Respirar aire contaminado puede debilitar y dañar los huesos

Una investigación asocia respirar aire contaminado con partículas PM 2,5 y carbono negro con un mayor riesgo de que los adultos mayores sufran pérdida de la masa ósea y fracturas de huesos vinculadas a la osteoporosis.
Hombre respirando aire contaminado
La contaminación aumenta el riesgo de fracturas en los mayores.

A la larga lista de los efectos perjudiciales para la salud que tiene exponerse a la contaminación atmosférica producida, entre otras causas, por el tráfico, se añaden ahora los resultados de un nuevo estudio que muestran que respirar aire contaminado se asocia con la pérdida de densidad mineral ósea y con un mayor riesgo de sufrir fracturas de huesos relacionadas con la osteoporosis.

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Se sabe que las partículas PM 2,5 (menores de 2,5 micras de diámetro), que proceden sobre todo de las emisiones de motores diésel, provocan un deterioro oxidativo sistémico e inflamación, por lo que los investigadores de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia en Nueva York (EE.UU.), autores de este trabajo, sugieren que también podrían acelerar la reducción de la masa ósea e incrementar las probabilidades de fracturas en los adultos mayores.

Incluso un ligero incremento en las concentraciones de PM 2,5 tendría como consecuencia un aumento en las fracturas óseas en personas mayores

De hecho, fumar tabaco, que contiene diversos componentes de materia particulada o partículas en suspensión, también se ha relacionado con daño óseo. Y en un estudio previo en el que se evaluaron los ingresos hospitalarios por fracturas vinculadas a la osteoporosis en 9,2 millones de afiliados al seguro médico público Medicare en el noreste/Atlántico medio de Estados Unidos, entre 2003 y 2010, se observó que incluso un ligero incremento en las concentraciones de PM 2,5 tendría como consecuencia un aumento en las fracturas óseas en personas mayores.

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La contaminación atmosférica, un factor de riesgo de osteoporosis

Los investigadores que realizaron el nuevo estudio, que se ha publicado en The Lancet Planetary Health, analizaron las elevadas tasas de ingresos hospitalarios debidas a fracturas óseas que se producían en áreas con altos niveles de partículas PM 2,5 en el aire. Tras ocho años de seguimiento a 692 personas de mediana edad y con bajos ingresos económicos de la cohorte de Encuesta de Salud Comunitaria/Ósea del Área de Boston, comprobaron que los individuos que residían en zonas con mayores niveles de PM 2,5 y carbono negro tenían unos menores niveles de hormona paratiroidea –que desempeña un papel clave en el equilibrio del calcio y la salud de los huesos–, y mayor reducción en la densidad mineral ósea, que aquellos que se encontraban expuestos a menores niveles de estos contaminantes.

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Andrea Baccarelli, directora de Ciencias de Salud Ambiental en la Escuela Mailman y principal autora del estudio, ha explicado que las evidencias científicas recogidas en las últimas décadas han revelado los efectos perjudiciales de la contaminación atmosférica para la salud, desde problemas respiratorios y enfermedades cardiovasculares, hasta deterioro cognitivo o cáncer, a lo que ahora se suma que también es un factor de riesgo para desarrollar osteoporosis.

Esta experta compara el aire contaminado con el humo del tabaco, e insta a establecer políticas medioambientales encaminadas a mejorar la calidad del aire que respiramos para prevenir todas las patologías asociadas con la polución.

Actualizado: 4 de mayo de 2023

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