Vinculan las rabietas en niños con futuras depresiones y autolesiones

Los niños con una alta irritabilidad entre los 3 y los 7 años tienen más probabilidades de manifestar síntomas depresivos y autolesiones durante la adolescencia. Una intervención temprana ayudaría a prevenir problemas emocionales.
Niña enrabietada agarrada un carro de la compra en el supermercado

12/01/2024

Que los niños pequeños tengan rabietas es algo natural, e incluso muchos padres se refieren a esta etapa de sus hijos como los “terribles dos” y los “terribles tres”, porque suele ser a esas edades cuando más se enrabietan, pero, a medida que crecen, esa irritabilidad disminuye. Sin embargo, algunos niños no son capaces de controlar sus berrinches y un nuevo estudio liderado por University College London (UCL) sugiere que las intervenciones que ayudan a los padres y cuidadores a apoyar a los niños con una elevada irritabilidad podrían contribuir a reducir el riesgo futuro de enfermedad mental.

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Estudios previos habían demostrado que la irritabilidad en la niñez avanzada aumentaba el riesgo de depresión futura, pero se desconocía si la irritabilidad durante la primera infancia tenía la misma importancia. Identificar cuanto antes un marcador de mayor riesgo proporcionaría más oportunidades para diseñar intervenciones que podrían prevenir problemas de salud mental en el futuro. Los nuevos hallazgos se han publicado en Journal of the American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (JAACAP).

El impacto de la irritabilidad persistente en la infancia

La nueva investigación se ha basado en datos de 7.225 niños que participaron en el Millennium Cohort Study, un estudio de cohorte de nacimiento representativo a nivel nacional dirigido por la UCL de personas nacidas entre 2000 y 2002. Los padres respondieron a preguntas sobre la irritabilidad de sus hijos a los tres, cinco y siete años, y los adolescentes reportaron síntomas depresivos y autolesiones a los 14 años.

“Los hallazgos enfatizan la importancia de la primera infancia para el desarrollo emocional”

Los investigadores comprobaron que los niños cuya irritabilidad no disminuyó entre las edades de tres y siete años experimentaron niveles más altos de depresión y autolesión en la adolescencia, mientras que si solo manifestaron irritabilidad a los tres años esta no se asoció con depresión posterior.  

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“Este estudio sugiere que, si bien cierto grado de irritabilidad es parte del desarrollo infantil normal, podemos identificar a los niños que luchan contra la irritabilidad persistente desde tan solo cinco años, brindando así una oportunidad para la prevención e intervención temprana”, ha declarado el Dr. Ramya Srinivasan, del departamento de Psiquiatría de la UCL y autor principal.  

“Los hallazgos enfatizan la importancia de la primera infancia para el desarrollo emocional. El apoyo a los padres de niños pequeños se ha reducido en muchos países en los últimos años y se vio sustancialmente interrumpido por la pandemia de Covid-19. Esto es preocupante y una posible oportunidad perdida”, concluye el experto.

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Actualizado: 12 de enero de 2024

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