El cinc puede ayudar a prevenir la depresión posparto

Tomar suplementos de cinc en el tercer trimestre del embarazo puede reducir el riesgo de depresión posparto, ya que el déficit de ciertos nutrientes, como este mineral, afecta a los niveles de serotonina y el estado de ánimo.
Mujer embarazada sostiene en sus manos un frasco con un suplemento vitamínico

Algunos nutrientes como el cinc, el ácido fólico, los ácidos grasos omega 3, y ciertas vitaminas, pueden ayudar a prevenir la depresión posparto.

Tomar suplementos de cinc en el tercer trimestre del embarazo puede reducir el riesgo de desarrollar depresión posparto, tal y como ha comprobado un equipo de investigadores de la Universidad de Surrey, en Reino Unido, que consideran el déficit de este mineral como una de las causas que contribuyen a la aparición de este trastorno.

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De hecho, y según un estudio publicado en la revista de la Universidad de Yale (EE.UU.), Yale Journal of Biology and Medicine, existe una relación nutricional y hormonal asociada a la depresión posparto, de forma que la falta de ciertos nutrientes puede tener como consecuencia unos bajos niveles de serotonina y otras hormonas que intervienen en la mejoría del estado de ánimo. Además, del cinc, el ácido fólico, los ácidos grasos omega 3 y las vitaminas B6 y B12, pueden ayudar a prevenir la depresión posparto.

La falta de ciertos nutrientes, como el cinc, puede tener como consecuencia unos bajos niveles de serotonina y otras hormonas que intervienen en la mejoría del estado de ánimo

Los niveles de cinc en el organismo pueden verse alterados si se padece anemia, infecciones, problemas renales o cardiovasculares, alcoholismo, o estrés (el estrés continuado puede triplicar la pérdida de cinc), y las embarazadas y las mujeres en periodo de lactancia son uno de los grupos de población predispuesto a presentar déficit de cinc, especialmente si su dieta es pobre en proteínas de origen animal, aunque las nueces, los granos enteros y las legumbres también son buenas fuentes de este oligoelemento.

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Aunque es necesario que el organismo disponga de la cantidad de cinc apropiada, los expertos advierten de que el exceso de cinc también puede ser contraproducente y causar, entre otros efectos, dolor abdominal, náuseas, anemia, arritmia cardiaca, calambres musculares, o una reducción de la inmunidad, así como interferir en la absorción de otros nutrientes, por lo que no se deben tomar suplementos sin consultar previamente al médico.

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Actualizado: 29 de mayo de 2020

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