Aprender a leer: primeras lecturas infantiles
A partir de los tres años los niños se interesan por los cuentos y pueden aprender a leer con estímulos apropiados. Pero lo importante es que ayudes a tu hijo a descubrir el placer de la lectura por sí mismo.

¿Cómo deben ser las primeras lecturas infantiles?

Álvaro Saiz

Por: Álvaro Saiz

Psicopedagogo y maestro de educación infantil

Actualizado: 28 de junio de 2022

Un error habitual a la hora de elegir qué cuentos queremos que sean las primeras lecturas de nuestros hijos es optar por aquellos que nos dejaron un buen recuerdo en nuestra infancia, o aquellos que nos parecen más bonitos y entrañables, sin prestar atención a sus necesidades, intereses y características psicoevolutivas.

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Sin embargo, el cuento que es adecuado para un niño de tres años, no lo es para uno de cinco, y debemos también tener en cuenta si al destinatario del cuento le gustan los deportes, o si es un amante de los dinosaurios; por ello, las lecturas deben adaptarse siempre a las características y los gustos del pequeño si queremos fomentar en él el hábito de la lectura.

Cuando acudimos a la sección infantil de una librería, podemos ver que los libros están clasificados por edades, lo que facilita la elección. Se puede comprobar así la evolución en el tipo de cuento con el que disfrutan los pequeños según su edad:

  • Durante los dos primeros años de vida los cuentos son sólo otro juguete más, y no tienen ningún interés para el niño como lectura, sino que únicamente observará sus dibujos, o interaccionará con el libro si por ejemplo este contiene dispositivos sonoros. Este tipo de libros deben ser fáciles de manipular, con colores llamativos y llenos de dibujos sencillos. Además, es preferible que no sean de papel y sí de tela o cartón duro, puesto que aún no entienden que las cosas se rompen.
  • A partir de los dos años, con el gran desarrollo lingüístico que experimenta a esta edad, ya comprenderá qué son los cuentos y, por tanto, podrás ofrecerle libros con historias sencillas, aunque todavía deban estar ilustradas con muchos dibujos. No importa que todavía no sepa leer, él puede ver los dibujos mientras tú le cuentas la historia.
  • Según vaya evolucionando en la lectura o comprensión de las historias, podrás elegir cuentos con más texto, y los dibujos irán perdiendo importancia. No obstante, en toda la etapa de Educación Infantil y en el primer ciclo de Educación Primaria, la imagen prevalecerá sobre el texto, porque a estas edades los menores procesan mejor la información visual que la auditiva.
Primeras lecturas infantiles

Además de los cuentos, existen otros textos ideales para los niños, las fábulas, que resultan muy útiles por su brevedad y sencillez. Estas historias resultan adecuadas para inculcarles una serie de valores gracias a sus moralejas.

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Cómo evolucionan los cuentos para niños

Los cuentos infantiles incrementan paulatinamente su dificultad, tanto en vocabulario y gramática como en la complejidad del argumento, a medida que sus destinatarios crecen. Así, el pequeño se inicia en la lectura con historias sencillas en las que hay muy pocos personajes, que generalmente aparecen en un momento dado y no suelen volver a la historia, salvo en el caso del protagonista del relato. Poco a poco, el número de personajes se amplía, y ganan mayor protagonismo con diversas apariciones, hasta que el niño alcanza el nivel adecuado para asimilar la existencia de varios personajes y es capaz de relacionar las diferentes situaciones que viven.

La continuidad temporal de las historias sirve al pequeño para interiorizar una serie de rutinas; de acuerdo con esta continuidad, la historia avanza y no se vuelve a hablar sobre algo que ya ha sucedido. Los argumentos también se van complicando progresivamente y se producen más saltos en el tiempo; así, mientras se narra un acontecimiento que sucede en el momento presente, se evoca un suceso ya pasado. Este proceso exige la capacidad de entender los saltos en el tiempo que se describen en el libro.

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En cuanto a la temática, también debe haber una evolución para ajustarla a los gustos y necesidades de los pequeños lectores. Por eso, al principio es conveniente que manejen libros que refieran acciones habituales que ellos puedan realizar en su vida diaria, para después “vivir” historias imaginarias; finalmente, ambos tipos de argumentos se pueden mezclar en libros que traten temas específicos que les interesen.

Creado: 4 de marzo de 2013

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