Residencias para la tercera edad
Nuestros mayores se merecen lo mejor, por ello, si en casa no puedes brindarles los cuidados apropiados, te ayudamos a elegir una residencia para la tercera edad que cubra todas sus necesidades.

Consejos para elegir una residencia de la tercera edad

Por: L. García

Periodista especializada en tercera edad, belleza y ejercicio

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La elección de una residencia de la tercera edad es algo muy importante y debemos tener todas las garantías”. Así de tajante se muestra Roberto Rodríguez Andrés, director de Comunicación, Marketing y Relaciones Institucionales del Grupo Amma, quien insiste en que el centro “nos tiene que dar confianza y tranquilidad”.

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Algunos de los puntos que no debemos pasar por alto cuando nos planteemos elegir una residencia para la tercera edad son los siguientes:

  • Se trata de una decisión muy importante, por lo que se debe hacer siempre con tranquilidad y sin ninguna prisa. La familia y la persona mayor deben visitar varias centros, entrevistarse con diferentes trabajadores o gerentes, sopesar los pros y los contras de las diferentes opciones, etcétera. Además, hay que pedir siempre una copia del reglamento interno y del contrato para leerlos tranquilamente en casa.
  • El centro escogido debe contar con todos los permisos pertinentes expedidos por las administraciones públicas. Estos estarán expuestos de forma visible en algún lugar del centro pero, si no podemos verlos, se deben solicitar a la persona que esté enseñando las instalaciones tanto el permiso de apertura, como todas las inspecciones posteriores realizadas y selladas por las autoridades.
  • En el marco de la actual pandemia por coronavirus, es importante asegurarse de que la residencia sigue los protocolos de seguridad recomendados por las autoridades sanitarias, como uso obligatorio de mascarillas, distancia de seguridad, desinfección adecuada de las instalaciones, restricción del número de visitas, exigencia de una PCR negativa a las personas que ingresan por primera vez, vacunación a los residentes y a los trabajadores, etcétera.
  • El personal que trabaje en el centro debe estar perfectamente cualificado para las tareas que desarrolle. Además del título correspondiente, esas personas deben demostrar un trato cordial, amable y respetuoso con los residentes. Igualmente, es importante que el ratio entre plantilla y residentes no sea muy alto para que los mayores estén bien atendidos.
  • Los horarios de visita deben ser amplios y flexibles para que los familiares no tengan problemas para ver a sus mayores y, además, se deben permi­tir las visitas en la habitación en caso de enfermedad del anciano, o simplemente para comprobar que todo va bien. Además, el acceso al teléfono debe ser libre y se tiene que permitir hacer llamadas privadas.
  • Como en el caso de los colegios, lo ideal es que la residencia cuente con zonas ajardinadas y espacios al aire libre propios pero, si no los tiene, es positivo que haya un parque cercano, o que al menos organice visitas y paseos en zonas verdes del entorno.
  • Los menús que ofrezca el centro deben ser variados, suficientes y adaptados a las necesidades de los mayores. Por este motivo, deben estar diseñados por nutricionistas expertos en gerontología y, en el caso de la presencia de enfermedades (diabetes, anemia, hipertensión arterial…), individualizados según las necesidades del residente.
  • No hay duda de que la residencia debe estar limpia, desinfectada y bien ventilada, tanto en las áreas comunes como en las habitaciones. Asimismo, la ropa de cama, las toallas y la ropa de los ancianos también han de estar limpias, y estos deben estar siempre bien aseados, peinados y afeitados.
  • El centro no puede tener barreras arquitectónicas que dificulten la movilidad de las personas mayores. La accesibilidad y la seguridad son fundamentales y, por lo tanto, debemos fijarnos en que cuente con ascensor (en los centros de más de una planta), pasamanos, suelos antideslizantes, sistemas de aviso de emergencias en las habitaciones y baños a través de timbres, sistemas de emergencia que cumplan todas las normativas e, incluso, protocolos y simulacros de evacuación bien diseñados.
  • Los sistemas de calefacción y refrigeración deben funcionar correctamente y contar con las revisiones periódicas en cuanto a, por ejemplo, limpieza de filtros, para evitar problemas serios como puede ser la peligrosa legionelosis. La temperatura de las zonas comunes debe ser confortable y es un punto positivo que las habitaciones puedan regularse de manera independiente para que cada residente pueda elegir la temperatura con la que se sienta más cómodo.

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Creado: 15 de abril de 2015

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