Alertan de signos de adicción a los ultraprocesados en adultos mayores

Muchos adultos de entre 50 y 64 años muestran signos de adicción a los alimentos ultraprocesados, según un estudio que ha encontrado que quienes los consumen con frecuencia tienen un mayor riesgo de sobrepeso, mala salud física o mental y aislamiento social.
Hombre de mediana edad devora una hamburguesa en un local de comida rápida

09/10/2025

Las personas que pertenecen a la Generación X y al final de la generación del “baby boom” –que en la actualidad tienen entre 50 y 64 años– fueron las primeras en crecer rodeadas de productos ultraprocesados, ricos en grasas, sal, azúcares y saborizantes añadidos. Durante su infancia y juventud, la oferta de este tipo de alimentos –específicamente diseñados para resultar irresistibles– se multiplicó en el mercado.

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Ahora, un estudio ha revelado que el 21% de las mujeres y el 10% de los hombres que forman parte de estos grupos cumplen los criterios de adicción a los ultraprocesados. En cambio, entre los mayores de 65 a 80 años, las cifras bajan al 12% en las mujeres y al 4% en el caso de los varones.

La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Míchigan1, que han advertido que las personas de entre 50 y 80 años que cumplen con los criterios de adicción a los alimentos ultraprocesados tienen muchas más probabilidades de presentar sobrepeso o de declarar que su salud mental o física es regular o mala.

Cómo se midió la adicción alimentaria

Los investigadores se basaron en los datos recogidos por una encuesta nacional a más de 2.000 adultos mayores realizada por el National Poll on Healthy Aging, del Instituto de Políticas e Innovación Sanitaria de la misma universidad. Utilizaron una herramienta llamada Escala de Adicción a la Comida de Yale modificada (mYFAS 2.0), basada en los mismos criterios clínicos que se utilizan para diagnosticar adicciones a sustancias.

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El cuestionario incluye 13 situaciones relacionadas con el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas, como tener fuertes antojos, intentar sin éxito reducir su consumo, experimentar síntomas de abstinencia, o evitar actividades sociales por miedo a comer en exceso. En este caso, la “sustancia” adictiva no es el alcohol ni la nicotina, sino productos como dulces, comida rápida o refrescos azucarados.

Los resultados del estudio se han publicado en la revista Addiction2 y muestran que estos alimentos pueden generar un efecto similar al de otras adicciones. “Esperamos que este estudio llene un vacío en el conocimiento sobre la adicción a los alimentos ultraprocesados ​​entre los adultos mayores, medida mediante una escala bien estudiada y estandarizada”, ha declarado Lucy K. Loch, estudiante de posgrado en el Departamento de Psicología de la U-M, en una nota publicada por el centro.

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“Los adultos mayores de hoy se encontraban en un período clave de su desarrollo cuando el entorno alimentario de nuestro país cambió. Dado que otras investigaciones muestran una clara relación entre el consumo de estos alimentos y el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura, es importante estudiar la adicción a los alimentos ultraprocesados ​​en este grupo de edad”, ha añadido.

“Si las tendencias actuales continúan, las generaciones futuras podrían presentar tasas aún más altas de adicción a los alimentos ultraprocesados ​​en etapas posteriores de la vida”

A diferencia de las adicciones tradicionales (como el alcohol o el tabaco), que suelen ser más comunes entre los hombres, la adicción a los ultraprocesados aparece con más frecuencia en mujeres. Una posible razón es el bombardeo publicitario sobre alimentos light o “dietéticos” dirigido a ellas durante los años 80. Productos como galletas bajas en grasa o comidas preparadas prometían ayudar a controlar el peso, pero su composición podía fomentar patrones adictivos de alimentación.

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“Los porcentajes que vemos en estos datos superan con creces los porcentajes de adultos mayores con uso problemático de otras sustancias adictivas, como el alcohol y el tabaco”, ha señalado Ashley Gearhardt, autora principal del estudio y directora del Laboratorio de Ciencia y Tratamiento de la Adicción Alimentaria de la Universidad de Míchigan. Según la investigadora, el estudio también muestra un vínculo claro entre la adicción a los ultraprocesados y la salud mental y física y el aislamiento social.

Mayor riesgo de sobrepeso y una peor salud física y mental

Las mujeres que se consideraban con sobrepeso tenían 11 veces más probabilidades de cumplir los criterios de adicción a los ultraprocesados que las que decían tener un peso adecuado. En los hombres, la probabilidad era 19 veces mayor. En total, un 33% de las mujeres y un 17% de los hombres que se veían con sobrepeso cumplían los criterios de adicción.

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Los hombres con mala salud mental tenían cuatro veces más probabilidades de mostrar signos de adicción, y las mujeres casi tres veces más. En cuanto a la salud física, los hombres en peor estado tenían tres veces más riesgo, y las mujeres, casi el doble. Respecto al aislamiento social, aquellos que decían sentirse solos con frecuencia tenían más del triple de probabilidades de presentar adicción a los ultraprocesados que quienes no se sentían aislados.

Los autores señalan que las personas con sobrepeso pueden ser especialmente vulnerables a los productos ultraprocesados “disfrazados” de saludables –como los que se anuncian como bajos en grasa o ricos en proteínas– pero que siguen diseñados para estimular el apetito y el deseo de comer más. “Estos productos se venden como alimentos saludables, lo que puede ser especialmente problemático para quienes intentan reducir la cantidad de calorías que consumen”, explicó Gearhardt. “Y esto afecta especialmente a las mujeres, por la presión social en torno al peso”.

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Los adultos que hoy tienen entre 50 y 60 años son la primera generación que ha pasado la mayor parte de su vida rodeada de alimentos ultraprocesados. “Estos hallazgos plantean preguntas urgentes sobre si existen etapas críticas del desarrollo en las que la exposición a alimentos ultraprocesados ​​es especialmente peligrosa para la vulnerabilidad a la adicción”, ha afirmado Gearhardt.

“Los niños y adolescentes de hoy consumen proporciones aún mayores de calorías procedentes de alimentos ultraprocesados ​​que los adultos de mediana edad de hoy en su juventud. Si las tendencias actuales continúan, las generaciones futuras podrían presentar tasas aún más altas de adicción a los alimentos ultraprocesados ​​en etapas posteriores de la vida”, concluye.

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  • 1

    Gavin, Kara. “Many Older Adults Show Signs of Ultra-Processed Food Addiction.” Michigan Medicine, 30 Sept. 2025, https://www.michiganmedicine.org/health-lab/many-older-adults-show-signs-ultra-processed-food-addiction.

  • 2
    Lucy K. Loch, Matthias Kirch, Dianne C. Singer, Erica Solway, y Scott Roberts. «Ultra‐processed Food Addiction in a Nationally Representative Sample of Older Adults in the USA». Addiction, Wiley, 2025, doi:10.1111/add.70186.

Actualizado: 9 de octubre de 2025

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