Preeclampsia, cómo evitar sus complicaciones
Es más que una hipertensión arterial durante el embarazo que daña a los riñones provocando la pérdida de proteínas por la orina. Si no se controla, sus complicaciones pondrán en peligro a la madre y al feto.

Qué es la preeclampsia y causas

David Saceda

Por: David Saceda Corralo

Médico Interno Residente, especialista en Dermatología Medicoquirúrgica y Veneorología

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Qué es la preeclampsia

La preeclampsia es una afección propia de las mujeres embarazadas, que se caracteriza por la aparición de hipertensión arterial y proteinuria, es decir, presencia de proteínas en la orina. Si solo se manifiesta uno de los dos signos, por ejemplo, hipertensión arterial, no se puede decir que la embarazada padezca preeclampsia (si no hipertensión gestacional).

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En realidad, estos signos funcionan como alarmas que indican que algo no va bien en el sistema arterial de la futura madre, lo que exige un control de sus cifras de tensión para evitar que desemboque en otras complicaciones que son el verdadero peligro de la preeclampsia, entre ellas la eclampsia.

¿Por qué es tan grave la preeclampsia?

La preeclampsia es más que una hipertensión arterial durante el embarazo que daña a los riñones provocando la pérdida de proteínas por la orina. El problema es que no solo se dañan los riñones durante el curso de la preeclampsia, sino que también hay afectación de otros órganos como el hígado, el cerebro y la propia sangre. Si no se controla la hipertensión comienzan a aparecer complicaciones que ponen en peligro la vida de la madre y del feto.

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Hoy en día la mortalidad y el desarrollo de complicaciones posteriores a la preeclampsia no son tan frecuentes como lo eran hace décadas. Una embarazada con un buen control médico, un tratamiento apropiado, y una vida saludable, es muy raro que pueda sufrir una eclampsia grave. No obstante, aquí encontrarás las claves para identificarla y prevenirla.

Mujer embarazada controlándose la tensión

Causas de la preeclampsia

Durante siglos, la causa de la preeclampsia ha sido desconocida, o se le han atribuido orígenes místicos; ya en el siglo XX comenzaron a desarrollarse estudios que identificaron los principales factores de riesgo que favorecen el desarrollo de este trastorno consistente en la aparición de hipertensión arterial y proteinuria (proteínas en la orina). Estos son:

Factores de riesgo de preeclampia relacionados con la genética

  • Tener familiares (madre o abuela) que hayan padecido preeclampsia en alguno de sus embarazos.
  • Haber padecido preeclampsia en algún embarazo previo.

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Factores de riesgo de preeclampia relacionados con el sistema inmunitario

  • Poco tiempo de exposición al semen de la pareja. Esto ocurre cuando el padre del bebé es una pareja nueva, o cuando se utilizan métodos contraceptivos de barrera.

Factores de riesgo de preeclampia relacionados con la madre

  • Edad avanzada o adolescentes.
  • Primer embarazo.
  • Obesidad y diabetes.
  • Tabaquismo.
  • Sufrir estrés o realizar trabajos pesados.
  • Padecer enfermedades renales, inmunológicas, o alteraciones de la coagulación.

Factores de riesgo de preeclampia relacionados con el propio embarazo

Por supuesto, todos estos factores no son determinantes, es decir, ninguno por sí solo o combinados pueden causar preeclampsia de forma inexorable, sino que simplemente están relacionados con su aparición. Gracias a la identificación de estos factores y a diferentes estudios biológicos, se puede dar una explicación sencilla de por qué se desarrolla esta enfermedad.

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Cuando se produce la fecundación del ovocito por el espermatozoide del hombre se forma un óvulo que tiene mezclada la información genética del padre y de la madre. Este óvulo muy pronto comienza a dividirse, llega a las paredes del útero, y las invade para poder implantarse en su interior. La invasión depende de la futura placenta, que se llama trofoblasto y que, en condiciones normales, es capaz de integrarse completamente en el espesor de la pared uterina hasta que alcanza los vasos sanguíneos que aportarán sangre a la futura placenta.

