La falta de vitamina D afecta a la fertilidad y al embarazo

Las alteraciones inmunes asociadas a un déficit de vitamina D pueden reducir la fertilidad de una mujer, y aumentar el riesgo de que sufra complicaciones en el embarazo, como preeclampsia o diabetes gestacional.
La falta de vitamina D afecta a la fertilidad y al embarazo
Si deseas quedarte embarazada, controla tus niveles de vitamina D

La vitamina D interviene en la absorción del calcio y cumple una importante función como reguladora de la formación de hueso; sin embargo, también influye sobre el sistema inmune, con acciones antiinflamatorias e inmunomoduladoras en el sistema cardiovascular y el páncreas, y también en el aparato reproductor, por lo que un déficit de vitamina D puede afectar a la fertilidad de aquellas mujeres que desean quedarse embarazadas.

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Las alteraciones inmunológicas relacionadas con una falta de vitamina D pueden también provocar la aparición de complicaciones en el embarazo como preeclampsia, o diabetes gestacional, e incluso incrementar el riesgo de sufrir un aborto durante las primeras semanas de embarazo.

La vitamina D favorece un ambiente equilibrado entre células inmunes y moléculas inflamatorias en el endometrio, lo que aumenta las posibilidades de que el embrión se implante con éxito

En los casos en los que la mujer está siguiendo una terapia de reproducción asistida, diversas investigaciones también han mostrado que la tasa de embarazo se incrementa cuando la paciente no tiene carencias de esta vitamina. Esto se debe, como explica la Dra. Laura Melado, ginecóloga de la Clínica Ginefiv, a que las condiciones que presenta el endometrio –donde va a anidar el óvulo fecundado– son mejores gracias a la acción de la vitamina D, que favorece un ambiente equilibrado entre células inmunes y moléculas inflamatorias que hace que el embrión tenga más posibilidades de implantarse con éxito.

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La vitamina D se puede obtener a través de la dieta, tomando alimentos que contienen este micronutriente como la leche, los huevos o el pescado azul –salmón, atún, sardinas…–, y también con una exposición adecuada de la piel al sol, ya que el cuerpo produce la vitamina al exponerse directamente a los rayos solares, si bien hay que tomar el sol de forma moderada y empleando protectores para evitar sus daños.

Fuente: Clínica Ginefiv

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Actualizado: 19 de junio de 2018

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