La microbiota intestinal podría influir en la salud cognitiva durante la vejez

Un estudio del CSIC revela que la composición de la microbiota intestinal en adultos mayores podría afectar a funciones cerebrales como la memoria, el lenguaje o las emociones y que modificarla mediante la dieta podría preservar la salud cognitiva al envejecer.
Ilustración que muestra la relación bidireccional entre el intestino y el cerebro y la influencia de los alimentos

15/10/2025

La microbiota intestinal es el principal factor que regula el eje intestino-cerebro, pero su influencia sobre la actividad cerebral se desconocía.  Ahora, un nuevo estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)1 ha comprobado que diferentes perfiles de microbiota están asociados con variaciones en áreas de la corteza cerebral relacionadas con funciones cognitivas como la memoria, el lenguaje y el procesamiento emocional.

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En la investigación han participado 54 personas sanas mayores de 55 años y sus resultados revelan que diferentes perfiles de microbiota se asocian con diferente actividad espontánea en las áreas corticales-mediales posteriores del cerebro, que intervienen en funciones como la percepción, la memoria y el procesamiento emocional. Esto se traduce en una mayor predisposición a ciertas enfermedades o problemas de salud, aunque el microbioma esté sano.

Los hallazgos se han publicado en la revista Scientific Reports2 y sugieren que la composición de la microbiota podría influir en el envejecimiento cognitivo a través del eje intestino-cerebro, por lo que una modificación temprana de la composición de la microbiota, a través de cambios nutricionales, podría retrasar o mejorar el deterioro cognitivo relacionado con el paso de los años. Esto sienta las bases para realizar nuevas investigaciones que comprueben si determinadas intervenciones dietéticas pueden ayudar a prevenir o mitigar el deterioro cognitivo asociado a la edad.

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Relación entre el perfil de microbiota intestinal y el nervio vago

Este pionero estudio, cuyo primer autor es José Ignacio Serrano, y que ha liderado María Dolores del Castillo Sobrino, ambos del CAR-CSIC-UPM, ha sido llevado a cabo por el Grupo de Modelado Computacional de la Inteligencia, del Centro de Automática y Robótica (CSIC-UPM), en colaboración con el grupo IMDEA-Food, es el primero en valorar la relación entre la microbiota intestinal y la actividad cerebral espontánea mediante electroencefalograma en reposo en personas sanas.

Así se ha llegado a dos hallazgos fundamentales según las áreas cerebrales en las que se han descubierto diferencias. Por un lado, que la composición de la microbiota intestinal en sujetos sanos podría influir en la actividad del cerebro. Y que, a su vez, la actividad cerebral podría influir durante el envejecimiento en funciones clave, como la memoria, el lenguaje y la cognición social (reconocimiento de emociones, empatía, normas sociales y razonamiento moral). En conclusión, no todas las microbiotas intestinales son iguales, lo que afecta a la actividad cerebral incluso en ausencia de enfermedad.

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El estudio identifica tres grupos de sujetos sanos (A, B, C) teniendo en cuenta el análisis de su microbiota intestinal. En dos de ellos (A y B) se detecta la predominancia del género de microorganismos Bacteroides y en el tercero (C) del género Prevotella. El análisis muestra diferente actividad cerebral en reposo entre los grupos en lo referente a la memoria episódica (recuerdos autobiográficos), el lenguaje y el procesamiento de las emociones.

No todas las microbiotas intestinales son iguales, lo que afecta a la actividad cerebral, incluso en ausencia de enfermedad

También se observan diferencias significativas entre los sujetos de los tres grupos, en especial entre dos de ellos (A, B) y el tercero (C), en lo referente a las áreas del precúneo (fundamental para la autoconciencia, la memoria autobiográfica, las funciones visoespaciales y la percepción consciente), la corteza cingulada posterior bilateralmente (implicada en funciones como la orientación visoespacial, la memoria, la planificación y la reflexión personal) y el giro fusiforme izquierdo (vital para el reconocimiento de palabras, objetos y caras, así como para la comprensión del lenguaje), todas en la banda theta, ondas relacionadas con procesos de memoria y aprendizaje y  procesamiento emocional, entro otros.

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Los investigadores manejan la hipótesis de que cada perfil de microbiota intestinal podría modular de forma diferente la señal del nervio vago (una de las principales vías de comunicación entre el intestino y el cerebro) y, por tanto, producir la actividad cerebral específica encontrada en cada grupo.

Se sabe que la estimulación del nervio vago supone beneficios terapéuticos en enfermedades relacionadas con el sistema nervioso central, como la epilepsia y la depresión. También se le reconoce influencia en procesos inflamatorios asociados a patologías como la enfermedad de Parkinson o los trastornos del espectro autista. Su modulación, a través de la estimulación y modificación de la señal que transmite, podría ser el mecanismo utilizado por la microbiota intestinal para activar las fibras aferentes vagales intestinales, que llevan información desde el intestino hasta el cerebro.

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Fuente: Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)

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  • 1
    «Gut Microbiota Profiles Are Associated With Different Spontaneous Cortical Activity in Healthy Older People». Scientific Reports, vol. 15, n.º 1, Springer Science and Business Media LLC, https://www.csic.es/es/actualidad-del-csic/un-estudio-del-csic-sugiere-que-la-microbiota-intestinal-puede-influir-en-la-salud-cognitiva-en-el-envejecimiento.
  • 2
    Serrano, J. I., Cruz-Gil, S., Fernández, C. M., Fernández, L. P., Sobrino-Santos, A., Espinosa-Salinas, I., Maestre, C., Latasa, M.-J., Cebrián, M., Ramos-Ruiz, R., de Molina, A. R., & Del Castillo, M. D. (2025). Gut microbiota profiles are associated with different spontaneous cortical activity in healthy older people. Scientific Reports, 15(1), 31590. https://doi.org/10.1038/s41598-025-16090-6

Actualizado: 15 de octubre de 2025

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por Vanessa Fernandez

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