Un bolígrafo con IA puede detectar párkinson a partir de la escritura a mano

El párkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después del alzhéimer y su prevalencia se ha duplicado en los últimos 25 años, según indica la Organización Mundial de la Salud1 que estima que en 2019 más de 8,5 millones de personas padecían esta enfermedad. Además, los casos podrían estar infradiagnosticados en países de ingresos bajos y medios, debido en parte a la escasez de especialistas capacitados para identificar la enfermedad.

De hecho, un estudio recientemente publicado en The BMJ2 indicaba que en 2050 habrá 25,2 millones de personas que vivirán con párkinson, lo que supone un aumento del 112% en comparación con 2021 y que se atribuye en gran medida al envejecimiento de la población. Uno de los síntomas del párkinson más evidente son los temblores, por lo que su diagnóstico suele basarse en la observación del movimiento del paciente, sin embargo, este método no siempre cuenta con criterios objetivos y puede depender de la interpretación del médico.

Ahora un nuevo estudio publicado en Nature Chemical Engineering3 sugiere que un bolígrafo cargado con tinta magnética podría ser una herramienta útil para detectar de forma temprana la enfermedad de Parkinson (EP). Este dispositivo, combinado con un sistema de análisis de datos asistido por redes neuronales, es capaz de identificar diferencias en la escritura entre personas sanas y aquellas que padecen párkinson, lo que podría abrir la puerta a diagnósticos más precoces.

Un bolígrafo capaz de identificar el párkinson con un 96% de precisión

Los investigadores, liderados por Jun Chen, han diseñado un sistema alternativo basado en la escritura y empleando un bolígrafo especial que contiene tinta magnética lograron registrar los movimientos tanto sobre una superficie, como en el aire, convirtiéndolos en señales eléctricas. Gracias a la ayuda de una red neuronal –una forma de inteligencia artificial que detecta patrones complejos a través de una red de nodos interconectados–, el sistema consiguió diferenciar con una precisión promedio del 96,22% los trazos de pacientes con párkinson frente a los de personas sanas, en un pequeño grupo de 16 participantes.

Estos científicos han explicado en su artículo que el mecanismo de funcionamiento del bolígrafo de diagnóstico se basa en el efecto magnetoelástico de su punta y en el movimiento dinámico de la tinta ferrofuida y que se podría convertir en una herramienta asequible, precisa y fácil de distribuir, con un gran potencial para mejorar la detección de la enfermedad en amplias poblaciones, especialmente en las zonas con recursos sanitarios limitados.

“Esta tecnología de bolígrafo de diagnóstico puede complementar los métodos de diagnóstico de párkinson existentes al apoyar un enfoque colaborativo y permitir una detección más temprana en poblaciones más amplias”

Afirman, además, que “esta tecnología de bolígrafo de diagnóstico puede complementar los métodos de diagnóstico de EP existentes al apoyar un enfoque colaborativo y permitir una detección más temprana en poblaciones más amplias. Es especialmente beneficiosa para personas no tratadas que aún no reconocen sus síntomas, así como para quienes viven en regiones con recursos limitados donde el acceso a diagnósticos médicos para biomarcadores químicos es escaso”.

Reconocen, sin embargo, que será necesario ampliar las pruebas a grupos más numerosos que incluyan “una cohorte más diversa de pacientes con EP para validar aún más las señales de escritura generadas por bolígrafo de diagnóstico como biomarcadores digitales de clasificación y confirmar su relevancia clínica según los criterios de diagnóstico establecidos” y analizar si esta tecnología también puede servir para seguir la evolución del párkinson a lo largo del tiempo.