Exponerte a frío intenso durante el día te puede ayudar a dormir mejor
15/11/2024
Sabíamos que la exposición al frío o al calor se puede utilizar con el objetivo de mejorar la salud. Quién no ha visto a valientes zambullirse en aguas gélidas en pleno invierno y afirmar que les sienta fenomenal. También hay quien entrena aprovechando temperaturas bajo cero –como los que practican el friluftsliv– o, en el extremo contrario, toman saunas con regularidad para aprovechar sus efectos beneficiosos.
Un nuevo estudio ha revelado ahora que la exposición al frío extremo a diario mediante la crioestimulación corporal mejora la calidad del sueño y el estado de ánimo en hombres y mujeres jóvenes sanos. “El uso del frío con fines terapéuticos se remonta a la antigua Grecia”, afirma Olivier Dupuy, profesor asociado de la Escuela de Kinesiología y Ciencias de la Actividad Física de la Universidad de Montreal (UdeM), aunque añade: “todavía desconocemos la cantidad exacta de frío necesaria para lograr beneficios en el sueño”.
La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Montreal (Canadá) y la Universidad de Poitiers (Francia) y sus resultados se han publicado en la edición de diciembre de la revista Cryobiology, donde Dupuy y sus colegas de Poitiers, Laurent Bosquet y Benoit Dugué, explican cómo reclutaron a nueve mujeres y 11 hombres con una edad promedio de 23 años para participar en sesiones diarias de crioestimulación durante cinco días consecutivos. Luego, el experimento se repitió sin la crioestimulación para comparar sus efectos sobre el sueño.
Cada sesión consistió en pasar cinco minutos en una cámara a -90°C. “Durante su estancia en la cámara, los participantes vestían solo ropa interior o un traje de baño, calcetines, calzado tipo Crocs, guantes y un gorro para proteger las extremidades del frío intenso”, explicó Dupuy.
Después de cada sesión de crioestimulación, los participantes continuaban con sus actividades diarias hasta la hora de dormir, evitando el consumo de alcohol y cualquier actividad física u otra que pudiera afectar su sueño. A la hora de acostarse, se les colocaba una banda en la cabeza con sensores de actividad cerebral, un actígrafo en la muñeca y un sensor de frecuencia cardíaca para medir los efectos de la crioestimulación en su fisiología y patrones de sueño. Cada mañana completaban un cuestionario para evaluar la calidad del sueño percibida.
Una sola sesión de crioestimulación no es suficiente para dormir mejor
Los datos mostraron que una sola sesión de crioestimulación no era suficiente para mejorar el sueño; los beneficios aparecieron solo después de cinco sesiones consecutivas. “Nuestro análisis de la arquitectura del sueño reveló un aumento significativo en la duración del sueño de ondas lentas durante las noches posteriores a la crioestimulación en comparación con las noches sin ella”, comentó Dupuy. “El sueño de ondas lentas, considerado la fase más reparadora del sueño, aumentó en un promedio de 7,3 minutos durante los dos primeros ciclos de sueño”.
El estudio también mostró diferencias notables entre géneros, siendo las mujeres las que más se beneficiaron de la crioestimulación. Las participantes refirieron una mejora en la calidad percibida del sueño en las noches tercera y cuarta, pasando de un promedio de 3,4 en una escala de 1 a 5 sin crioestimulación a 3,9 con crioestimulación, y su nivel de ansiedad percibida disminuyó de 43 a 38.
La crioestimulación podría ayudar a la recuperación de los atletas de élite, y en la población general podría ser útil para personas con inflamación crónica o demencia leve, cuando se combina con ejercicio físico”
“Hombres y mujeres no tuvieron respuestas idénticas”, comentó Dupuy. “Esto sugiere que la dosis de frío podría ajustarse según el género, aunque esto necesita ser estudiado más a fondo”. Aunque los cambios observados pueden parecer pequeños, son prometedores y podrían abrir camino a diversas aplicaciones, agregó. “Aunque este estudio se centró en personas que duermen bien en general, creemos que la crioestimulación podría ser especialmente beneficiosa para quienes tienen problemas de sueño”.
Otras posibles aplicaciones de la crioestimulación corporal
Y las potenciales aplicaciones de esta terapia no se limitan al sueño. “Para los atletas de élite, podría ayudar en la recuperación, mientras que para la población general podría ser útil para personas con inflamación crónica o demencia leve, cuando se combina con ejercicio físico”, afirmó Dupuy.
Este estudio es parte de un programa de investigación más amplio sobre crioestimulación. Dupuy y sus colegas recibieron financiamiento para estudiar su uso en atletas que se preparan para los Juegos Olímpicos de París en 2024, y próximamente se publicarán dos estudios adicionales sobre la relación entre el frío y el sueño.
Aún quedan muchos factores por analizar, incluyendo los efectos a largo plazo de la crioestimulación y el mecanismo que produce sus efectos clínicos. “Pero una cosa es clara: esto no es un efecto placebo”, concluyó Dupuy. “Otros estudios han demostrado efectos positivos similares en atletas de élite”.
En algunos países, como Polonia, el coste de las sesiones de crioestimulación está cubierto por la salud pública. “Con estos nuevos y alentadores datos, la crioestimulación se podría adoptar en entornos clínicos en los campos de la medicina, la kinesiología y la fisioterapia”, finalizó Dupuy.
Actualizado: 15 de noviembre de 2024