Sin embargo, en las mujeres que desarrollan preeclampsia, la invasión no se produce correctamente, y no se alcanzan completamente los vasos sanguíneos; esto sucede porque el sistema inmunitario de la madre rechaza al trofoblasto, cuya genética depende directamente del espermatozoide paterno. Al no conseguir alcanzar correctamente los vasos sanguíneos, se produce una situación de isquemia a lo largo del embarazo; es decir, no hay sangre suficiente para toda la placenta y algunas células mueren soltando toxinas y productos de desecho que pasan a la circulación, alterando a arterias y arteriolas. Esto provoca una contracción difusa del aparato circulatorio y aparece la hipertensión arterial.

Mujer embarazada

Complicaciones de la preeclampsia

Las complicaciones que puede ocasionar la preeclampsia durante el embarazo son varias; las más importantes son el síndrome HELLP y la eclampsia, pero hay más.

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Síndrome HELLP

Es una complicación rara que afecta sobre todo a la sangre y al hígado. Se caracteriza por provocar a la embarazada:

Los síntomas que suele padecer la paciente son dolor abdominal en la boca del estómago y más a la derecha, cerca de las costillas, que es donde está el hígado, náuseas, vómitos, dolor de cabeza y diarrea.

Eclampsia

Es la consecuencia de una preeclampsia mal tratada o imposible de controlar. El 50% de las eclampsias sucede durante el embarazo, el 15% durante el parto, y el resto en las primeras horas del puerperio. Ocurre cuando la contracción difusa de los vasos sanguíneos es tan grande que el paso de sangre a través de ellos es escaso y se producen microinfartos. El órgano más importante que se ve afectado en la eclampsia es el cerebro, tanto es así que se producen convulsiones y coma, lo que se conoce como ataque eclámptico. El ataque eclámptico tiene varias fases:

  • Fase prodrómica: la embarazada comienza a notar síntomas idénticos a los descritos anteriormente en la preeclampsia grave.
  • Fase de invasión: dura menos de treinta segundos; la mujer mueve la cabeza de un lado a otro y mueve los músculos de la cara.
  • Fase de contracción tónica: dura de quince a veinte segundos; se contraen todos los músculos, y la embarazada queda con el tronco rígido, los brazos pegados a él, el cuello estirado hacia atrás, la boca fuertemente cerrada y la respiración paralizada en espiración forzada.
  • Fase de contracciones clónicas: dura uno o dos minutos, y durante este lapso de tiempo se contrae y relaja intermitentemente todo el cuerpo. Los hombros y la cabeza se mueven hacia atrás en sacudidas, y sale una espuma blanquecina de la boca. Poco a poco las sacudidas son menos frecuentes hasta que desaparecen. Los antiguos griegos comparaban estas sacudidas a los destellos de los rayos (eso significa eklampsis).
  • Fase de coma: la embarazada queda inconsciente, inmóvil, y respira con dificultad. La recuperación del coma es muy lenta y después no recuerda nada de lo que ha pasado.
Complicaciones de la preeclampsia

Otras complicaciones también frecuentes, pero menos graves, son:

  • Edema pulmonar: los pulmones se encharcan de sangre, ya que el corazón no es capaz de expulsar la sangre de los mismos.
  • Fracaso renal: el daño en los riñones es tan grande que dejan de funcionar y no se produce orina.
  • Shock circulatorio: al producirse el parto, las toxinas que provocan la constricción difusa de los vasos sanguíneos desaparecen, y las arterias se dilatan hasta su estado normal. Sin embargo, la cantidad de sangre ha disminuido y en ocasiones no hay suficiente.
  • Rotura hepática: se producen hemorragias dentro del hígado, que lo distienden e incluso pueden provocar su rotura desde dentro.

Creado: 17 de octubre de 2011

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