Vacunas, prevención al servicio de la salud
Los expertos coinciden: las vacunas son la mejor forma de prevención frente a las enfermedades infecciosas y, junto a la potabilización del agua, la medida que más ha reducido la morbilidad y mortalidad.

Qué son y cómo funcionan las vacunas

Eva Salabert

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Las vacunas son la mejor forma de prevención frente a las enfermedades infecciosas, aunque desgraciadamente todavía hay patologías para las que no se ha conseguido desarrollar una vacuna, y para las que es necesario adoptar otro tipo de medidas preventivas: es el caso de la malaria, el dengue, el VIH o la hepatitis C.

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El mecanismo de acción de las vacunas se basa en exponer al paciente a una cantidad mínima y segura de virus o bacterias que previamente han sido debilitados, con el fin de que el sistema inmune de esa persona aprenda a reconocer y atacar la infección si en algún momento de su vida el paciente se encuentra expuesto a la misma; de esta forma, o bien no resultará infectado, o sufrirá una infección muy leve que podrá combatir fácilmente.

Tipos de vacunas

En la actualidad existen cuatro tipos diferentes de vacunas:

  • Vacunas de virus vivos. Son las que contienen el virus atenuado; por ejemplo, la triple vírica (sarampión, paperas, rubéola).
  • Vacunas inactivadas (elaborada con microorganismos muertos). Se elabora con una proteína o fragmentos de un virus o bacteria; es el caso de la vacuna contra la gripe.
  • Vacunas toxoides. Incluyen una toxina o sustancia química producidas por el virus o la bacteria, y combaten los efectos dañinos que ocasiona la infección, en vez de la propia infección; es el caso de las vacunas contra la difteria y el tétanos.
  • Vacunas biosintéticas. Se elaboran a base de sustancias artificiales similares a trozos de virus o bacterias, que estimulan al sistema inmune para que produzca anticuerpos eficaces contra la enfermedad. Un ejemplo es la vacuna contra el Haemophilus influenzae tipo B.

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Breve historia de las vacunas

La primera vacuna la creó en 1796 Edward Jenner –un médico británico– con el fin de combatir la viruela, una enfermedad que la OMS declaró oficialmente erradicada en 1980.

A finales del siglo XIX, Louis Pasteur desarrolla la vacunología, que se convierte en una nueva rama de la ciencia médica.

Persona siendo vacunada en la antigüedad
Grabado en madera que muestra la vacunación contra el virus de la rabia.

En 1909 se desarrollan las vacunas contra la difteria, el tétanos y la tuberculosis, en 1926, la de la tos ferina y, en 1953, Jonas Salk crea la vacuna contra la poliomielitis, una enfermedad que dejaba graves secuelas en los afectados, y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) espera que sea erradicada en breve.

En 1980 la OMS declara oficialmente que la viruela ha sido erradicada. Según este organismo, se trata de la única enfermedad que ha sido eliminada de la faz del planeta por la mano del hombre.

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Entre 1970 y 1980 se desarrollan las vacunas que combaten el haemophilus influenzae B, el meningococo, el neumococo y la varicela, en 1982 la de la hepatitis B y, en 2006, aparece la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), uno de los principales factores de riesgo para sufrir un cáncer de cuello de útero, que también se ha asociado a un incremento en el riesgo de desarrollar cáncer de cabeza y cuello.

Las primeras actuaciones de vacunación en España se inician a principios de los años 60 del siglo pasado, y el primer calendario vacunal aparece en Barcelona en 1973, mientras que el primero a nivel nacional se establece en 1975.

En la actualidad hay diversas vías de investigación abiertas con el objetivo de conseguir desarrollar vacunas frente a enfermedades como el sida, el alzhéimer, la malaria, el cáncer y hasta la caries.

Creado: 14 de mayo de 2013

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