Prohibir a los hijos que tengan ciertas amistades empeora su conducta

Un estudio revela que las madres controladoras que prohíben a su hijo tener amistad con niños que no son de su agrado pueden dañar la reputación social del menor y contribuir a su aislamiento, agravando su mal comportamiento.
Padre advirtiendo a su hijo sobre las 'malas compañías'

16/09/2024

Hay un refrán que dice “dime con quién andas y te diré quién eres” y es cierto que las personas del entorno pueden influir significativamente en nuestra forma de pensar y de comportarnos. La familia no se escoge, pero los amigos sí, y esas elecciones pueden dar pistas sobre nuestra personalidad y prioridades. No es de extrañar que padres y madres se preocupen si creen que sus hijos van en ‘malas compañías’.

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Las actividades delictivas casi siempre ocurren fuera del hogar y lejos de la supervisión adulta, por lo que es natural que los padres culpen a los amigos por el mal comportamiento de sus hijos. Muchos progenitores, de hecho, creen que pueden prevenir futuros problemas limitando el contacto con amistades sospechosas. Sin embargo, un nuevo estudio longitudinal realizado en estudiantes de secundaria advierte a los padres, especialmente a las madres controladoras, que evitar o prohibir ciertas amistades puede empeorar la situación.

Los resultados del trabajo se han publicado en The Journal of Child Psychology and Psychiatry y muestran que la desaprobación materna de las amistades en respuesta a problemas de conducta puede dañar la posición social del niño entre sus compañeros, lo que agrava los problemas de comportamiento que se intentaban prevenir.

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Dificultar que el niño desarrolle habilidades sociales adecuadas

Brett Laursen, coautor del estudio y profesor de psicología en la Florida Atlantic University, en colaboración con colegas de la Universidad Mykolas Romeris en Lituania, realizó un seguimiento a una muestra de 292 niños y 270 niñas (de entre 9 y 14 años) durante un curso escolar. Los estudiantes completaron encuestas al inicio, mitad y final del año. En cada etapa, se evaluó su estatus social (si eran queridos o no) y su comportamiento disruptivo en el aula a través de nominaciones de sus compañeros. Además, los propios estudiantes reportaron sus problemas de conducta y la percepción de la desaprobación materna hacia sus amistades.

Los resultados del estudio revelaron que los intentos de las madres por intervenir en relaciones problemáticas, prohibiendo amistades, generaron el efecto contrario. Las madres que desaprobaban a los amigos de sus hijos sin quererlo empeoraron los problemas de conducta. En particular, al mostrar su desaprobación, dañaron las relaciones de sus hijos con sus compañeros, lo que llevó a que estos se sintieran aislados y a mayores dificultades de ajuste social.

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El estudio también analizó las diferentes formas en que los compañeros reaccionaban a la interferencia materna. Se descubrió que la desaprobación de los amigos no solo reducía las amistades, sino que también aumentaba las probabilidades de que los compañeros rechazaran al niño activamente.

“La importancia de estos hallazgos radica en que muestran cómo la desaprobación de los amigos por parte de las madres puede agravar los problemas de conducta debido al impacto negativo en el estatus social del niño”, comentó Laursen, de la Facultad de Ciencias Charles E. Schmidt en FAU.

Al mostrar su desaprobación, las madres dañaron las relaciones de sus hijos con sus compañeros, lo que llevó a que estos se sintieran aislados y a mayores dificultades de ajuste social

“Es posible que los niños comenten estas restricciones con sus amigos, o que las madres expresen directamente su desaprobación. En cualquier caso, estas actitudes rara vez son bien recibidas, lo que podría llevar a los amigos a difundir desprecio en el grupo de compañeros. Como resultado, las oportunidades sociales disminuyen, ya que nadie quiere asociarse con alguien considerado poco popular”.

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Los investigadores también sugieren que, en algunos casos, las madres logran efectivamente romper una amistad. “Imagina que una amistad se termina porque una madre la prohíbe. Ahora el niño necesita un nuevo amigo. ¿Quién querrá ser amigo de alguien con una madre controladora? Las opciones de amistades se reducen, y es posible que el niño termine siendo amigo de alguien igualmente rechazado, a menudo un compañero con problemas de conducta”, explicó Laursen. “Estos niños suelen ser rechazados precisamente por sus problemas de comportamiento, lo que aumenta el riesgo de malas influencias”.

Al final, estas amistades con compañeros problemáticos pueden ejercer presión para que el niño adopte el comportamiento disruptivo que las madres intentaban evitar. Además, la pérdida de estatus social puede aumentar el malestar y dificultar el desarrollo de habilidades sociales adecuadas. “La mejor opción para los padres es buscar alternativas positivas en lugar de prohibir amistades”, sugiere Laursen. “Es clave mantener relaciones positivas con los hijos, ya que el afecto y el apoyo pueden actuar como barreras ante las malas influencias”, concluye.

Actualizado: 16 de septiembre de 2024

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