La contaminación por diésel aumenta la prevalencia de alergias

En los últimos diez años ha aumentado el número de personas con asma y alergias respiratorias a diversos pólenes, y una de sus principales causas es la contaminación por vehículos que emplean combustible diésel.
Niño con mascarilla por la contaminación
La contaminación por combustible de diesel actúa como trasporte de los alérgenos.

La prevalencia de diversas alergias respiratorias, y especialmente de asma (la enfermedad crónica más prevalente en la infancia en muchas partes del mundo), se ha visto llamativamente incrementada durante todas las estaciones del año –y ya no solo en primavera–, a lo largo del último decenio. Según apunta a Webconsultas el doctor Francisco Javier Ruiz Hornillos, jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Infanta Elena en Valdemoro (Madrid), son varios los estudios realizados en diferentes países que habrían comunicado “un incremento de la prevalencia del asma alrededor de un 50% en ese periodo". ¿Qué se esconde detrás de ese aumento? Entre otros, la contaminación atmosférica y, muy especialmente, las emisiones de los vehículos que utilizan combustible diésel.

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Sin dejar de lado otros contaminantes que se han relacionado con el aumento de la sintomatología en los pacientes con asma y alergia, como son el ozono, el dióxido de azufre u óxidos de nitrógeno, Ruiz Hornillos recuerda que “el polen muestra gran afinidad para unirse a las partículas de emisión de los motores diésel (PED)”, los cuales representan una parte importante de las partículas suspendidas en las ciudades: “Estos contaminantes se unen al alérgeno principal formando los denominados “aerosoles alergénicos”, de elevada penetrabilidad en el aparato respiratorio, y alta capacidad para desencadenar episodios de asma en individuos sensibilizados, según se ha observado en algunos estudios”.

Como las partículas de diésel pueden actuar como transporte de los alérgenos (al ser capaces de absorberlos), los pólenes alcanzan una mayor concentración y permanencia en el aire en zonas urbanas, “favoreciendo la aparición de nuevas sensibilizaciones, y la agudización de sintomatología de los sujetos alérgicos”. Además, según explica el jefe del Servicio de Alergología del Hospital Universitario Infanta Elena, “las partículas contaminantes pueden alterar las propias plantas, lo que induce la expresión en el polen de proteínas con mayor carga alergénica”.

Las partículas de diésel pueden actuar como ‘transporte’ de los alérgenos, favoreciendo la aparición de nuevas sensibilizaciones, y la agudización de la sintomatología de los sujetos alérgicos

La prevalencia, eso sí, depende mucho de la región en la que nos encontremos. “En cada parte de España hay un tipo de plantas de forma más predominante. Así, por ejemplo, en Jaén hay muchos olivos, en Badajoz hay concentraciones más altas de polen de gramíneas, en Valencia hay más parietaria, y en Barcelona hay más plátano de sombra. Por lo tanto, en función de aquello a lo que el paciente esté sensibilizado desarrollará síntomas en una época o en otra, de ahí la importancia de acudir al alergólogo para que pueda realizar un diagnóstico correcto, y establecer un tratamiento específico para cada persona y una recomendación eficaz".

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Además, "las variaciones en las condiciones climatológicas hacen que la misma planta pueda soltar su polen en momentos distintos del año, por eso hay mapas polínicos para revisar estas concentraciones de polen en cada ciudad. Sin olvidar que también pueden influir la alergia a otros inhalantes como los ácaros del polvo, los hongos de la humedad, y los epitelios de animales”, cuenta Francisco Javier Ruiz Hornillos.

Cómo combatir la alergia en la ciudad

Para el doctor Ruiz Hornillos es necesario saber a lo que cada paciente tiene alergia, y para ello es necesario acudir al alergólogo para que le realice las pruebas y pueda establecer una recomendación en función del resultado. “En algunos casos se puede realizar tratamiento con extractos de inmunoterapia; es el único tratamiento etiológico (de la causa) de los pacientes con rinoconjuntivitis o asma por alergia a inhalantes que es capaz de modificar el rumbo de la enfermedad”. Apunta también el especialista que el empleo de la vacunación “previene la evolución de la sintomatología hacia el asma bronquial” , una situación que se produce hasta en el 60% de las personas que padecen rinitis polínica intensa y no reciben la vacuna.

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De forma simultánea, según Ruiz, “se debe realizar un tratamiento sintomático”, que irá destinado a aliviar en la medida de lo posible los síntomas una vez que se produzcan, pero también nos recomienda una serie de medidas de prevención de la alergia como, por ejemplo, no ventilar la casa ni realizar actividades al aire libre a primera o última hora del día, de forma que evitemos los rangos más altos de polinización; utilizar gafas de sol para evitar el lagrimeo por polen; o no realizar actividades que puedan remover el polen y aumentar el riesgo de síntomas alérgicos como arreglar el césped del jardín, entre otras medidas.

Actualizado: 6 de octubre de 2017

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