Confirman que la contaminación atmosférica eleva el riesgo de demencia

La exposición a contaminantes del aire como partículas finas PM2.5, óxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno contribuye a aumentar el riesgo de desarrollar demencia, por lo que limitar sus niveles reduciría la carga de enfermedad.
Joven con síntomas de cansancio mental debido a la contaminación

12/04/2023

El tráfico de vehículos y ciertas actividades industriales generan partículas finas PM2.5, que se denominan así por tener un tamaño inferior a 2.5 micras que les permite introducirse en los pulmones. Estas partículas contaminan el aire que respiramos y se han asociado a numerosos problemas de salud. De hecho, un reciente estudio ha relacionado la exposición a estos contaminantes ambientales con el desarrollo de cáncer de pulmón en personas no fumadoras.

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Ahora, un metaanálisis realizado por científicos de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard ha confirmado los resultados de estudios previos que vinculan respirar los contaminantes del aire, especialmente las PM2.5, con el desarrollo de demencia. Actualmente hay más de 57 millones de personas en el mundo que padecen demencia, y se estima que en 2050 la cifra de pacientes llegará a 153 millones. Hasta el 40% de estos casos estarían relacionados con factores de riesgo que es posible modificar, como la exposición a contaminantes del aire.

“Este es un gran paso para proporcionar datos procesables para las agencias reguladoras y los médicos en términos de dar sentido al estado de la literatura sobre este tema de salud de gran importancia. Los resultados pueden ser utilizados por organizaciones como la Agencia de Protección Ambiental, que actualmente está considerando reforzar los límites de exposición a PM2.5”, ha declarado el autor principal Marc Weisskopf, Cecil K. y Philip Drinker Profesor de Epidemiología y Fisiología Ambiental. “Nuestros hallazgos respaldan la importancia de tal medida para la salud pública”.

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PM2.5, óxido de nitrógeno y dióxido de nitrógeno asociados a demencia

Los investigadores revisaron más de 2.000 estudios e identificaron 51 que habían analizado una asociación entre la contaminación atmosférica y la demencia clínica, que habían sido publicados en la última década. Tras evaluar el sesgo de esos estudios seleccionaron 16 que cumplían con los criterios para el metaanálisis. La mayor parte de la investigación se centró en PM2.5, y el dióxido de nitrógeno y el óxido de nitrógeno fueron los otros dos contaminantes más comunes estudiados.

Hay una evidencia consistente de una asociación entre la exposición a PM2.5 y la demencia, incluso cuando la exposición anual fue inferior al estándar de 12 μg/m3 de la Agencia de Protección Ambiental

Los resultados mostraron una evidencia consistente de una asociación entre la exposición a PM2.5 y la demencia, incluso cuando la exposición anual fue inferior al actual estándar anual que establece la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de 12 microgramos por metro cúbico de aire (μg/m3). Entre los estudios que utilizaron la determinación activa de casos, los científicos encontraron un aumento del 17% en el riesgo de desarrollar demencia por cada aumento de 2 μg/m3 en la exposición anual promedio a PM2.5.

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También encontraron evidencia que sugiere asociaciones entre la demencia y el óxido de nitrógeno (5% de incremento del riesgo por cada 10 μg/m3 de aumento en la exposición anual) y dióxido de nitrógeno (2% de aumento en el riesgo por cada 10 μg/m3 de aumento en la exposición anual). Los hallazgos se han publicado en The BMJ.

Los investigadores han señalado que la asociación estimada de la contaminación del aire con el riesgo de demencia es menor que la de otros factores de riesgo, como el nivel educativo y el tabaquismo, pero que si se tiene en cuenta la gran cantidad de personas expuestas a la contaminación del aire las implicaciones para la salud a nivel de la población podrían ser significativas.

“Dada la enorme cantidad de casos de demencia, identificar los factores de riesgo modificables procesables para reducir la carga de la enfermedad tendrían un tremendo impacto personal y social”, afirma Weisskopf. “La exposición a PM2.5 y otros contaminantes del aire es modificable hasta cierto punto por los comportamientos personales, pero, lo que es más importante, a través de la regulación”.

Actualizado: 21 de abril de 2023

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