La pérdida de masa muscular se puede prevenir reduciendo ceramidas

Descubren cómo prevenir la pérdida de masa muscular asociada a la edad y promover un envejecimiento más activo y saludable con un tratamiento que impide la acumulación de ceramidas –un tipo de moléculas de grasa– en los músculos.
Hombre mayor haciendo ejercicios de musculación en el gimnasio

19/12/2022

Una de las consecuencias del proceso de envejecimiento es la pérdida de masa y de potencia muscular –una condición que se conoce como sarcopenia–, y un estudio realizado por investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, ha encontrado un nuevo mecanismo implicado en el deterioro de los músculos relacionado con el envejecimiento: la acumulación de ceramidas en ellos. Los resultados de este trabajo, que se han publicado en Nature aging, también revelan que reducir las ceramidas previene la pérdida de masa muscular asociada a la edad.

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Las ceramidas son conocidas porque se emplean en productos para el cuidado de la piel. Son esfingolípidos, un tipo de moléculas de grasa que no se utilizan para producir energía, sino que llevan a cabo diversas tareas en la célula. “Los esfingolípidos y las ceramidas son una clase de grasa compleja pero muy interesante, y existe un gran potencial para estudiar más a fondo su papel en el envejecimiento, ya que realizan muchas funciones diversas”, dice la Dra. Pirkka-Pekka Laurila, autora principal del estudio.

Los científicos de la EPFL estudiaron a ratones, ya que estos animales, al igual que las personas, se vuelven inactivos y pierden masa muscular y fuerza a lo largo de su vida, y comprobaron que sus músculos se llenan de ceramidas a medida que envejecen. Descubrieron, en concreto, que durante el envejecimiento se produce una sobrecarga de la proteína SPT, entre otras, que son necesarias para convertir los ácidos grasos y los aminoácidos en ceramidas.

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Bloquear la ceramida para producir músculos más grandes y fuertes

Decidieron entonces comprobar si reducir la sobrecarga de ceramida podría prevenir la disminución de la función muscular relacionada con la edad. Administraron un tratamiento con bloqueadores de ceramida, como miriocina y el bloqueador sintético Takeda-2, a ratones ancianos, y utilizaron virus adenoasociados para bloquear la síntesis de ceramida específicamente en el músculo. Los bloqueadores de ceramida previnieron la pérdida de masa muscular durante el envejecimiento, fortalecieron a los ratones, y permitieron que estos pudieran correr distancias más largas mientras mejoraban su coordinación.

Las personas con esta forma de gen reductor de ceramida caminaron durante más tiempo, eran más fuertes, y pudieron levantarse mejor de una silla, lo que indica un envejecimiento más saludable

Para analizar estos efectos en profundidad, los investigadores midieron cada producto génico conocido en el músculo mediante una técnica denominada secuenciación de ARN. “Resultó que el bloqueo de la producción de ceramida activa las células madre musculares, lo que hace que los músculos acumulen más proteínas y cambien el tipo de fibra hacia glicolíticas de contracción rápida para producir músculos más grandes y fuertes en ratones de edad avanzada”, ha explicado el Dr. Martin Wohlwend, colaborador principal del estudio.

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Por último, analizaron si la disminución de ceramidas en el músculo podría resultar beneficiosa también para las personas, y para ello examinaron a miles de hombres y mujeres que tenían entre 70 y 80 años y residían en Helsinki y descubrieron que el 25% de ellos tiene una forma particular de un gen que reduce los productos genéticos de las vías de producción de esfingolípidos en el músculo.

Encontraron que las personas con esta forma de gen reductor de ceramida lograron caminar durante más tiempo, eran más fuertes, y pudieron levantarse mejor de una silla, lo que indica un envejecimiento más saludable, parecido al de los ratones que habían sido tratados con bloqueadores de ceramida. “Estos hallazgos son muy importantes, ya que nos brindan un fuerte incentivo para desarrollar inhibidores que podrían probarse en humanos”, ha concluido Johan Auwerx, que ha dirigido al equipo de científicos de la EPFL.

Actualizado: 20 de diciembre de 2022

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