Explican lo que las náuseas matutinas revelan realmente sobre el embarazo

Las náuseas, vómitos y aversiones a ciertos olores y alimentos que experimentan las embarazadas se deben a una respuesta inmunitaria natural que ayuda a la madre a evitar alimentos o sustancias potencialmente dañinas para proteger al feto.
Embarazada con náuseas arrodillada junto a la taza del váter se tapa la boca

26/09/2025

Las náuseas, vómitos y rechazo a ciertos olores o alimentos que pueden experimentar las embarazadas en el primer trimestre del embarazo son muy desagradables, pero no suelen indicar problemas, sino que, por el contrario, forman parte de los cambios hormonales propios de la gestación. En el caso de que sean muy intensos y frecuentes y tengan consecuencias como una pérdida de nutrientes o deshidratación se considera hiperémesis gravídica, una condición que debe tratar el médico.

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Ahora, un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA)1 ha revelado que detrás de estos molestos síntomas que se presentan al inicio del embarazo se encuentra una respuesta inflamatoria saludable. En concreto, sus autores han demostrado que las popularmente conocidas como “náuseas matutinas” están relacionadas con la compleja respuesta inflamatoria natural del cuerpo durante el embarazo.

En las primeras semanas de la gestación se activa una combinación especial de mecanismos inmunológicos y conductuales –como la sensación de asco o malestar ante ciertos alimentos– que permite a la madre proteger y alimentar al feto, sin que su organismo lo rechace. Los hallazgos podrían ayudar a normalizar estos síntomas en el entorno laboral, reduciendo estigmas y favoreciendo adaptaciones razonables para las embarazadas.

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Proteger al feto durante un momento crítico de su desarrollo

“Durante el embarazo, el sistema inmunitario de la madre se enfrenta a un reto complejo: debe protegerla a ella y al feto de infecciones, pero sin atacar accidentalmente al feto, cuya identidad genética es mitad foránea porque proviene del padre. Normalmente, el sistema inmunitario ataca cualquier cosa que parezca extraña, por lo que durante el embarazo debe ajustarse cuidadosamente para mantener al feto a salvo y, al mismo tiempo, defenderse de las infecciones”, ha explicado Molly Fox, profesora de antropología de la UCLA, en una nota publicada por el centro.

El trabajo se ha publicado en la revista Evolution, Medicine and Public Health y muestra cómo esta regulación inmunológica en el organismo de la madre se combina con mecanismos de defensa conductuales, como la náusea, que empujan a evitar alimentos potencialmente dañinos en un momento crítico del desarrollo fetal, como son el primer y segundo trimestres del embarazo.

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El equipo, formado por antropólogos y epidemiólogos, analizó muestras de sangre de 58 mujeres latinas del sur de California desde el inicio del embarazo hasta el posparto. Midieron proteínas inmunitarias llamadas citoquinas, que regulan la inflamación y ayudan a la defensa del organismo, y además recopilaron cuestionarios sobre síntomas y aversiones a olores y alimentos.

“Los humanos tenemos una placenta muy invasiva que se introduce profundamente en el tejido materno y necesitamos estrategias únicas para evitar que el sistema inmunitario de la madre ataque al feto”

Entre los resultados destacan que el 64% de las gestantes mostró rechazo a olores o alimentos, especialmente al humo del tabaco y la carne, el 67% sufrió náuseas y el 66% vómitos. Las mujeres que sentían aversión al humo del tabaco mostraban una respuesta inmunitaria más inflamatoria. Lo mismo se observó en quienes tenían náuseas, vómitos o rechazo a ciertos alimentos.

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¿Un mecanismo evolutivo?

Los autores plantean que estas reacciones podrían ser una estrategia evolutiva que, al provocar repulsión hacia sustancias potencialmente peligrosas, contribuye a que el cuerpo de la madre proteja al feto en sus fases más vulnerables.

Fox recuerda que, a diferencia de otros muchos mamíferos, en los que “el compartimento fetal tiene barreras que lo separan del suministro de sangre de la madre, donde se encuentran sus células inmunitarias, los humanos tenemos una configuración única: las células fetales están bañadas en sangre materna. Los humanos tenemos la placenta más invasiva de todas, que se introduce profundamente en el tejido materno. Por lo tanto, necesitamos estrategias únicas para evitar que el sistema inmunitario de la madre ataque al feto”.

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Al igual que “las etiquetas en los paquetes de carne molida o queso blando que advierten a las mujeres embarazadas que tengan cuidado con estos productos debido al riesgo de enfermedades transmitidas por los alimentos durante el embarazo, la aversión a ciertos olores y alimentos, así como las náuseas, e incluso los vómitos, parecen ser la forma en que la evolución logra ese mismo objetivo”, añade Daniel Fessler, profesor de antropología de la UCLA y coautor del artículo.

Los investigadores destacan que reconocer estas molestias como parte de un embarazo saludable puede ayudar a reducir estigmas y facilitar medidas de apoyo en el trabajo. Esto incluye un mejor acceso a beneficios de salud y ajustes razonables para las futuras madres, evitando bajas innecesarias y pérdida de productividad. Además, animan a seguir investigando, tanto para responder a preguntas evolutivas, como para encontrar métodos no invasivos que ayuden a los médicos a evaluar la salud materna y fetal.

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  • 1
    Elizabeth Kivowitz. «Here’s What Morning Sickness During Pregnancy Really Means». UCLA, 2025, https://newsroom.ucla.edu/stories/morning-sickness-pregnancy-why-it-happens.

Actualizado: 26 de septiembre de 2025

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