Una investigación que ha llevado a cabo un grupo de científicos de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, ha revelado que comer chocolate o beber agua pone en marcha una zona del cerebro que se encarga de aliviar el dolor de manera natural, actuando como un fuerte analgésico.

Para realizar el experimento, los autores del estudio suministraron galletas de chocolate, agua edulcorada o agua normal, a un grupo de ratas. Conforme iban comiendo se encendía una bombilla en el suelo de la jaula que lo calentaba, provocando que los animales levantaran rápidamente las patas del suelo. Observaron, sin embargo, que mientras las ratas comían o bebían, reaccionaban de forma más lenta ante el estímulo del calor.

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Los investigadores repitieron entonces la prueba, pero empleando quinina, una bebida amarga, de sabor desagradable para los animales. En este caso, reaccionaron igual que cuando no comían, levantando las patas rápidamente.

Los resultados del estudio demostraron que cuando los animales ingieren un alimento azucarado o una bebida de su agrado, producen una cantidad menor de glucocorticoides, una hormona que segrega el cerebro, cuya función es incrementar el nivel de glucosa en la sangre, y que el organismo genera para responder a una situación de estrés.

Los autores del trabajo creen que la ingesta de estos alimentos podría producir el mismo efecto en los seres humanos, ya que se ha comprobado que si a un bebé se le da una bebida con azúcar antes de pincharle para ponerle una vacuna, por ejemplo, percibe con menor intensidad el dolor.

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Actualizado: 2 de junio de 2021

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