Aprender un idioma extranjero antes de nacer podría convertirse en realidad

Comprueban que los bebés pueden empezar a reconocer un idioma extranjero antes de nacer y que tras escuchar unas horas de grabaciones en el útero su cerebro muestra una actividad similar a la que provoca su lengua materna desde las primeras horas de vida.
Bebé muy sonriente con unos auriculares

06/10/2025

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para generar conexiones internas y adaptarse al entorno y es mayor durante la infancia, por lo que la exposición a estímulos como el aprendizaje del lenguaje contribuye al desarrollo cognitivo. De hecho, un estudio publicado en la revista Communications Biology1 mostró que los bebés que están expuestos a un segundo idioma desde que nacen pueden obtener beneficios a nivel intelectual.

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Pero ¿qué ocurriría si esa exposición a más de una lengua se produjera durante el embarazo? ¿Puede el cerebro empezar a adaptarse a un idioma extranjero antes incluso de nacer? Pues un nuevo estudio ha demostrado que los recién nacidos reaccionan de forma diferente a un idioma si lo han escuchado brevemente mientras estaban en el útero.

Un equipo de expertos en neuropsicología de la Universidad de Montreal2 ha comprobado que bastan unas pocas semanas de exposición prenatal a una lengua nueva para modificar las redes cerebrales relacionadas con el lenguaje. Desde las primeras horas de vida, el cerebro del bebé procesa el idioma extranjero que escuchó en el vientre materno a través de los mismos circuitos neuronales que utiliza para su lengua materna. En cambio, un idioma completamente desconocido se procesa de forma distinta.

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Cómo respondía el cerebro del bebé a una historia contada en tres idiomas

En la investigación participaron 60 mujeres francófonas con un embarazo normal, a cada una de las cuales se le entregó un reproductor con una grabación del mismo cuento en dos idiomas: francés y, según el grupo, alemán o hebreo. “Buscábamos idiomas que fueran acústica y fonológicamente diferentes del francés y que pudieran ser leídos por la misma persona para evitar el sesgo de voz”, explicó Andréanne René, una de las líderes del trabajo, en una nota publicada por la universidad. “Tuvimos la suerte de encontrar a un hablante trilingüe”.

A partir de la semana 35 de embarazo, las futuras madres colocaban los auriculares sobre su abdomen en un entorno tranquilo, sin música de fondo, y reproducían las grabaciones para sus bebés. En promedio, los fetos escucharon la historia unas 25 veces. Entre 10 y 78 horas después del nacimiento, los investigadores volvieron a reproducir el mismo cuento para los recién nacidos, esta vez en los tres idiomas: el francés, el idioma extranjero al que habían estado expuestos en el útero y otro completamente nuevo.

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Para registrar la actividad cerebral utilizaron espectroscopia funcional en el infrarrojo cercano (fNIRS), una técnica no invasiva que mide los niveles de oxigenación de la corteza cerebral. “Se coloca un dispositivo similar a un gorro de baño con luces en la cabeza del bebé”, explicó René. “La luz, cercana al espectro infrarrojo, atraviesa el tejido hasta la corteza y los sensores detectan variaciones en los niveles de oxigenación sanguínea”.

“Sabemos que cuando una región del cerebro se activa, se produce un aumento de la oxigenación sanguínea, ya que el cerebro necesita más energía”. “Podemos medir estas respuestas en las regiones del cerebro que procesan el lenguaje. Queríamos comprobar si modificar el entorno lingüístico de un bebé en el útero puede moldear las redes lingüísticas del cerebro, por lo que comparamos la activación cerebral en recién nacidos al escuchar su lengua materna, una lengua extranjera a la que habían estado expuestos en el útero y una lengua extranjera que nunca habían escuchado”, añadió la profesora Anne Gallagher, que ha supervisado el trabajo.

Incluso con apenas unas horas de vida, los bebés procesan de forma diferente un idioma que escucharon en el útero frente a uno completamente nuevo

Cuando los bebés escuchaban francés, se activaba la corteza temporal izquierda –la misma región dominante en los adultos–, junto con otras áreas relacionadas con el lenguaje. Curiosamente, la misma reacción se observó cuando oían el idioma extranjero al que habían estado expuestos antes de nacer. Sin embargo, al escuchar una lengua totalmente desconocida, la actividad cerebral era mucho menor y no se concentraba en un solo hemisferio. En otras palabras, incluso con apenas unas horas de vida, los bebés procesan de forma diferente un idioma que escucharon en el útero frente a uno completamente nuevo.

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“No sabíamos si una exposición tan breve tendría un efecto medible”, señaló Gallagher. “Pero los resultados muestran claramente que unos minutos de escucha diaria durante unas pocas semanas bastan para modificar la organización de las redes cerebrales”. Estos hallazgos confirman la asombrosa plasticidad del cerebro humano antes del nacimiento. “Muestran lo moldeable que es el sistema del lenguaje”, comentó Gallagher, “pero también nos recuerdan su fragilidad: si un entorno positivo tiene efectos, es lógico pensar que uno negativo también podría tenerlos.”

Aún es pronto para saber si estos estímulos prenatales dejan huellas duraderas. “Estamos siguiendo la evolución de los niños”, explicó René. “Quizá el efecto desaparezca a los cuatro u ocho meses, o tal vez se mantenga.” Los resultados del estudio se han publicado en Communications Biology3 y abren nuevas perspectivas para comprender mejor cómo se desarrolla el lenguaje y, en el futuro, podría inspirar estrategias de apoyo para bebés con riesgo de trastornos del desarrollo.

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“Todavía estamos lejos de eso”, advirtió Gallagher, “pero no es descabellado pensar que algún día esta línea de investigación sirva para ayudar a los niños más vulnerables.” Por ahora, lo que sí sabemos es que mucho antes de pronunciar su primera palabra, los bebés ya han empezado a familiarizarse con el lenguaje, cómodos y protegidos dentro del vientre materno.

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  • 1

    Gracia-Tabuenca, Zeus, et al. “Enhanced Efficiency in the Bilingual Brain through the Inter-Hemispheric Cortico-Cerebellar Pathway in Early Second Language Acquisition.” Communications Biology, vol. 7, no. 1, Oct. 2024, pp. 1–8, https://doi.org/10.1038/s42003-024-06965-1.

  • 2

    Soffer, Virginie. “Learning a Foreign Language—before You’re Born!” Https://Nouvelles.Umontreal.Ca/, 3 Oct. 2025, https://nouvelles.umontreal.ca/en/article/2025/10/03/learning-a-foreign-language-before-you-re-born.

  • 3

    René, Andréanne, et al. “Prenatal Linguistic Exposure Shapes Language Brain Responses at Birth.” Communications Biology, vol. 8, no. 1, Aug. 2025, pp. 1–11, https://doi.org/10.1038/s42003-025-08594-8.

Actualizado: 6 de octubre de 2025

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