Contaminación por ozono vinculada con más problemas cardiovasculares

La contaminación por ozono se asocia a un aumento significativo de hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares, como ataque al corazón o accidente cerebrovascular, incluso si no supera el límite establecido por la OMS.
Fotografía de la capa de ozono de la tierra

10/03/2023

El ozono es un contaminante que se forma con las reacciones químicas de otros contaminantes en presencia de la luz solar. Estos otros contaminantes son compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno que proceden de las emisiones del tráfico de vehículos, las centrales termoeléctricas y otras actividades industriales. La exposición a la contaminación por ozono ya se había relacionado con daños en el corazón y los vasos sanguíneos, pero un nuevo estudio ha encontrado evidencias de que superar el límite de ozono recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) –que fija el límite en 100 µg/m3– se asocia a un aumento significativo en los ingresos hospitalarios por infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular.

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Sus hallazgos se han publicado en European Heart Journal y muestran que incluso los niveles de ozono inferiores al máximo indicado por la OMS se relacionaron con un empeoramiento de la salud de la población. “Durante este estudio de tres años, el ozono fue responsable de una proporción cada vez mayor de admisiones por enfermedades cardiovasculares a medida que avanzaba el tiempo”, ha afirmado el profesor Shaowei Wu de la Universidad Xi'an Jiaotong (China) y autor del estudio.

“Se cree que el cambio climático, al crear condiciones atmosféricas que favorecen la formación de ozono, seguirá elevando las concentraciones en muchas partes del mundo. Nuestros resultados indican que las personas mayores son particularmente vulnerables a los efectos cardiovasculares adversos del ozono, lo que significa que el empeoramiento de la contaminación por ozono con el cambio climático y el rápido envejecimiento de la población mundial pueden producir riesgos aún mayores de enfermedad cardiovascular en el futuro”.

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Empeoramiento de las enfermedades cardiovasculares a causa del ozono

Los investigadores examinaron la asociación entre la contaminación ambiental por ozono y los ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares y obtuvieron los datos sobre los ingresos hospitalarios diarios por enfermedades cardiovasculares entre 2015 a 2017 en 70 ciudades de China de los dos principales sistemas nacionales de seguro de salud. Esto incluía a alrededor de 258 millones de personas (el 18% de la población del país).

Los niveles de ozono de 100 μg/m3 o más se asociaron con un significativo incremento en las hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares, llegando al 6,52% por infarto de miocardio

Las enfermedades cardiovasculares estudiadas incluían enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca, y otros problemas cardíacos como angina, infarto agudo de miocardio, síndrome coronario agudo, accidente cerebrovascular isquémico y accidente cerebrovascular hemorrágico. La Plataforma Nacional de Publicación en Tiempo Real de la Calidad del Aire Urbano de China proporcionó los datos sobre las concentraciones promedio máximas diarias de ocho horas de ozono, partículas finas (PM2.5), partículas inhalables (PM10), dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono para cada una de estas ciudades.

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En las 70 ciudades se produjeron 6.444.441 ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares durante el periodo de estudio, y la concentración máxima diaria promedio de ozono en ocho horas fue de 79,2 μg/m3. La exposición al ozono presente en el ambiente se asoció con un incremento de estos ingresos por todas las patologías cardiovasculares estudiadas a excepción del accidente cerebrovascular hemorrágico con independencia de otros contaminantes en el aire.

Por ejemplo, cada aumento de 10 μg/m3 en el promedio de dos días de la concentración máxima de ozono en ocho horas se asoció con un aumento del 0,40% en los ingresos hospitalarios por accidente cerebrovascular y del 0,75% por infarto agudo de miocardio. Si bien estas cifras pueden parecer irrelevantes, el profesor Wu ha advertido que “se debe tener en cuenta que los niveles de ozono pueden aumentar a más de 200 μg/m3 en el verano, y estos aumentos en las hospitalizaciones se amplificarían en más de 20 veces a más del 8% por accidentes cerebrovasculares y 15% por infarto agudo de miocardio”.

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Los investigadores también compararon el riesgo excesivo de ingreso por enfermedad cardiovascular asociado con concentraciones de ozono iguales o superiores a la directriz de calidad del aire de la OMS con el relacionado con niveles inferiores a 70 μg/m3, que se suelen producir de forma natural y no están relacionados con la actividad humana.

Encontraron que en comparación con las concentraciones máximas promedio en ocho horas de dos días por debajo de 70 μg/m3, los niveles de 100 μg/m3 o más se asociaron con un significativo incremento en las hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares, desde el 3,38% para accidentes cerebrovasculares hasta el 6,52% para el infarto agudo de miocardio. Y las concentraciones más bajas de 70 a 99 µg/m3 (frente a menos de 70 μg/m3) se relacionaron también con aumentos en los ingresos hospitalarios, que oscilaron entre el 2,26% por insuficiencia cardíaca y el 3,21% por enfermedad coronaria.

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Entre 2015 a 2017, el 3,42%, el 3,74% y el 3,02% de los ingresos hospitalarios por enfermedad coronaria, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular, respectivamente, se atribuyeron a la contaminación por ozono. Al analizar cada año por separado, las proporciones aumentaron con el tiempo. Para la enfermedad coronaria, el ozono fue responsable de 109.400 de las 3.194.577 admisiones que se produjeron a lo largo de estos tres años.

“Esto sugiere que se podrían haber evitado 109.400 admisiones por enfermedades coronarias si las concentraciones de ozono fueran de 0 µg/m3. Esto puede ser imposible de lograr dada la presencia de ozono de fuentes naturales. Sin embargo, podemos concluir que un número considerable de los ingresos hospitalarios por enfermedades cardiovasculares podrían evitarse si los niveles estuvieran por debajo de 100 μg/m 3, con reducciones adicionales a concentraciones más bajas”, concluye el profesor Wu.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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