Beneficios del baile para los niños
El baile aporta a los niños valiosos beneficios para su cuerpo y su mente, y es una excelente manera de socializar. Conoce cómo favorece su desarrollo, y su poder terapéutico en casos de autismo o TDAH, y cuándo y cómo empezar.

El baile como actividad terapéutica para niños con discapacidad

Amparo Luque

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 5 de mayo de 2023

Si para todos los niños el baile es una actividad tremendamente recomendable, para aquellos con discapacidad o algún tipo de problema de salud lo es aún más. Incluso se han acuñado términos como danzaterapia o psicoballet, que engloban iniciativas que ayudan a personas con dificultades tanto clínicas, como educativas.

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Y es que según Esther Mortes y Patricia Moran, creadoras e impulsoras del proyecto de ballet adaptado para niños y jóvenes con diversidad funcional BalletVale+: “el ballet adaptado es una disciplina artística que permite que cada bailarín sea valorado de acuerdo con sus capacidades; haya un clima de comunicación sin juicios ni prejuicios; crezca un compromiso que ayude a aumentar la autoestima y la participación activa en condiciones de igualdad; se normalice la diferencia; se desdramatice la diversidad funcional y se aprenda unos de otros”.

Concretamente, la experta Kattalin Sarasola, fisioterapeuta pediátrica en el centro de neurorehabilitación infantil Airoa de Bilbao destaca: “en niños con patología motriz (parálisis cerebral, o diferentes síndromes que cursan con alteración del tono muscular) la danza es especialmente beneficiosa como una forma de arte que implica entrenamiento físico, acompañamiento musical, interacciones sociales y expresión emocional, que podrían servir como complemento de la fisioterapia. En este grupo de niños, aparte de los beneficios socio-emocionales, se observan mejoras en el equilibrio, fuerza, extensibilidad muscular, coordinación…”. Además, los niños en silla de ruedas también pueden disfrutar del baile, con la peculiar expresividad que le aportan.

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En esta misma línea, Esther Mortes y Patricia Moran puntualizan que “las clases de ballet adaptadas tienen un beneficio terapéutico funcional para los trastornos generales y focales que afectan al desarrollo motor como la parálisis cerebral (PC) y la atrofia muscular espinal (AME) de tipo II”.

Por otro lado, el baile también ha demostrado muy buenos resultados en el ámbito de la hiperactividad, complementando o incluso sustituyendo ciertos tratamientos. Y es que la danza como actividad física ayuda a los niños con TDH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) a “regular el impulso de movimiento y a trabajar muchísimo los aspectos atencionales (seguimiento de ritmos y coreografía)” explica Kattalin Sarasola. La experta en pedagogía de la danza Esther Mortes explica también cómo se trabaja este trastorno en las clases: “es imprescindible estar en silencio para escuchar a la profesora explicar el ejercicio, los bailarines han de esperar su turno para ejecutar los ejercicios…, pero también se alternan ejercicios más dinámicos con otros de más concentración. Esos momentos de “desahogo” para ellos son fundamentales”.

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Con respecto al autismo, la fisioterapeuta Sarasola añade que también “la danza puede servir como forma de comunicación no verbal mediante trabajo de actividades de expresión corporal, imagen corporal, conciencia corporal y esquema corporal para los niños que están dentro del trastorno del espectro autista (TEA). Y Esther Mortes señala que “en una clase de ballet adaptado no solo se trabajan las necesidades motoras presentes en los niños con autismo, como la coordinación oculomotora, el equilibrio, la regulación de la velocidad de los movimientos, o la coordinación, sino que también se trabaja la interacción con otros iguales, la expresión facial y el lenguaje gestual, la atención y la memora, el cumplimiento de las normas y rutinas, etcétera”.

Ballet clásico como actividad terapéutica para niños

Por último, también podemos destacar el caso del síndrome de Down, ya que practicar algún tipo de danza, además de los diversos beneficios citados, es muy recomendable para mejorar específicamente la hipotonía muscular típica de estos niños y también para que evolucionen a nivel neuropsicológico y confíen en sí mismos. De hecho, hay compañías de danza, como Danzadown compuestas íntegramente por personas con este síndrome.

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En definitiva “las clases de danza se pueden adaptar a las capacidades de la persona, tanto adaptando el material, utilizando el propio material de apoyo del niño, o adaptando la propia actividad”, indica la fisioterapeuta Sarasola. Así, cada vez hay más academias de baile, grupos de danza o talleres específicos que mediante profesionales formados para ello apuestan por el baile inclusivo para que los pequeños con distintas discapacidades aprovechen sus numerosos beneficios y conseguir su integración.

Creado: 7 de abril de 2022

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