La contaminación altera el desarrollo del cerebro de los bebés

Casi 17 millones de niños de menos de un año respiran aire seis veces más contaminado de lo recomendado por la OMS, lo que influye en el desarrollo de su cerebro, y puede tener importantes repercusiones a largo plazo.
Madre con su bebe en la calle contaminada por el tráfico
Los bebés son los más perjudicados por la mala calidad del aire, ya que tienen los pulmones menos desarrollados.

Unicef ha dado la voz de alarma porque cerca de 17 millones de bebés con menos de un año respiran un aire tan contaminado que supera seis veces el límite que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este hecho podría determinar el futuro de los más pequeños, puesto que las sustancias tóxicas presentes en el ambiente influyen de manera directa sobre el desarrollo infantil, especialmente a nivel cerebral.

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Peligro en el aire’ es el documento de Unicef que recoge todos los datos sobre la contaminación atmosférica y cómo interfiere en la salud de los niños. Así, explica que los bebés son los más perjudicados por la mala calidad del aire, pues son más vulnerables al respirar de una manera más rápida, y porque su sistema inmunitario no está desarrollado del todo y los daños son muchos mayores, incluso inhalando una menor cantidad de sustancias químicas tóxicas.

Consecuencias para los bebés de la exposición a la contaminación

Las consecuencias que tiene para los niños menores de un año exponerse a unos niveles tan altos de polución van más allá de afecciones en el sistema respiratorio, y las sustancias contaminantes también provocan daños en la barrera hematoencefálica, que pueden derivar en una neuroinflamación, además del estrés oxidativo y las posibles enfermedades neurodegenerativas resultantes.

El 75% de los niños afectados por la contaminación, unos 12,2 millones, se encuentra en Asia meridional, y otros 4,3 millones en Asia oriental y Pacífico

También se pueden producir daños en zonas cerebrales que se encargan de la comunicación entre las neuronas, por lo que su deterioro influye en el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños, y podría tener efectos de por vida.

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Todas estas consecuencias se agravan en las zonas en las que más contaminación hay. El documento indica que, del total de los posibles niños afectados, más del 75% –lo que supone unos 12,2 millones– se encuentran en Asia meridional, mientras que en Asia oriental y el Pacífico residen unos 4,3 millones de bebés que respiran aire seis veces más contaminado de lo recomendado.

Medidas para mejorar la calidad del aire

Unicef también ha lanzado algunas recomendaciones para reducir el nivel de contaminación atmosférica y minimizar así los daños a los niños. Entre ellas se encuentran:

  • La creación de más espacios verdes en las ciudades.
  • Fomentar el uso del transporte público, mediante una mejor accesibilidad y un precio asequible.
  • Un mejor tratamiento de los residuos para evitar su quema.
  • Evitar los paseos a horas en las que la contaminación es más acusada.
  • Colocar los colegios y hospitales lejos de las grandes zonas contaminadas.
  • No exponer a los pequeños al humo del tabaco, ni al de los calentadores y cocinas.
  • Promover la lactancia materna exclusiva y una buena nutrición posterior.

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Actualizado: 4 de mayo de 2023

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