Combinar el consumo de yogur y los baños termales mejora la salud intestinal

Mantener un intestino sano es fundamental para el bienestar general porque influye en la digestión, el sistema inmunitario, e incluso en la salud cerebral. El tipo de dieta es de gran importancia y el yogur, gracias a los microorganismos probióticos que contiene –como los lactobacilos y las bifidobacterias– ayuda a equilibrar la microbiota intestinal y tiene un impacto positivo sobre la salud.

Lo curioso es que ahora el yogur cuenta con un inesperado aliado, ya que investigadores de la Universidad de Kyushu1, en Japón, han descubierto que consumir yogur no solo ayuda a mejorar la flora intestinal, sino que, si además se combina con baños en aguas termales ricas en cloro (como los famosos onsen japoneses), los beneficios digestivos se potencian, en especial a la hora de favorecer el tránsito intestinal.

Los científicos centraron su estudio en los famosos baños termales de Beppu, en la isla de Kyushu. Según explicó el profesor Shunsuke Managi, líder de la investigación, en una nota publicada por el centro, ya se sabía que los onsen podían tener efectos beneficiosos sobre la microbiota, pero “se sabe poco sobre cómo la combinación de dieta y baños onsen influye en la salud”, y por ello decidieron “investigar los efectos de los baños onsen después de consumir yogur”. Los resultados se han publicado en la revista Frontiers in Nutrition2.

Mejor digestión y más diversidad bacteriana en el intestino

En la investigación participaron 47 adultos sanos que no se habían bañado en aguas termales durante las dos semanas previas al experimento y que fueron divididos en tres grupos: grupo control, que no recibió ninguna intervención; grupo yogur, que consumió diariamente 180 g de yogur bajo en azúcar con Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus después de la cena; y grupo yogur + onsen: además de tomar el yogur, se bañaba en aguas termales de cloruro en Beppu al menos una vez cada dos días durante más de 15 minutos.

Antes y después de las cuatro semanas de estudio, se analizaron muestras de heces para evaluar la diversidad de la microbiota intestinal y los participantes respondieron a un cuestionario en el que indicaron sus hábitos de evacuación (frecuencia, consistencia de las heces, sensación de vaciado y uso de laxantes).

Los investigadores encontraron que el grupo que solo consumió yogur presentó un notable aumento en la diversidad de bacterias intestinales, algo que no se observó ni en el grupo control, ni en el grupo que combinaba yogur con baños termales. Sin embargo, tanto quienes tomaron yogur, como quienes además se bañaron en onsen, mostraron una mejora en la frecuencia y calidad de las evacuaciones, siendo más marcada en el grupo que combinó ambas prácticas.

“Esta investigación puede respaldar el desarrollo de un turismo de bienestar basado en la evidencia, especialmente en regiones conocidas por sus onsen, al proporcionar validación científica para viajes y servicios orientados a la salud”

“Aunque el tamaño de la muestra es pequeño, nuestros hallazgos sugieren que la combinación de dos intervenciones accesibles para el estilo de vida –el consumo de yogur y los baños onsen– puede ofrecer mayores beneficios para la salud, en particular al promover la diversidad de la microbiota intestinal y mejorar el estado de defecación en adultos sanos”, ha explicado Managi.

“Estos resultados son especialmente relevantes dado el creciente interés en estrategias no farmacéuticas basadas en el estilo de vida para la salud y el bienestar preventivos. Además, esta investigación puede respaldar el desarrollo de un turismo de bienestar basado en la evidencia, especialmente en regiones conocidas por sus onsen, al proporcionar validación científica para viajes y servicios orientados a la salud”, concluye el investigador.