Menstruación más abundante en 42% de las mujeres tras la vacuna COVID

El 42% de las participantes en una encuesta que incluyó a 39.000 mujeres experimentó un incremento en el flujo de su menstruación tras recibir la vacuna contra el COVID-19, y mujeres no menstruantes refirieron sangrado espontáneo.
Menstuación

15/07/2022

Entre los efectos secundarios de las vacunas contra el COVID-19 se ha señalado su influencia sobre la menstruación y, de hecho, un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos encontró que estos fármacos, especialmente las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna –que son de tipo ARNm–, podrían aumentar de media un día la duración del ciclo menstrual.

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Otro estudio publicado en British Medical Journal (BMJ) concluyó que las alteraciones eran leves y de corta duración. Ahora, una nueva investigación con más de 39.000 participantes (incluyendo a mujeres y personas con diversidad de género) que ha sido dirigida por las profesoras de antropología de las universidades de Tulane e Illinois, Katharine Lee y Kathryn Clancy, revela que un 42% de las menstruantes experimentó un incremento en el flujo de su menstruación tras recibir la vacuna contra el SARS-CoV-2. Sus resultados se han publicado en Science Advances.

Además, y por primera vez, también se describe la aparición de sangrado espontáneo en un elevado porcentaje de personas no menstruantes, que no tenían la regla por haber llegado a la menopausia, o por estar siguiendo tratamientos hormonales anticonceptivos y transgénero. Entre las personas encuestadas el 42% de las que tenían ciclos menstruales regulares sangraron más de lo normal, mientras que el 44% no experimentaron cambios tras ser vacunadas. Entre las encuestadas que normalmente no menstrúan, el 71% de las personas que toman anticonceptivos reversibles de acción prolongada, el 39% de las que toman hormonas de afirmación de género y el 66% de las posmenopáusicas refirieron haber tenido sangrado intermenstrual.

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Los resultados de este estudio observacional –uno de los que cuenta con un mayor número de participantes hasta ahora– indican que las alteraciones observadas serían temporales y que entre los factores que más influyen en su aparición se encuentran la edad, el haber sufrido efectos secundarios sistémicos asociados a la vacunación (fiebre o fatiga), el historial de embarazos y partos y la etnia, entre otros.

“En ningún caso tales investigaciones deben alimentar las teorías antivacunas, sino servir para confirmar la necesidad de que este y otros efectos secundarios no vuelvan a ser pasados por alto en la realización de ensayos clínicos”

La Dra. Ana Beatriz Rodríguez Moratinos, catedrática de Fisiología en la Universidad de Extremadura (UEx), y la Dra. Cristina Carrasco, investigadora posdoctoral, ambas del grupo de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la UEx y coautoras de un estudio similar en España, en declaraciones a SMC España, han dicho: “Cuando el rumor sobre la aparición de alteraciones en el ciclo menstrual tras recibir la vacuna COVID-19 se convirtió en clamor en las redes sociales globales, investigadoras como las norteamericanas Dra. Lee y Dra. Clancy, del Departamento de Antropología de la Universidad de Illinois (EE.UU.) dieron un paso científico importante en la pandemia, poniendo en marcha un estudio observacional que permitiera disolver las dudas en torno a un fenómeno que ellas mismas habían padecido”.

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Impacto de las vacunas anti-COVID en el ciclo menstrual

Esta investigación confirma un fenómeno del que se viene hablando desde que empezaron las campañas de vacunación y que sin duda contribuirán a esclarecer en los próximos meses las evidencias científicas que hayan encontrado estudios similares, incluyendo los que se están llevando a cabo en países con altas tasas de vacunación en su población, como España.

"Las personas que menstrúan y las que antes menstruaban empezaron a compartir que experimentaban un sangrado inesperado después de que se les administrara la vacuna COVID-19 a principios de 2021", han explicado las autoras", que han declarado que debido a los pocos datos previos de los que se disponía las vacunas contra el COVID-19 no se han considerado como un factor estresor con potencial impacto en el ciclo menstrual, lo que vuelve a poner de manifiesto la falta de consideración y conocimiento sobre un aspecto que tiene una importancia clave en la salud femenina.

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"El sangrado intermitente inesperado es uno de los primeros signos de algunos cánceres en las personas posmenopáusicas y en las que utilizan hormonas de afirmación de género, por lo que experimentarlo puede hacer que la gente se preocupe y requiera procedimientos costosos e invasivos de detección de cáncer", explica Lee. Es por todo esto que animan "a cualquiera que esté preocupado a ponerse en contacto con su médico para recibir más atención".

“Si bien las alteraciones menstruales no son infrecuentes y peligrosas, la evidencia aportada por este y otros estudios permitirá, en un futuro, dilucidar los mecanismos inflamatorios, y nos atreveríamos a decir que también oxidativos, subyacentes a este fenómeno emergente. Desde nuestro punto de vista, en ningún caso tales investigaciones deben alimentar las teorías antivacunas, sino servir para confirmar la necesidad de que este y otros efectos secundarios no vuelvan a ser pasados por alto en la realización de ensayos clínicos. Asimismo, tal evidencia dotará a los profesionales sanitarios de una mayor capacidad para valorar a sus pacientes a través de información validada por la ciencia”, concluyen las investigadoras de la UEx.

Actualizado: 5 de mayo de 2023

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