Por qué comer menos ultraprocesados ayuda a proteger el medioambiente

Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados es beneficioso para el medioambiente y seguir la dieta mediterránea se asocia a menor emisión de gases de efecto invernadero y a un uso más sostenible de los recursos naturales.
Persona comiendo comida mediterránea frente al mar

17/07/2023

Limitar la presencia de alimentos ultraprocesados en la dieta diaria no solo es beneficioso para nuestra salud, sino que también puede tener efectos positivos sobre el medioambiente, según los resultados de un estudio realizados por varios grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), que muestran que cuanto más se reduzca el consumo de ultraprocesados, más disminuirá también la huella medioambiental relacionada con la alimentación.

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Los alimentos ultraprocesados –que incluyen productos envasados, bebidas azucaradas, snacks y comidas rápidas– están sometidos a un elevado nivel de procesado, contienen aditivos y conservantes, y por lo general aportan pocos nutrientes y son ricos en grasas, azúcares y sodio. “Los alimentos ultraprocesados afectan o aumentan el consumo de varios recursos, como son el uso de tierra, de agua y de energía, así como aumentan las emisiones de gas invernadero”, ha señalado Cristina Bouzas, investigadora de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (IdISBa) y del área CIBEROBN, que ha liderado la investigación.

Por ello, tanto la producción de alimentos ultraprocesados, como su transporte desde su lugar de origen hasta las fábricas donde se procesan y, posteriormente, hasta el consumidor final, tienen un significativo impacto en el medioambiente. En el estudio se han analizado durante dos años datos de 5.879 personas con síndrome metabólico y residentes en el sur de Europa, con edades comprendidas entre los 55 y los 75 años.

“La dieta mediterránea se compone de alimentos sin procesar y alimentos mínimamente procesados. Por tanto, si se sigue una dieta mediterránea, disminuirá el impacto ambiental”

Para categorizar los alimentos en función de su grado de procesamiento se utilizó el sistema de clasificación NOVA, que estructura los alimentos en cuatro categorías: alimentos no procesados o mínimamente procesados, ingredientes culinarios procesados, alimentos procesados y alimentos ultrapocesados.

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Una alimentación más saludable y ecológica

Lo primero que observaron los investigadores fue que las personas que disminuyeron significativamente la ingesta de alimentos ultraprocesados también redujeron su consumo de carne roja y procesada y, en menor medida, de carne blanca o pescado. Además, descubrieron que el consumo de alimentos ultraprocesados también está asociado con un mayor impacto medioambiental en términos de emisiones de gases de efecto invernadero, uso de agua y uso de energía, lo que significa que minimizar la presencia de estos alimentos en la dieta no solo es beneficioso para la salud, sino que también puede contribuir a la protección del medioambiente.

Los investigadores no sólo analizaron factores como la ingesta de alimentos, la adherencia a la dieta mediterránea o la actividad física, sino que también recopilaron los datos sociodemográficos de los participantes para comprender mejor las características de la población estudiada y evaluaron diferentes indicadores de impacto ambiental para calcular las emisiones de gases de efecto invernadero, el uso de agua, la energía y el uso del suelo asociados con los alimentos consumidos por los participantes.

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Los resultados del trabajo se han publicado en la revista Science of The Total Environmenty e indican que la adhesión a la dieta mediterránea está asociada a menores emisiones de gases de efecto invernadero y un uso más sostenible de los recursos naturales, por lo que ponen de manifiesto la importancia de seguir una dieta mediterránea como una estrategia para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados.

En este sentido, la Dra. Bouzas explica que “la dieta mediterránea se compone de alimentos sin procesar (frutas, verduras, carne, pescado, etcétera) y alimentos mínimamente procesados (pan, pasta, arroz, aceite, etcétera). Por tanto, si se sigue una dieta mediterránea, apenas se consumirán alimentos ultraprocesados, lo que disminuirá el impacto ambiental”.

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Fuente: Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER)

Actualizado: 17 de julio de 2023

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