Climarianos: la dieta que reduce tu huella ecológica
Actualizado: 5 de mayo de 2023
El cambio climático es un hecho, los bosques abarcan cada vez menos hectáreas, los glaciares se derriten, y las anomalías climáticas están a la orden del día en todo el planeta. Es responsabilidad de todos hacer lo posible para frenar esta situación y revertir sus consecuencias, y una manera de empezar es mediante la comida que tomamos a diario. Esta es la propuesta de la dieta climariana, una nueva tendencia en alimentación en la que eliges lo que comes en función de la huella de carbono que deja y su impacto en la naturaleza.
Los climarianos, término adaptado del anglicismo 'climatarian', cambian no solo su alimentación, sino también su estilo de vida en general, para respetar el medioambiente
Los climarianos, término adaptado del anglicismo climatarian, cambian no solo su alimentación, sino también su estilo de vida en general, para respetar el medioambiente. Estas variaciones encajan en las últimas recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que indican la necesidad de reducir el consumo de carne, ampliar el de frutas y verduras y disminuir todo lo posible el desperdicio de comida, pues el consumismo genera la emisión de unos gases de efecto invernadero que están provocando el cambio climático.
- Qué come un climariano
- Otros hábitos de vida de los climarianos
- Reducen al mínimo el desperdicio de alimentos
- Generan su propio compost
- Cultivan sus propios alimentos
- Evitan el uso de plásticos innecesarios
- Compran solo lo necesario
- Controlan el gasto de agua
- Compran ropa y productos de segunda mano
- Van en transporte público o comparten coche
- Tienen vacaciones más sostenibles
- Aíslan mejor sus casas
- Evitan productos de un solo uso
Qué come un climariano
Las dietas más sostenibles con el medioambiente son la vegana y la vegetariana pues, según un estudio publicado en la revista Climatic Change, una dieta que sigue estos patrones genera la mitad de emisiones de dióxido de carbono que una que incluye carne, especialmente si es roja.
Menos carne
Según datos de Greenpeace, los niveles de consumo de carne en países desarrollados son insostenibles, colocando a España como el segundo país europeo que más ingiere este producto animal. La industria ganadera no solo emite gases nocivos, sino que también estos animales contribuyen a dañar el suelo –pues el 75% del suelo agrícola está dedicado a la ganadería directa, o a la producción de pienso– y en la preparación para la comercialización de su carne se desperdician grandes cantidades de agua: para producir un kilo de carne de ternera se necesitan unos 15415 litros de agua, según una publicación del Institution of Mechanical Engineers.
Por ello, Greenpeace advierte que la ganadería es la principal causante de que el 80% de la Amazonia esté deforestada y que el 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo son consecuencia de esta práctica, pues los genera en una cantidad más elevada que todos los trenes, coches, aviones y barcos juntos. Este tipo de industria emite CO2, metano y óxido nitroso, derivados de la emisión directa e indirecta, como de los plaguicidas y fertilizantes químicos, y los vehículos y maquinaria que necesitan combustible.
Por este motivo, las personas que siguen una dieta climariana prefieren reducir o suprimir por completo la ingesta de carne y lácteos animales, y cuando lo hacen prefieren consumir ave de corral o cerdo, que tienen unas emisiones de gases más limitadas, y siempre asegurándose de que los animales hayan sido criados de manera sostenible, orgánica, en pastos, y con altos niveles de bienestar animal.
Más frutas y verduras de cercanía y temporada
La alimentación de los climarianos está principalmente basada en frutas y verduras de temporada y de cercanía, es decir, propias de la época del año en la que se encuentren y comprada en tiendas próximas que ofrezcan alimentos cultivados por la zona. De esta manera se evita la contaminación en los transportes e importaciones de alimentos, y el empleo de invernaderos.
Suelen elegir las variantes ecológicas de estos productos, que hayan sido cultivadas con pesticidas, insecticidas y fertilizantes naturales, que ayudan a evitar la erosión del suelo y la expulsión de gases nocivos a la atmósfera.
