Encuentran un vínculo entre la obesidad y un mayor riesgo de sufrir alzhéimer

Descubren que diminutas vesículas celulares procedentes del tejido adiposo en personas con obesidad favorecen la acumulación de placas beta-amiloide en el cerebro aumentando así el riesgo de desarrollar alzhéimer, lo que podría ser útil para futuras terapias.
Mujer obesa de mediana edad mira por la ventana con gesto triste

02/10/2025

La obesidad constituye un factor de riesgo para el desarrollo de numerosas enfermedades, desde la diabetes tipo 2, al cáncer o las patologías cardiovasculares, pero su conexión exacta con el alzhéimer no está clara, aunque en 2024 un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) relacionó la acumulación de proteínas tóxicas características de este tipo de demencia con la grasa visceral.

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Ahora, sin embargo, un estudio pionero del Houston Methodist ha demostrado que las vesículas extracelulares derivadas del tejido adiposo –unas diminutas partículas que actúan como mensajeros entre células– pueden favorecer la acumulación de placas de beta-amiloide en personas con obesidad. Estas placas son una de las señas de identidad de la enfermedad de Alzheimer.

La investigación aborda la relación entre obesidad –que afecta a cerca del 40% de la población estadounidense y a un 15,2% de hombres y un 15,1% de mujeres de 18 años o más en España– y esta devastadora enfermedad neurodegenerativa que padecen entre el 60 y el 70% de los 57 millones de personas que viven con demencia a nivel mundial (más de siete millones de ellas en Estados Unidos). Sus resultados se han publicado en la revista científica Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer’s Association.

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Un hallazgo que podría ayudar a reducir el riesgo de alzhéimer

“Hoy sabemos que la obesidad es el principal factor de riesgo modificable para la demencia en EE. UU.”, ha declarado Stephen Wong, presidente distinguido John S. Dunn en Ingeniería Biomédica, autor principal del trabajo y director del Centro Chao para BRAIN en Houston Methodist.

Los investigadores descubrieron que la carga lipídica de estas vesículas difiere entre personas con obesidad y aquellas con peso saludable. En los modelos de laboratorio, estas diferencias en la composición de lípidos influyeron en la rapidez con la que las proteínas beta-amiloide se agrupan.

Utilizando ratones y muestras de tejido graso humano, los científicos observaron que estas vesículas –que incluso son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica– actúan como mensajeros que favorecen la acumulación de placas cerebrales vinculadas al Alzheimer.

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Interrumpir esta comunicación celular podría convertirse en una estrategia para reducir el riesgo de Alzheimer en personas con obesidad. Los investigadores apuntan a que futuros estudios deberán centrarse en terapias farmacológicas que bloqueen o ralenticen la acumulación de proteínas tóxicas como la beta-amiloide en individuos de alto riesgo.

Actualizado: 1 de octubre de 2025

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