Dieta vegetariana en niños
La dieta vegetariana es adecuada desde la infancia si se planifica bien. Te explicamos los pros y contras de esta alimentación en niños y adolescentes y recomendaciones para que sea saludable y evitar déficits nutricionales.

Claves de la alimentación vegetariana en la infancia

Diana Oliver Ortiz

Por: Diana Oliver

Periodista especializada en vida sana, maternidad e infancia y mascotas

Actualizado: 4 de mayo de 2023

La dieta vegetariana es aquella en la que se suprime el consumo de carne y pescado, así como sus derivados. En el caso de las dietas ovolactovegetarianas, aunque también se excluyen estos productos, sí se contempla el consumo de huevos y lácteos (como leche, yogures o queso). Pese a los mitos que aún siguen circulando en torno a la alimentación, las dietas vegetarianas bien planificadas son apropiadas para todas las etapas del ciclo vital, incluyendo, el embarazo y la lactancia y, como no, también en la infancia.

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Sobre el número de personas que siguen este tipo de alimentación, es difícil disponer de cifras en el caso de España ya que, como indica la Unión Vegetariana Española, a diferencia de otros países europeos, “no ha habido estadísticas oficiales sobre el número de vegetarianos”. Desde esta organización estiman, basándose en la Encuesta ENIDE de 2011, que alrededor de 700.000 personas en España son vegetarianas. Por su parte, la Unión Vegetariana Internacional aporta cifras a nivel mundial: calculan que más de 600.000.000 en todo en el mundo –lo que supone el 5% de la población– siguen este tipo de dieta.

Según recogía en febrero de 2019 Miriam Martínez Biarge, pediatra y autora de Mi familia vegana, en el documento Niños vegetarianos, ¿niños sanos?, el número de niños y adolescentes que están adoptando una dieta vegetariana o vegana no ha dejado de aumentar en los últimos años, algo que según la pediatra obliga tanto a los pediatras de Atención Primaria, como a los médicos de familia, a familiarizarse con esta forma de alimentación. Y es que, aunque hemos avanzado mucho con respecto a la información y normalización de las dietas vegetarianas y veganas, aún sigue habiendo muchos mitos y prejuicios, especialmente en lo que se refiere a la adopción de esta alimentación durante la infancia.

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Mitos sobre la dieta vegetariana en la infancia

¿Aún nos suena “raro” el seguimiento de una dieta vegetariana en la infancia? ¿Cuáles son los principales mitos en este sentido con respecto a los niños? Responde Miriam Martínez que son muy parecidos a los que se atribuyen a la dieta vegetariana en adultos (“los alimentos vegetales no tienen suficientes proteínas”, “estas dietas son incompletas” o “solo se absorbe bien el hierro de la carne”), añadiendo en el caso de los niños mitos como que estos “necesitan los aminoácidos de la carne para crecer” o que “el cerebro humano se desarrolló gracias a las proteínas y grasas animales”.

Dieta vegetariana en la infancia

Pero el más común de todos, según la experta, es seguramente el que afirma que el hecho de que los niños sean vegetarianos o veganos “es una imposición de los padres”. “Por supuesto, es una elección de los padres, como también lo es darles carne y pescado. Cuando los niños son pequeños sus padres deciden lo que es mejor para ellos, y lo hacen de acuerdo con su propio criterio y principios”, señala.

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Cómo debe ser una dieta vegetariana saludable en niños

Sobre cómo debería ser una alimentación vegetariana en niños y adolescentes para que podamos considerarla una dieta saludable, Miriam Martínez explica que desde los dos años debe ser como la de los adultos: “abundancia de verduras y hortalizas, frutas y cereales integrales como base de la dieta, junto con alimentos ricos en proteínas, que en el caso de las dietas vegetarianas son las legumbres (incluyendo el tofu, el tempeh y otros productos derivados de la soja; y los cacahuetes), los frutos secos (nueces, almendras, anacardos, pistachos…) y semillas (sésamo, girasol, lino, calabaza…).

Dieta vegetariana en la infancia

En el caso de las dietas ovolactovegetarianas se pueden incluir huevos y lácteos en pequeña proporción (10-15% de la dieta)”. Además de lo anterior, la experta añade que es recomendable usar aceite de oliva y sal yodada en pequeña cantidad y evitar el azúcar. “Como se ve, no es muy diferente a lo que debería ser una alimentación no vegetariana equilibrada, salvo que la carne y el pescado se sustituyen por legumbres, frutos secos y semillas. Antes de los dos años los bebés tienen necesidades diferentes, ya que la leche (materna o de fórmula) es su principal alimento”, sostiene.

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La alimentación infantil no está exenta de dudas, sea cual sea el tipo de dieta que se siga en el hogar, y uno de los errores más habituales es el de obligar a comer cuando nuestros hijos e hijas no han comido lo que consideramos que deberían haber comido. ¿Nos preocupamos en exceso por la cantidad, incluso más que por la calidad? Para la pediatra la respuesta es que sí. “Creemos que comer mucho es garantía de crecer más”, dice. Esto es para la experta en alimentación vegetariana un error, ya que los niños crecen según lo dicte su programación genética y comerán de acuerdo con sus necesidades siempre que dispongan de comida suficiente a su alcance.

“Los niños que van a ser altos tienen más apetito y comen más que los que van a ser bajos, porque sus necesidades son mayores. Pero por comer más nadie crece más que lo que dictan sus genes, lo que hacen es engordar. Obligar a comer más que las necesidades reales, y ofrecer comida hipercalórica y poco saludable como alimentos azucarados, refrescos, embutidos o bollería es una de las razones por las que en España tenemos una de las tasas de sobrepeso y obesidad infantil más altas del mundo”, argumenta.

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Visión social distorsionada de la dieta vegetariana

Otra cuestión es la aceptación social de este tipo de dietas durante la infancia. Si bien hemos normalizado costumbres insanas como el consumo de bollería o productos azucarados, cuando se habla de dietas vegetarianas y veganas en niños aún queda un largo camino por recorrer para su normalización. Esto se debe, según la autora de Mi familia vegana, a que ese tipo de productos insanos y orientados específicamente a la población infantil forman parte de lo que nos hemos acostumbrado a aceptar como “lo normal”. “En realidad sabemos que no son buenos alimentos, pero como todo el mundo los toma, no nos llama la atención”, señala.

Dieta vegetariana en la infancia

El problema de las dietas vegetarianas y veganas es para Miriam Martínez que la mayoría de la población tiene una idea desvirtuada de en qué consisten porque no han tenido la oportunidad de convivir con alguna persona vegetariana o vegana, o de ver estos menús de forma habitual. “En la mente de la mayoría de las personas ser vegetariano consiste simplemente en suprimir la carne, el pescado o todos los productos animales sin sustituirlos por nada (o por verdura o ensalada y pan). Como la mayor parte de la población come muy pocas legumbres y cereales completos y el consumo de frutos secos y semillas es anecdótico, y como en los restaurantes no se ofrecen alternativas vegetarianas equilibradas y apetitosas, simplemente no se imaginan qué come de verdad un vegetariano o vegano y todas las posibilidades que una alimentación de este tipo ofrece”.

Creado: 25 de junio de 2020

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