Pescado moderado y sostenible
En el caso del pescado, los climarianos eligen aquellos que hayan sido capturados de manera sostenible, que sean de temporada y lo más cercanos posible. Así se logrará evitar los tipos de pesca masiva que dañan los fondos marinos y que amenazan la biodiversidad de las especies.
Para poder elegir bien el pescado, debes mirar la etiqueta de estos productos, ya estén congelados o frescos. En ella se indicará el método de pesca, para que puedas optar por las más selectivas como el trasmallo, el pincho, las nasas, la caña, o el palangre no industrial, y la zona de pesca; compra los que se hayan capturado cuanto más cerca, mejor, y evita el pescado o marisco producidos en acuicultura intensiva, pues pueden contaminar el agua o introducir especies invasoras.
Otros hábitos de vida de los climarianos
Pero los climarianos pretenden ir un paso más allá para cuidar el planeta, y para ello vigilan su huella en el medioambiente en otros aspectos de la vida, además de la dieta. Estos son algunos de los hábitos que tiene este colectivo:
Reducen al mínimo el desperdicio de alimentos
Una buena manera de conseguirlo es utilizar todas las partes de los alimentos para preparar sus recetas, como la piel de las frutas o la parte central donde se encuentran las semillas, que solemos tirar. También se puede optar por aprovechar las sobras o congelar los alimentos que no se vayan a consumir pronto para evitar que se pongan malos, o incluso valorar su estado más allá de la fecha de caducidad, consumo preferente, o la presencia de moho.
Cultivan sus propios alimentos
Si tienes un pequeño jardín, o incluso el alféizar de la ventana, puede servir para crear tu propio huerto. Desde unos tomates cherry o plantas aromáticas en las zonas más recogidas, hasta verduras o patatas en las zonas más grandes.
Evitan el uso de plásticos innecesarios
En algunas ocasiones los productos frescos del supermercado, como frutas y verduras, vienen recogidas en plásticos innecesarios, pues la propia piel de la fruta y la verdura protege al alimento, y con retirarla o lavarla bien bastaría para poder consumirlo sin problema. Evitar comprar este tipo de productos envasados podría ayudar a reducir la contaminación resultante de la producción de ese plástico, y de su huella ecológica cuando se llegue a casa y se deseche. Pasa lo mismo con algunos productos que vienen envasados de manera individual; lo mejor para el planeta es evitarlos.
Compran solo lo necesario
Los climarianos solo compran lo que es realmente necesario, tanto en alimentación, como en ropa y hogar. En cuanto a la comida, la adquieren en pequeñas cantidades para evitar que se ponga en mal estado y tener que tirarla a la basura; y cuando se trata de objetos, como por ejemplo un electrodoméstico roto, valoran repararlo antes que sustituirlo por otro. De esta manera se es más sostenible ecológicamente hablando.
Controlan el gasto de agua
El agua es uno de los bienes más valiosos, y hacer un uso excesivo es nocivo para el medioambiente y puede poner en riesgo las reservas. Tomar duchas rápidas, aprovechar el agua de la lluvia para regar las plantas, o cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes, son algunas maneras de evitar este desperdicio.
Van en transporte público o comparten coche
Optar por el transporte público para moverse es una buena manera de reducir la contaminación con los diferentes productos tóxicos que se expulsan al aire derivados del combustible. Si no es posible utilizar este medio, también se puede compartir coche con otras personas.
Tienen vacaciones más sostenibles
Los climarianos suelen irse de vacaciones a sitios cercanos a su residencia; la razón se encuentra en intentar reducir al máximo los gases generados por los transportes. El avión es el medio que más contamina, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEE), y cada pasajero de un vuelo de 88 personas provoca una contaminación de 285 gramos de CO2 por cada kilómetro recorrido.
Evitan productos de un solo uso
Las bolsas de plástico, frente a las que hay una guerra abierta en los últimos tiempos, pueden sustituirse por bolsas de tela o de red, los pañuelos de papel desechables por servilletas de tela o la cubertería de plástico por un juego de metal o bambú. También puedes optar por llevar tu taza a las cafeterías si vas a pedir un café para llevar, o los táperes para comprar pescado, embutido o carne fresca, en el mercado.
Creado: 8 de octubre de 2019