Educación vial para niños
Nuestros hijos son pequeños peatones, pasajeros en diversos medios de transporte, y potenciales conductores. Por ello, es clave que aprendan paulatinamente las normas de educación vial en todos estos ámbitos.

Educación vial en la escuela

Amparo Luque

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 5 de mayo de 2023

La legislación educativa española en vigor (LOMCE) establece la seguridad vial como materia que debe abordarse en el currículo escolar, aunque su presencia en las aulas aún es bastante insuficiente (generalmente a los contenidos viales se dedican menos de tres horas al trimestre). Durante la educación primaria concretamente se encuadra en ciencias sociales y en el área de Valores Sociales y Cívicos, aunque también de forma transversal en otras asignaturas. La asesora pedagógica de la DGT, Raquel Esther Navas, considera “importante que los docentes desarrollen estos contenidos a través de sus materias. No es hablar de contenidos añadidos, sino incorporados de manera transversal a través de lengua, matemáticas, ciencias sociales o educación física, teniendo muy presente las diferentes metodologías de cada profesor para que los contenidos sean adquiridos e interiorizados por el menor de manera correcta”.

PUBLICIDAD

A pesar de que insistimos en que los padres y familiares, con su ejemplo cotidiano, deben ser los primeros y principales educadores viales, los centros escolares son lugares perfectos para que los niños aprendan junto a otros compañeros, y de un modo dinámico y muy participativo, lo que hace el aprendizaje más efectivo aún. “Los contenidos ligados a la Educación vial han de ser incorporados por medio de metodologías lúdicas que, de manera divertida, puedan ir generando hábitos, comportamientos y conductas correctas, que el niño pueda llegar a interiorizar. El juego tiene un valor muy importante como metodología y contribuye de forma fundamental en el desarrollo integral del niño, y en su desarrollo intelectual y social. A través del juego podrá interactuar con los demás por medio de diferentes formas de comunicación”, explica Raquel Esther Navas.

PUBLICIDAD

Así, los contenidos viales se suelen presentar de formas muy atractivas y divertidas para los pequeños: desde marionetas a manualidades (crear y colorear las señales de tráfico, por ejemplo), juegos de mesa, canciones didácticas, o cuentos y libros, pasando por un montón de recursos que nos ofrecen las nuevas tecnologías como vídeos, simulaciones de conducción, o juegos interactivos.   

Educación vial

Además, desde la Administración, desde ciertas instituciones como la Fundación Mapfre, o la Dirección General de Tráfico, o por parte de los propios ayuntamientos de varias localidades españolas, se apoya a los centros escolares a través de distintas campañas, folletos informativos, talleres, y otro tipo de acciones que se ponen en marcha cada curso escolar para fomentar la educación vial. Por un lado hay sesiones teóricas pero, por otro, los niños pueden aprender valiosas lecciones de policías locales que se convierten en profesores por un día, o practicar los “caminos escolares seguros”, para desplazarse con seguridad de casa al colegio. Otra opción es visitar un Parque de educación vial o Parque infantil de tráfico, en el que, desde los tres años, pueden practicar y reforzar de manera real todo lo aprendido, ya sea como peatones o como conductores (con bicicletas o con karts). 

PUBLICIDAD

Educación vial y ocio: parques temáticos

La educación vial también se ha incorporado en zonas lúdicas y de ocio, y esto ayuda a que los niños puedan aprender casi sin darse cuenta mientras se divierten. En España, por ejemplo, en el parque temático catalán PortAventura existe la escuela de conducción Kids & Car, ubicada en el área temática de China: un circuito donde los pequeños reciben nociones de conducción y vialidad, y luego pueden practicar como auténticos pilotos. Y en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes se encuentra Micropolix (www.micropolix.com), una ciudad a escala donde los niños pueden aprender educación vial en espacios que recrean a la perfección la experiencia de circular por la vía pública: asisten a la autoescuela, van al ayuntamiento a conseguir su carné de conducir, y pasan por el Club de los Buenos conductores, donde les dan su seguro. Además, los pequeños de entre tres y cinco años disponen de un microcircuito donde aprenden las normas básicas de conducción vial y participan activamente en un circuito pensado para ellos.

Creado: 7 de abril de 2015

PUBLICIDAD

PUBLICIDAD