septiembre de 2025

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