Los ejercicios acuáticos son especialmente recomendables para ayudarnos a mantener un buen estado de salud en la tercera edad. Conoce sus beneficios, y las siete mejores opciones para ejercitarte en el agua sin riesgos.
Dónde realizar ejercicios acuáticos: consejos para seniors
Hoy en día existen instalaciones deportivas en todas las ciudades, e incluso en los pueblos, y en ellas no suele faltar una piscina, ya sea más grande o más pequeña. Sin embargo, disponer de este tipo de servicio no garantiza que los adultos mayores puedan ejercitarse en ellas, ya que para realizar ejercicio físico en el agua se recomienda que cumplan una serie de requisitos, como:
Es conveniente que sea una piscina cubierta, aunque queramos ejercitarnos en verano, porque nos evitará que al salir del agua mojados experimentemos un cambio de temperatura brusco.
La temperatura en ese caso debe estar entre 24 y 28 ºC la del agua, y entre dos y cuatro grados más la exterior, algo que no siempre se cumple en las instalaciones deportivas.
Debe contar con un monitor. Aunque nuestra idea sea nadar por libre, siempre es conveniente que un profesional del ejercicio físico supervise nuestra actividad. En el caso de que no nos defendamos con mucha soltura en el agua, esta característica es fundamental, ya que necesitaremos que sea el profesional el que nos indique todos los pasos a seguir para ejercitarnos.
Oferta de clases colectivas, ya que aunque podemos realizar ejercicio por libre, para las personas mayores resulta más recomendable que se ejerciten en grupo para crear lazos de unión, sociabilizarse y evitar las situaciones de soledad. Además, en estas clases nos garantizamos que el monitor ofrece un programa de ejercicios acorde a nuestra capacidad física.
Disponga de material para ejercitarse, porque aunque no siempre es necesario, los elementos como balones, aros, maguitos, o aletas, pueden enriquecer la práctica deportiva.
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Consejos para practicar ejercicios acuáticos en zonas de mar
Otra opción para realizar ejercicios acuáticos es acudir a un lugar de costa y aprovechar los beneficios del agua del mar. Y es que a todos los que ya hemos apuntado, tendremos que sumar los que proporcionan los oligoelementos y minerales –como el yodo, el potasio o el cinc, entre otros– que se encuentran en el medio marino, y que el organismo es capaz de absorber. Además, el efecto del oleaje sobre nuestro cuerpo favorece aun más la circulación.
Eso sí, si te decantas por esta opción debes adoptar ciertas precauciones para evitar riesgos, como:
Evitar zonas rocosas o con muchas conchas porque corres el riesgo de hacerte alguna herida.
Evitar zonas costeras en las que el agua esté demasiado fría.
Si el oleaje es demasiado fuerte puede ser peligroso porque podría tirarte e incluso arrastrarte lejos de la orilla.
Tener en cuenta las advertencias de seguridad, como es el color de la bandera de la playa, para evitar cualquier contratiempo.
Evitar zonas en las que haya mucha gente y niños jugando para no sufrir golpes inoportunos.
No realizar ejercicio en zonas en las que no hagas pie o no te sientas seguro. Es conveniente que haya un puesto de socorrista cerca para que si tienes algún problema te puedan ayudar.